Feria de Jerez

Un brindis con jerez o rebujito por la Feria

La Sociedad Jerezana del Vino inauguró el pasado viernes su caseta por segundo año consecutivo con una cata de vinos de Jerez para cien personas.

La Sociedad Jerezana del Vino inauguró el pasado viernes su caseta por segundo año consecutivo con una cata de vinos de Jerez para cien personas. / Manuel Aranda

El Consejo Regulador no se baja del burro, o mejor dicho del caballo, en sus estimaciones de consumo de vino de Jerez en la Feria: medio millón de medias botellas. Desde que tengo uso de razón y escribo sobre la previsión del consumo de jereces, básicamente Fino, en la semana de Feria la cifra de medias botellas permanece intacta, medio millón de medias botellas, que equivalen a 187.500 litros, cantidad que se antoja escasa si se tiene en cuenta que, mucho antes de la pandemia, hay años en los que las autoridades locales llegaron a cifrar el número de visitantes de la fiesta jerezana en más de un millón, como si en cada puerta del González Hontoria hubiera un contador inteligente capaz de discernir si la persona que accedía lo hacía por primera vez o era la quinta o sexta vez que lo hacía en el mismo día.

El caso es que nunca he llegado a saber a ciencia cierta la cifra exacta del consumo real de vino de Jerez en la Feria. Da gusto ver -en realidad es envidia insana-, la apariencia de rigurosidad que se da en Sevilla a los balances del impacto económico y otras cifras, más o menos curiosas, que año tras año se ofrecen al término de la Feria de Abril y otros grandes eventos.

Aquí, por contra, en los balances oficiales del Gran Premio de España celebrado hace escasamente una semana, distintas instituciones públicas calificaron el impacto económico, la afluencia de moteros, la ocupación hotelera y todo lo que se pueda medir de “históricos”, así, sin más cifras en la mayoría de los casos que lo corroboren.

Un exdirigente político me confesaba hace unos días que antaño, cuando les pedían el avance del público asistente a las carreras del circuito, la vara de medir era la afluencia en la Pelousse: si la gente llegaba hasta el camino de servicio eran 160.000. Y con la Feria pasaba más de lo mismo, a ojo de buen cubero se hacía un cálculo aproximado, eso sí, siempre con algo de aumento en cada edición, hasta que la cifra final llegó a extremos como si toda España hubiera desfilado por el González Hontoria.

No es que importe demasiado, francamente, no importa lo más mínimo, pues lo sustancial en estos casos es que los ciudadanos, hoteleros, hosteleros y comerciantes estén satisfechos, una quimera harto improbable de conseguir.

Así que el objetivo es alcanzar el medio millón de botellas, que no está mal si se tiene en cuenta que, ahora y antes, la meta sigue siendo la misma cuando las ventas globales de vinos de Jerez, y esta sí es una cifra contrastada en la que no tiene cabida la especulación, llevan años en caída franca, sólo compensada en parte por un aumento de precios, especialmente apreciable en los últimos tiempos.

Luego está el debate de si jerez a palo seco o en rebujito. Los puristas, claro está, se inclinan por la primera opción bajo el argumento de que es un crimen mezclar un producto de una calidad excelsa. Los más ‘moernos’, entre ellos muchos bodegueros y viticultores, sostienen que cada cual es libre de elegir la forma de consumo, siempre que se consuma.

Los asiduos a las principales ferias de la primavera andaluza –Sevilla, Jerez, Sanlúcar...– han sido testigos de la indudable expansión del rebujito, sobre todo en ediciones de mucho calor que invitan a tomar bebidas refrescantes. Pero la principal virtud del consumo de Fino sin más añadidos es que, con independencia de la condiciones meteorológicas, cuenta con una legión de incondicionales muy fieles, que contribuyen a que se mantenga estable.

El mejor embajador del vino de Jerez en la Feria

La Sociedad Jerezana del Vino realiza una labor encomiable de divulgación del vino de Jerez a través de su caseta en la Feria, que por segundo año consecutivo celebró la preferia el viernes con una cata de vinos de Jerez para un centenar de socios y amigos de la entidad, dirigida por su promotor, Luis Flor.

La cata inaugural de la caseta, que se localiza en la calle Lola Flores, arrancó con un vino de pasto, ‘La Choza’ de bodegas Callejuela, para luego adentrarse de lleno en el mundo del jerez con Fino Tío Pepe, Amontillado Don Zoilo de Williams, Palo Cortado Regante de Sánchez Romate y Oloroso Río Viejo de Lustau.

La apuesta de la Sociedad Jerezana del Vino por la promoción del jerez en la Feria se plasma en la carta de su caseta, de lejos la que reúne la mayor oferta de los vinos del Marco.

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