Coinciendo con el ‘Día sin ruido’ que ha puesto en marcha un año más el Ayuntamiento con la idea de favorecer la presencia de personas con espectro autista y Asperger en la Feria del Caballo, uno puede comprobar que el nivel acústico en muchas casetas es cada vez mayor.

Según la ordenanza municipal, dentro del recinto ferial sólo se podrá disponer de equipos de sonidos cuyos altavoces no tengan mayor potencia que 1.800 watios. Además, la propia normativa recoge expresamente que éstos deberán estar “instalados en la zona interior de la caseta y orientados hacia la zona trasera” de la misma.

La realidad, sin embargo, es otra y pese a las inspecciones municipales, pues desde el Ayuntamiento reconocen que se llevan a cabo durante la Feria, bien es cierto que el nivel acústico de muchas casetas es tal que en ocasiones se hace imposible permanecer en ellas, ya no sólo estar dentro de esa caseta, sino que como ocurrió el otro día a un grupo de rumbas, los decibelios eran tal en la contigua que no podían ni actuar en su propia caseta.

Hay que recordar incluso que el punto 25.5 de la ordenanza municipal, el que tiene que ver con el sonido, están tipificadas como infracciones muy graves en caso de incumplirlas.

Empresas especialistas en sonido consultadas aseguran que a día de hoy son muchas las casetas que superan la normativa, y que cuentan con más decibelios de los permitidos. “A mí me han llegado a pedir 8.000 watios cuando lo que establece la ordenanza son 1.800 o 2.000 que es lo que casi todo el mundo tiene”, apuntan.

Es más, en muchas de ellas se cuentan con los denominados subwoofers, altavoces de mayor potencia que convierten la caseta en una verdadera discoteca.

Pero el día a día de las casetas en cuanto al sonido no sólo queda ahí. Así, si acudimos nuevamente a la ordenanza municipal encontramos que en ese mismo punto, el 25.5, se recoge que “la música que suene en las casetas obligatoriamente debe estar enmarcada dentro del ‘estilo flamenco’ hasta las 24.00 horas”.

En los últimos años, sin embargo, el avance de otras modalidades musicales en el Real es una realidad hasta el punto de que, como ha denunciado en los últimos días algún colectivo, las casetas discotecas ya no sólo se encuentran en zonas aisladas de la Feria, donde habitualmente se encuentran las generaciones más jóvenes, sino que en pleno Paseo de las Palmeras puedes encontrar reggaeton a eso de las tres o cuatro de la tarde sin ningún tipo de problemas.

De hecho, en algunas casetas cada vez es más frecuente encontrar bandas de música o DJ a primeras horas de la tarde, una circunstancia cada vez más extendida a lo largo y ancho del González Hontoria.

¿Está en peligro la música tradicional? ¿Se corre el riesgo de que en unos años las casetas se conviertan en chiringuitos de playa? De momento, la realidad es que el chimpún-chimpún, como se le conoce popularmente, continúa adentrándose sin freno en muchas casetas sin que nadie ponga remedio al asunto, un remedio que cuando se tome, puede que ya sea demasiado tarde.