FLEE | FESTIVAL DE CINE DE SEVILLA

Otra oportunidad perdida

'Flee' o cómo el conflicto de Afganistán seguirá ininteligible para el occidental.

'Flee' o cómo el conflicto de Afganistán seguirá ininteligible para el occidental.

La nueva película del danés Jonas Poher Rasmussen desperdicia la oportunidad de hacer entender a Occidente, a través de la larga odisea de supervivencia de su protagonista, lo que ha ocurrido en Afganistán desde 1973, año en que una revolución comunista acabó con la larga y corrupta monarquía de Zahir Shah, hasta la reciente retoma del país por los talibanes. Pero el espectador se quedará con las ganas de comprender algo pese a que el arco temporal que abarca es precisamente el de esos mismos años: ni mención al derrocamiento y asesinato vil del socialista Taraki, ni tampoco a la invasión de la URSS para acabar con el golpista Hafizullah Amín y mucho menos al apoyo de Estados Unidos a los talibanes en su guerra contra la URSS.

 

En esta timorata, también en lo referente a la homosexualidad, Flee la conciencia de Occidente está a salvo, excepto en el caso de la siempre corrupta Rusia que, sin embargo, fue el único país que inicialmente acogió a la familia del héroe. La animación, que mezcla estilos antitéticos, es mediocre en uno y efectiva en el otro, mientras el recurso a las imágenes de archivo torpe e innecesario.