Memoria me dio 'pa' ti...

Tía Juana la del Pipa: "To lo que he aprendío es mío, no sé hacer ná de nadie"

  • "El baile que a mí me gusta es el que se hace en una loza", decía en la revista Sevilla Flamenca

Tía Juana la del Pipa: "To lo que he aprendío es mío, no sé hacer ná de nadie"

Tía Juana la del Pipa: "To lo que he aprendío es mío, no sé hacer ná de nadie"

Juana de los Reyes Valencia (1905-1987) representa hoy día a una forma de bailar con sello propio. Sencillamente era el baile de Jerez, un legado que su dinastía ha sabido mantener y que afortunadamente aún perdura. En una entrevista realizada a la revista Sevilla Flamenca por Manuel Herrera en su número de mayo-junio de 1984, la matriarca explica, primero, de la procedencia de su apodo. "Eso es por mi marío que le decían El Pipa porque tenía un puestecito de pipas hasta que se murió. A mí se me quedó ese nombre pa to la vía".

Tía Juana hablaba con admiración de su padre, Luis de la Maora, "el mejor cantaor que había entonces", y lo recuerda con nostalgia, pues su padre falleció siendo niña. "Yo le hacía mucha gracia, él cogía una escoba y se ponía con ella a tocar la guitarra y yo me ponía delante suya a bailar con una sábana puesta de mantón. ¡Y lo volvía loco!".

Insistía una y otra en que el baile "no lo he aprendío, yo lo que tengo es mío porque yo no sé hacer ná de nadie, más lo que sé hacer yo".

Cuenta Tía Juana que sus inicios en los escenarios no llegaron "hasta que tenía más de cuarenta años. Pero un día vino a Jerez Antonio Mairena y me vio bailar en un homenaje a Tío Parrilla. Y le gustó tanto mi baile que me llevó a Córdoba, que fue la primera vez que yo viajé".

Definía el baile como "una cosa que como no se sienta por dentro no se puede hacer. Hay que sentir unas cosquillitas... y también tener unas güenas palmitas, un toquecito y un cantecito, porque sin la cuchara el puchero no se puede comer".

Al describir cuál es el baile de pellizco, Tía Juana habla de ese "que se baila en una loza y uno no se movía, es lo que hacía mi madre, bailaba con su brazos, con su manos...A mí esos bailes de esas patás...Yo eso no lo puedo hacer, pero tampoco me gustan".

Entre sus preferencias estaba Fernando Terremoto. "¡Cómo se quejaba ese hombre pa cantá! ¿Usted ha visto a alguien que se queje pa cantá como se quejaba ese hombre? Ay!! ¿Y pa bailá? Ese respingo de esa chaqueta...Yo como él, ninguno".

También cita a "El Troncho, que cantaba mu gracioso, el Borrico, Tío Cabeza, Rafael el Carabinero, Tío José de Paula, Juan Jambre", y a Manuel Torre "que se juntaba con Carapiera y cantaban....".

Aunque han pasado ya 30 años desde esta entrevista, Tía Juana tenía claro que "mientras el Tempul exista no se perderá el aire de Jerez, por mu malamente que lo hagan los que hay o los que vengan. Este romero y esta yerbabuena que hay por aquí, y esta cosa que hay no se puede perder".

El baile de Tía Juana lo define Ríos Ruiz de esta manera: "Cuando levanta los brazos parece que toda su humanidad se va subiendo a los cielos y que no existe una gracia flamenca como su culeo bailando por bulerías, ni manita más santa y jacarandosa cogiéndose y arremangándose el vestío".

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