Joaquín Grilo. Bailaor

"En 'Cositas mías' llevo vivencias y experiencias de mi vida"

  • "A veces en el baile te clasifican de una manera y cuando sales de ella parece que no convence", señala el artista jerezano

Joaquín Grilo cerrará esta noche el XVIII Festival de Jerez con ‘Cositas mías’, un espectáculo que dedicará a su “gran maestro y amigo” Paco de Lucía con el que viajó por todo el mundo desde el 94 al 99, un periodo en el que compartieron escenario y experiencias. El jerezano se guardará ese as en la manga, un homenaje que ha preparado en estos últimos días y que hará “con el corazón”.

–Ya hemos perdido la cuenta de sus creaciones, ¿qué número es éste? 

–Es el sexto espectáculo de mi carrera. Empecé con Jácara, De Noche, A solas, Leyenda Personal y La mar de flamenco y todos han tenido presencia en el Festival. 

–¿Y habrá mucha diferencia en cuanto a Joaquín Grilo que hemos visto últimamente?

–Uno va cambiando y ahora mismo estoy sufriendo un cambio interior brutal, a la hora de ver, a la hora de componer los temas y bueno, como dice el título, ‘Cositas más’, son cosas mías que llevo en mi mochila y que quiero dejar en esta parte del camino. Me hubiera gustado hacer una producción más gorda, pero es imposible, tenemos que adaptarnos a los tiempos. Para mí, este espectáculo era un motivo para hacer cosas con diferentes artistas con los que siempre tuve ganas de trabajar, pero ya digo, ahora mismo la cosa no está para eso. 

–Sí que le arroparán Remedios Amaya y Dorantes...

–He contado con Remedios, porque finalmente Pele, con el que iba a contar en un principio no puede venir. La verdad es que tenía muchas ganas de hacer con Remedios varias cosas, porque a mí siempre me han gustado de ella sus bulerías y su canto por tarantas. Ella estará para hacer una bulería concreta, ‘La calle del olvido’, que grabó con Vicente Amigo. Esa bulería fue un punto y aparte en mi vida porque fue cuando empecé con Paco y ese disco lo escuché infinidades de veces. También viene Dorantes, con el que voy a hacer tres temas, viene Juan Requena, los Macarines...

–Más no se puede pedir...

–Pues no, eso y toda la ilusión que le estoy poniendo. Ya digo que hubiera apostado por otras cosas, pero bueno, esto es como cuando hay que hacer un guiso en la casa, se coge lo que tienes, y eso ha pasado. 

–Cuando uno se plantea hacer un espectáculo, ¿cuál es proceso? ¿Cómo surge?

–Mira, normalmente, como viajamos tanto, cuando estamos por ahí, al menos en mi caso, y leo algo que me gusta lo voy apuntando. Así por ejemplo ha nacido este espectáculo. Después lo voy adaptando a mi mundo. Esto es como cuando uno va a pescar, siempre lanza lejos y poco a poco vas recogiendo el hilo buscando. Empiezas a buscar, a buscar, hasta que sale, aunque antes siempre me gusta leer algo que me motive, así es como comienza todo. 

–Antes ha hablado de la mochila que quiere dejar en el camino, ¿y qué hay exactamente en esa mochila?

–Ahí están mis vivencias, mis experiencias que he padecido después de trabajar con tanta gente, de haber estado en fiestas...Todos esos motivos están ahí y ahora salen de manera diferente. Eso pasa incluso con una música, porque a lo mejor hay un tema que lo has hecho en otro momento y ahora lo bailas de manera diferente.  

–¿Y ha dejado hueco también para la improvisación?

–Cuando uno se pone a trabajar tiene que pensar en la música y estar con la música, que sea parte de ti, y tus movimientos tienen que ser naturales, entonces eso es un trabajo, primero de improvisación para que luego sea una creación. Te das cuenta de que la disciplina se queda en segundo plano, porque el artista surge cuando subes al escenario y ahí es donde llega la intuición, llegan todas esas cosas que están dentro de la improvisación y que tiene que llegar. Es como un lenguaje silencioso propio.

–¿Y eso es más fácil conforme pasa el tiempo o más difícil?

–Hay días y hay días. Hay días en los que te encuentras bien, improvisas y salen cosas seguidas que a ti te gustan, porque eso es otra cosa, tienes que dar con lo que a ti te gusta. Para que llegue eso tienes que estar trabajando, eso no llega en el sofá. Es un punto de concentración que cuando lo encuentras es difícil no bajarte de él. También hay momentos en los que no te sale nada y te desesperas.  Eso sí cuando te llega la inspiración estás deseando levantarte para ponerte las botas, y eso para mí es superimportante, tener esa motivación y que el hecho de ponerte las botas para crear no sea una pesadez. 

–La última vez que pisó Villamarta con ‘La mar de flamenca’ sufrió bastantes críticas, ¿le ha condicionado este montaje? 

