Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Grandes del Flamenco

Tía Juana la del Pipa,antítesis de las bailaoras

  • Tía Juana la del Pipa bailando en la fiesta que evoca el autor, celebrada en la plazoleta de Mirabal del barrio de Santiago, a mediados del pasado siglo.

No sabía bailar ni conocía más baile que la bulería. Ni tenía más idea del baile que aquella forma suya de levantar los brazos y de mover con mucha gracia, sobre el escenario, sus cien kilos de peso, sin apenas salirse de la breve medida de la clásica losa de nuestras abuelas. Y si le hablabas de bailar por soleá, por seguiriya, por tangos, farruca y por alegrías, te decía que nones, que lo suyo era nada más que la bulería de Jerez, y pare usted de contar. Que no conocía más bailes que ese. Y menos, mucho menos, no tenía ni repajolera idea de qué era una coreografía y para qué servía. Ni sabía de pasos, mudanzas y escobillas. Nada de nada, ignorancia total del baile, de sus cánones, de las distintas escuelas, de cómo llevar una bata de cola o de hacer filigranas con un mantón. Y si le hablabas del ballet, pensaba que aquello tal vez fuera una medicina. Pero…

Pero cuando bailaba por bulerías, no había nadie que la pudiera igualar ni mejorar. Era la mejor, la más grande, la más graciosa; se con vertía, entonces, la reina de las bailaoras. En un palmo de terreno se movía como nadie, diciendo aquí estoy yo, y a ver quien me hace sombra. Las demás se limitaban a decirle ole y a aplaudirla a rabiar, porque lo suyo era distinto; nada de academia, ¿para qué?; sino todo natural, espontáneo, tal cual le salía de las pajarillas del alma. Y lo puedo confirmar porque la llevé muchas veces a bailar a muchos sitios, y pude ver cómo se transfiguraba sobre un tablao, pareciendo una diosa del Olimpo de los dioses gordos del flamenco.

Se llamaba Juana de los Reyes Valencia, pero todo el mundo la conocía por Tía Juana la del Pipa, porque esa era el apodo d su primer marido, y una de las primeras veces que la llevé a bailar, fue en la recoleta plaza de Mirabal, en una verbena de las pocas que se hicieron en Santiago, con su segundo marido el Bizco Buzi y su hija Juanita, que debutó esa noche, hace ya la tira de años, allá por los cincuenta y tantos. Una noche inolvidable, donde cantaron y bailaron otros muchos artistas de Jerez; entre los primeros, muy jovencitos, El Berza y Fernandito Gálvez; y en el baile Ana María González, Rafaelito Parlera, el propio Buzo y la niña que debutaba; acompañados por los no menos jóvenes guitarristas Pepe Ortega y José Luis Balao, antes de que este sentara plaza en la marina. Todos inmejorables, sensacionales. Pero yo de quien más me acuerdo, cuando evoco aquella fiesta, es de Tía Juana, de mi admirada Tía Juana, con la que tantas veces desayuné en La Vega, comiendo churros, mientras me contaba sus penas y alegrías, y a la que tantas veces fui a buscar, en un taxi, al antiguo Balneario, donde vivía, en una humilde casita de la no menos humilde y hace años desaparecida Barriada de la Esperanza.

Dicen los señores historiadores del flamenco que han investigado esto del baile que, allá por el siglo XIX, hubo un bailaor que le decían El Jorobao, porque era giboso; pero que se ponía hasta bonito, cuando bailaba; y otro al que le decían "Mate sin pies", porque bailaba con los dos muñones, porque le habían amputado los pinreles. Y así, cuentan otras rarezas del mundo de los bailaores. Pero nunca se habló de una mujer que pudiera pesar más de cien kilos que bailara como los propios ángeles. Esa nació y vivió aquí, en Jerez, en el siglo XX, era gitana, y se llamó artísticamente Tía Juana la del Pipa; a la que, incluso, llegaron a cantarle grandes figuras; entre ellas el maestro Antonio Mairena, que fuera su más rendido admirador y que tantos elogios le dedicaba, cada vez que la mencionaba; llevándola a bailar con él, a más de un festival y a más de una fiesta de categoría, según me consta.

La gracia a esportones que derrochaba por toda su inmensa humanidad, Tía Juana la del Pipa, hacía que uno, viéndola bailar, se olvidara de su peso y de sus limitaciones para el arte de la danza, y festejara tan sólo su innato magisterio de bailaora genial, con aquella majestuosa forma de levantar los brazos, como clamando al cielo; abriendo bien el arco, las palmas de las manos hacia fuera, con tanta solemnidad, como gracia y empaque, al revuelo de los flecos de su mantoncillo de espuma; que en eso sí que era muy clásica, doña Juana de los Reyes, la del Pipa, que mujer al fin, y coqueta, por tanto, gustaba de cuidar su estampa de faraona del barrio de Santiago. Y dice Manolo Ríos que la vio bailar, tantas veces como yo, que se arremangaba y movía el percal como quien le echaba canela al arroz con leche. Y, a pesar de ser la antítesis, lo opuesto en presencia y potencia de todas las jóvenes bailaoras, Tía Juana llegó a bailar en más de un teatro, en la televisión y en varios tablaos de Madrid; siendo imprescindible su presencia, cada año, en la Fiesta de la Bulería; recibiendo la Copa Jerez de la Cátedra, en 1979; así como un homenaje en el teatro Lope de Vega, de Sevilla, en 1982; y otro, compartido con Tía Anica la Piriñaca, en la Fiesta de la Bulería, celebrada por la Cátedra de Flamencología, en 1985, en el antiguo solar del Teatro Eslava.

Por su baile, por su arte, por su gracioso culeo, por su respingo saleroso y su derroche de armónicas maneras en el braceo; por acabar siempre con el cuadro, cuando bailaba; Tía Juana también fue una de las grandes del baile flamenco; y así está más que reconocida por propios y extraños; dentro y fuera de Jerez; aunque su repertorio se limitara exclusivamente a las bulerías. Y además tuvo un hijo que fue un extraordinario bailaor; una hija que le salió bailaora y cantaora y, hasta un nieto, Antonio el Pipa, que ha bailado en todos los mejores teatros del mundo; siendo aclamado como uno de los mejores de estos tiempos; pero que cada vez que baila, también se acuerda siempre de su abuela de quien aprendió, de niño, toda la elegancia y armonía de su exquisito braceo de tantos quilates.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios