XXIII Festival de Jerez | La Crítica Alfredo Tejada

Garganta dominante

Alfredo Tejada, ayer en Villavicencio.

Alfredo Tejada, ayer en Villavicencio. / Manuel Aranda

Las puertas del Palacio de Villavicencio, del Alcázar de Jerez, se abren en los últimos días del Festival para celebrar sus clásicos ‘Conciertos de Palacio’, esos en los que no hay megafonía y sí mucha cercanía entre cantaor y público. El que viene de fuera agradece el ambiente que se crea, pareciendo a veces que estamos en una reunión familiar.

Alfredo Tejada fue el protagonista de este primer encuentro, en el que estuvo acompañado por Antonio ‘Patrocinio Hijo’. Tras aparecer por este certamen como integrante de compañías como la de Eva Yerbabuena, este año en ‘Cuentos de Azúcar’, el cantaor se enfrenta en esta ocasión en solitario para llevar a cabo un recital en el que demuestra, sin lugar a dudas, su dominio de garganta. Su estilo está marcado por la solidez que dan los años y la experiencia cantando para bailar. Ahí muestra su resistencia en la voz y su brillo en los tonos altos. Además, su repertorio es amplio, muy amplio, resumiendo sus conocimientos en el género en siete estilos, duraderos en el tiempo y acudiendo a las distintas escuelas en cada uno de ellos. Empieza, bien presentado con traje cruzado, por carceleras, tonás y deblas. Pronto notamos que el alto de su voz es capaz de llegar al cielo, modulando a su gusto hasta el jugoso bajo.

La ‘Lámpara Minera’ del año 2017 contó con el respaldo del público, que disfrutaba de su apuesta al no quedarse con nada dentro. Técnicamente está sobrado, dejándolo claro en la posterior soleá. Son diez minutos los que le dedica a este cante madre, ejecutando, además, una soleá apolá minutos más tarde “porque estoy inspirado”.

Marca bien los matices diferenciadores no alejándose mucho de la esencia de Triana. Gustan sus cantes a compás por cantiñas, alegrías y mirabrás, no hacen falta palmeros. Para el cante, de repente, en la seguiriya acabada en liviana. Da tiempo para la malagueña de Chacón y otra del Mellizo, acabada en abandolao. ‘Patrocinio Hijo’, a la guitarra, mantiene el acompañamiento con mucho gusto. Acaba su tarde con una serie de fandangos en los que consigue que sus numerosos seguidores levanten sus palmas a compás para despedirlo.

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