Feria del carmen y de la sal 2010 Un dia para la mujer

La Feria convive con la mujer isleña en su mejor jornada de día

  • Las féminas se adueñan del recinto para disfrutar del tradicional día de la mujer, que muchos aprovechan para ir a la Feria a horas más tempranas de lo habitual · Las sevillanas se mezclan con los ritmos latinos

Ni el calor, ni la posible resaca de la noche impidieron que el recinto ferial comenzara a llenarse pocos minutos después de la una de la tarde. Las mujeres, ataviadas o no con el traje reglamentario de Feria, esperaban pacientes bajo la portada, justo en el lugar en que el arco daba algo de sombra para sofocar la alta temperatura. Aunque es cierto que el viento de poniente daba un respiro a quienes quisieron disfrutar de la fiesta de día, al contrario de lo que ha sucedido en ediciones anteriores cuando el levante hacía estragos.

Poco a poco el Real fue convirtiéndose en un hervidero de grupos de distintas edades que querían pasar un buen rato. No sólo había féminas, aunque hay que reconocer que eran la mayoría, sino que también se dejaban ver grupos de chicos dispuestos a compartir esta jornada, dedicada a la convivencia de las mujeres. Paseaban, comían, bebían, alguno bailaba y unos pocos combatían el calor con sombreros de paja muy llamativos.

En la misma puerta de la Feria la música caldeaba el ambiente. No eran sevillanas, que sí sonaban en muchas casetas, sino música latina. La espera se hacía más amena al ritmo del Waka, waka de Shakira o de David Bisbal, y algunas mujeres, pequeñas, jóvenes y algo más mayores se atrevían a mover el esqueleto. Algunas echaron de menos a la charanga que otros años hacía sonar caja y trompeta a la entrada. Llegaron más tarde y se dejaron notar, ya dentro del recinto.

Los volantes de todos los colores se mezclaban en la Feria del Carmen, incluso de quienes habían preferido otros trajes al de gitana. En este sentido, la moda es muy flamenca este año: con muchas faldas y camisetas de volantes. Era la forma de integrarse en la fiesta, pero yendo a la vez fresquita.

A medida que pasaban los minutos más y más personas acudieron al recinto, justo después del trabajo o justo después de comer, cada uno según sus opciones. Quienes optaron por almorzar en la Feria, a la espera de los bailes, tuvieron muchas casetas donde degustar con su bebida papas aliñas, paella, fideuá, alguna incluso apostaba por la sorpresa.

Y la gente seguía llegando.

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