Feria de Jerez

Los cascabeles toman la Feria

  • Sementales entrega hoy los premios de los Enganches y del Campeón de Campeones del morfológico de Equisur · Es el postre de una Feria que goza de buena salud hípica setenta años después de su concepción

Setenta años han pasado ya desde que aconteciera el nacimiento de la Feria del Caballo de Jerez que conocemos en la actualidad. Tras siete décadas, la salud hípica, al menos en lo que a puesta en escena se refiere, sigue intacta en el recinto ferial del parque González Hontoria. El nombre de Jerez sigue entusiasmando a los aficionados que van quedando en el mundo del caballo y la prueba es el calor que desprende el Depósito de Sementales durante la semana del caballo.

Ayer el programa hípico continuó contra viento y marea y lo hizo con la inconfundible banda sonora de los cascabeles que resuenan en las guarniciones andaluzas de los coches de caballos que participan en la exhibición de enganches de la Feria del Caballo. Se trata de un momento único en el que los más exclusivo y selecto de las cocheras del Jerez de siempre se ofrece a la contemplación de vecinos y foráneos. Es un momento para los nombres de siempre con los coches de siempre, porque son joyas de cientos de años que salen de casa solo de Feria en Feria del Caballo.

Todas las combinaciones posibles de dos, tres, cuatro, siete y hasta más caballos estuvieron presentes en la exhibición. Se trató de los conocidos enganches a la Limonera, los troncos, cuartas, medias potencias… Todas ellas son maneras de enganchar los caballos que forman parte de un patrimonio cultural que nos llega a hoy en día desde siglos atrás.

Y lo que antes era una muestra de estatus social, hoy lo sigue siendo. Porque coleccionar coches de caballos y, sobre todo, exhibirlos, es un deporte caro pero que muy caro. Por eso es justo ser premiado. Los mejores propietarios y los cocheros más expertos volverán hoy a Sementales a recoger sus trofeos. Y después a la Feria, a llenar de tradición y de sentido a una Feria que sigue teniendo sentido setenta años después.

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