Feria de Jerez

Tarde de toros para la historia que también tuvo contenidos para el anecdotario

Si Padilla escribió ayer los últimos renglones de su historia en el ruedo jerezano, también tuvo la tarde sus párrafos para la pequeña historia de lo anecdótico.

Los padres de Padilla, emocionados, recibieron el brindis de su hijo en barrera, guarnecidos por el capotillo de paseo del torero, bordado con San Martín de Porres a quien Padilla le tiene mucho afecto: así se llama su hijo y se ocupa de que el santo limeño esté en todas las capillas.

Bajando a la mundano, en los aledaños hubo dos manifestaciones. Una a favor del toreo en la puerta de acceso de los toreros, organizada por la Unión Malagueña de Aficionados Prácticos Taurinos que preside José Luis Jiménez, y otra de antis en la plaza de los Scouts, que más que intentar convencer a quienes pasaban para atraerlos a su causa, se dedicaban a insultarlos llamándolos asesinos y catetos.

La remozada plaza de Jerez lucía, como ayer, llena y como a la vez se jugaba el Betis Sevilla tampoco faltaron los comentarios y celebraciones de los goles así como el arranque por fandangos que se está haciendo habitual, esta vez en el sexto de la tarde, cuya lidia correspondió a Manzanares.

Muy bien los solistas de la banda: Sergio Flor García al saxo alto, Miguel Ángel Arellano con al trompeta y Francisco Hernández Foncubierta al clarinete. Dieron color a la Pujante labor de Morante con su segundo al son de "Concha Flamenca".

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