Portugal corretea a las "vacas gordas"

La garrochista María Caetano lidera hoy la final de acoso en Vicos Lo del palo lo hace por diversión porque este verano representará a su país en Río de Janeiro en doma clásica

Portugal corretea a las "vacas gordas"
Portugal corretea a las "vacas gordas"
Raquel Benjumeda Jerez

01 de mayo 2016 - 01:00

La familia de María Caetano tuvo que salir de guatepeor (Ribatejo, 1973) para meterse en guatemala (Badajoz, 1973). La Revolución de los Claveles desplazó a los Caetano a la Extremadura de Franco. En Portugal, perdieron todo lo que tenían: fincas verdes expansivas y salvajemente floreadas. En los encinares españoles, Paulo Caetano volvió a empezar con vigor. Forjó amistades de centro a sur. En los siguientes años, el rejoneador compartió tardes con Manuel Vidrié, Ángel y Rafael Peralta y Álvaro Domecq. Para cuando volvió a Alentejo, el maestro coleccionaba caballos y toros de huesos lusitanos y carne española. Para la Federación Portuguesa de Equitación, la ganadería es un manantial inagotable de doma clásica. En la primera selección se separan los atletas y el potro que no supera el listón se desecha para rejoneo, donde son insuperables. Es María, la hija (29 años), la que lleva las riendas. Pudo haber llevado un par de rejones de muerte -de hecho, los llevó en sus dos apariciones como rejoneadora (13 años), dos llenazos-, pero al toro prefiere verlo en el campo. "Sólo es una afición, me divierte montar en el campo y correr vacas, pero nunca ha estado en mi mente dedicarme a ello profesionalmente. Lo mío es el deporte". Y tanto.

A las siete de la mañana está sentada en el primer caballo del día. La pista es un lienzo impresionista y en ese entorno imperturbable se doman equilibrados y estimulados los pura sangre lusitanos que ella y su padre seleccionan para representar a su país en los juegos ecuestres mundiales y en citas deportivas superiores. Los lusitanos están emparentados con el pura raza español. Pero el vecino subió la temperatura de la sangre introduciendo genes más calientes (principalmente, árabes) y conservando los cánones reglamentarios de belleza. El resultado: "un caballo con voluntad de trabajar, agradar y entender al jinete. Lo da todo y, si puede, más".

Ocho monturas después -cada sesión es de 45 minutos-, se descalza las botas de piel de canguro con las que ha pedido apoyos, piaffe y piruetas, y se incorpora al equipo de la gestión agrícola de la familia. Los fines de semana tampoco descansa. Este mismo puente de mayo está en Vicos ayudando a su marido a llevar a las vacas del concurso de Acoso y Derribo por el camino correcto. Está fuerte, pero su garrocha es de fibra, que pesa menos. "Aquí en España las vacas están muy gordas y no puedo con ellas. En Portugal participo en la Copa Lusitana como garrochista pero aquí en Jerez solo puedo amparar a mi marido". De momento. Fernando Couçeiro ha ganado destacados concursos en Portugal y España por su acertado pulso con el palo y el empeño de María con el suyo. Ayer, tuvieron una destacada intervención en las dos vacas, la brava y la mansa. Ninguna les miró mal ni se volvió enfadada. De mujer a mujer.

La amazona fue de las primeras en llegar al Recreo de las Cadenas con sus cinco caballos hace un par de meses. En realidad, en casi todo fue primera. Sobresalió con cada uno de los potros, tumbó al jurado con el baile de 'Coroado' y consolidó su plaza como artillería pesada en el equipo nacional de doma de Portugal. "Inspirarse en Jerez es muy fácil. Me encanta venir". Hoy está en la carretera de Arcos; mañana, puede que en Portugal, y este verano, eso seguro, en Río 2016.

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