–Eso pasa en cada espectáculo y te sirve para no cometer errores en el siguiente. En ‘La mar de flamenco’ quise hacer algo diferente. A veces te clasifican de una manera, en una forma de bailar que cuando sales de ella como que no convence. Si volvieras a bailar de la misma manera una y otra vez a lo mejor la gente lo comprendería.Eso es como el que se dedica a la comedia, que cuando hace un papel en un drama la gente no se lo cree porque en tu retina está cómo te hace reír, no cómo te está haciéndote llorar ahora. Yo me tomo las cosas bien porque creo que este tipo de situaciones son de interior, sobre todo cuando llevas tantos años. Cuando eso pasa lo que más te importa es buscar el camino de tus sueños y escuchar la voz de tu propio corazón, no prestar atención a lo demás. Por eso eres libre, y si eso lo pierdes, apaga y vámonos. 

–¿Pero llega a influir o no?

–Evidentemente te influencia.  Todas las críticas son positivas y constructivas, al menos yo eso ya me lo tomo así, he aprendido a coger las cosas positivas de las cosas ni tampoco creérmelo cuando te ponen por las nubes porque todos sabemos quiénes somos, hasta dónde llegamos y cómo estuviste ese día porque el problema de las críticas es que no se valora toda una carrera, sino de lo que ocurre en un sólo día, y eso es un poco desilusionante. Uno puede tener un día malo, como pasa con los toreros, o regular, pero siempre has tratado de aporta algo al flamenco, por eso duele que a veces te quieran destrozar por un momento. Es interesante que se diga por qué no ha gustado porque eso es bueno para el futuro, y uno sabe que ese guiso no gustó la última vez. De todas formas, para mí eso no es todo lo importante, tengo otras cosas que me siguen ilusionando.

–Una vez más cierra el Festival, ¿eso es un orgullo o una responsabilidad?

–Estar en esta plaza tantas veces, ser mi plaza, y el hecho de haber estado muchas tardes bien, la gente siempre espera que regales cosas buenas, y eso es más duro. Trabajar en Jerez, en el Festival supone para mí doble responsabilidad.   

–Cuando uno da siempre nueve, cuando da el siete y medio ¿es un problema?

–Bueno, eso es relativo, es como el hambre. La clasificación a un artista, que hablaba antes, es muy relativa, porque a lo mejor a diez personas del público le ha encantado, y a la mayoría no, pero ¿qué es más importante la mayoría por ser mayoría o la minoría por entenderlo de otra manera? Por eso para mí es importante que el trabajo quede ahí, guste más o menos, pero que nosotros nos llene. Hasta ahora todo lo que he hecho tiene una calidad para que se pueda ver en cualquier momento sin poner ningún reproche.     

–Conforme pasan los años, ¿es uno más exigente a la hora de valorar todo lo que hace?

–Mucho más, ahora ves otras cosas que antes no veías. Antes te preocupabas sólo de bailar, de soltar energía, y luego vas atando cabos y sabes que esto está dentro de un mundo donde estás haciendo espectáculos. Ahí es muy importante tener claro lo que vas a hacer, y si tú no lo tienes es imposible que salga. Cuesta cada vez más, pero como vas aprendiendo durante el camino, sabes bien cómo clasificar bien qué debes hacer para ser tú o para crear algo. Es cuando empiezas a escoger tu tiempo, tus momentos y qué tienes que hacer en cada sitio. A lo mejor cuando pasen cuatro años pienso de otra manera todos esos motivos. Porque cuando hablo de motivos hablo de lo que es un espectáculo, lo que es una luz, cómo me quiero vestir en ese momento, que antes a lo mejor me daba igual y ahora le busco otra forma, el significado de la música que quiero contar, qué me hace falta para eso, qué temas...Eso es un trabajo más que tienes en la mesa, ya no vale sólo ponerte las botas y bailar. 

–Después del último ensayo, ¿ha quedado conforme con lo que ve?

–Bueno, un espectáculo cuando se estrena está cogido con alfileres, es como cuando el sastre te hilvana el traje. Hasta que uno no trilla eso una y otra vez sobre el escenario no toma fuerza. En el estreno siempre estás pensando en todo lo que pasa, porque todos los motivos son tuyos. Uno está pendiente de todo y eso influye. Pero bueno, intentaremos hacerlo bien.

–Hace unos días que ha estado en Méjico y París, ¿sigue viajando mucho?

–Sí, el trabajo de hoy está fuera. Ahora después del Festival tenemos cosas en Italia, en Marsella, Bayona, Méjico, Turquía, que voy con Dorantes y Diego Amador, Toronto, Otawa, Montreal, Vancouver, la verdad es que hay muchas cosas y pa pagar por lo menos hay (risas).

–¿Existe ahora más interes por el flamenco que nunca en el extranjero?

–Siempre ha habido un interés por el flamenco fuera de España, pero va cambiando, porque por ejemplo en Japón, de un tiempo a esta parte ha perdido afluencia de artistas allí, ahora lo hacen todo ellos. La gente que va, lo hacen por menos dinero. Ahora toda la parte de Sudamérica, Estados Unidos y Canadá es la que más fuerte está pegando, porque Francia, Italia incluso Turquía tienen siempre su sitio. El futuro es el mercado de China o Korea porque allí sí que hay sitios para ir.  

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