Miguel Lavi pondrá esta medianoche en escena su primer disco, ‘Viejos retales’, un trabajo que vio la luz hace año y medio y en el que aborda “lo único que sé hacer”.

–Ha tardado pero al fin su disco se podrá escuchar en directo...

–Sí, he tenido que esperar, pero mira, todo llega. Ahora me toca a mí dar todo lo que tengo y enseñar a la gente lo que soy, con mis pérdidas y mis ganancias.

–Supongo que tendrá ganas de quitarse esa espina...

–Claro que sí, la tierra de Jerez se merece escuchar mi disco y que el trabajo que he preparado durante todo este tiempo vea la luz. La espera ha sido larga, pero es el pago que he tenido que hacer para poder ser libre encima del escenario.

–Usted ha sido habitual en las programaciones del Festival en los últimos años dentro de las compañías, y en cambio, en solitario no canta desde 2012, ¿por algún motivo?

–Sinceramente no. Es cierto que siempre he estado ligado a este Festival y que desde que canté en el Palacio de Villapanés, no lo he vuelto a hacer en solitario. Es algo que no me preocupa, Dios ha querido que sea ahora y no le doy más vueltas. Lo importante, como digo, es presentar el disco y que la gente se vaya contenta.

–Al menos, el hecho de que las entradas se hayan agotado hace días será una alegría...

–Eso quiere decir que la gente te quiere, y que valora tu trabajo, y que sea en tu propia tierra, mejor, porque Jerez es muy difícil.

–Personal y artísticamente, ¿en qué momento se encuentra?

–Yo me encuentro muy bien, yo diría que en mi apogeo. Ahora me cuido, hago deporte, estudio, no trasnocho...Vivo para cantar.

–¿Es más fácil la vida del cantaor ahora que antes cuando empezaba?

–No te creas, porque cuando uno adquiere conocimiento ves más cosas. Uno intenta no lastimar a ninguno de tus compañeros, aunque sea de manera inconsciente, y por eso tienes que andar con cuidado y tomarte la vida tranquilamente.

–Tras tantos años de carrera, ¿ahora puede elegir?

–Bueno eso siempre está porque el artista debe ir con quien realmente le gusta y disfruta. La persona que se sube encima de un escenario con alguien que no le gusta, lo hace por dinero y entonces se convierte en un mercenario. Yo jamás lo he sido ni lo seré. Amo el flamenco, amo mi vida, amo a mi madre...Amo lo que hago y lo que quiero, para mí el dinero es secundario, es vanidad.

–Usted es un cantaor de raíz, y sin embargo, cuando llega el momento de acometer otra vertiente, no duda en hacerlo...

–Hoy en día te tienes que adaptar a todo y ser versátil. El otro día, por ejemplo, en el espectáculo de mi compañera Olga Pericet, me requería que cantase un tema de Manuel Molina o uno de Medina Azahara, y yo lo hago con mucho cariño. La cuestión es llevártelo siempre a tu terreno. Ahora bien, eso es una cosa y otra bien distinta es la que voy a hacer hoy, lo del disco son mis centros, donde he nacido, y lo que he respirado desde niño.

–¿El baile le ha cambiado mucho la vida?

–No, el baile me ha enseñado mucho, y creo que para cualquier cantaor es necesario pasar por ahí. El baile te enseña muchas cosas, y le estoy muy agradecido por todo lo que me ha enseñado, pero tengo claro que mi camino es del de delante.

–La puesta de largo de ‘Viejos retales’ será cante tradicional, ¿no?

–Sí, cante puro y lo que sé hacer. Voy a cantar por seguiriyas, voy a cantar por tonás, por bulerías, por tientos...Voy a hacer todo lo que está en el disco, con la única variación del romance, que lo he arreglado con el violín de Bernardo Parrilla y donde me va a hacer una pincelada mi prima Gema Moneo, que para mí, y que nadie se me moleste, es una de las mejores.

–A su lado estará su otro yo...

–(Risas) Mi mano derecha porque sin él no puedo estar. Vendrá don Manuel Parrilla, que no se puede tocar más gitano y más bien. Somos una pareja artística muy bonita. También vendrá Ané Carrasco, a Bernardo Parrilla, y las palmas de JuanDiego Valencia, Manuel Cantarote y Luis Cantarote ‘El Lúa’.