Memoria me dio 'pa' ti... Moraíto

"Si el flamenco fuese americano sería como la coca cola"

  • "La técnica debe aportar el 40 ó 50%, el resto lo tienes que sacar del alma y el corazón", comentaba el guitarrista en una entrevista en Diario de Jerez

Una de las guitarras con más peso de las últimas décadas ha sido la de Manuel Moreno Junquera 'Moraíto' (1956-2011), un ser admirado como artista y persona. En una entrevista en Diario de Jerez en 1985, Moraíto habla de su devoción "por mi tío Manuel (Morao) y Manuel Parrilla, ahora, mis toques preferidos son los de Melchor y Paco de Lucía en todos los aspectos".

Años más tarde y ya como guitarrista curtido, el tocaor, en una entrevista de David Fernández en este mismo medio en noviembre de 1999, asegura ser "un cantaor frustrado, como todos los guitarristas. En mi caso tengo la voz como un carnero viudo de Arcos".

Su truco para no molestar al cantaor "es ir milésimas de segundo por detrás del que está cantando (....). Lo importante es estar 'pasao' de cante, conocerlo a fondo para intuir lo próximo que va a decir el cantaor".

Morao solía ser contundente en sus afirmaciones. Lo demuestra en mayo de 2000 en unas declaraciones que hoy, 14 años después, siguen estando vigentes: "El flamenco está muy acelerado. Hoy existe más preocupación por las coreografías que por bailar, por la estética que por los contenidos".

En su teorema guitarrístico, "la técnica debe aportar el 40 ó 50%, el resto lo tienes que sacar del alma y del corazón, ya que de los contrario la técnica te esclaviza".

Moraíto criticaba (en febrero de 2006 en Diario de Jerez) que muchos empiecen a cantar "por el final, no por la base. Lo bordan cantando por Camarón pero olvidan que Camarón también cantó granaína, malagueñas, fandangos... (...). José fue al colegio y empezó por la a, e, i, o y la u. Después llegaron 'Como el agua' y 'La Leyenda del tiempo'. Ahora con dos tanguitos, una soleá, que ya no es soleá y las alegrías más raras del mundo se quiere cantar bien".

Para él, el artista había mejorado con el paso del tiempo, sobre todo en la improvisación. "Antes se estilaba eso, pero era demasiado. Cantar sin red o paracaídas está bien, pero tú no puedes improvisar toda la noche mirando el techo y repitiendo letras (...). Tenías que ser un genio como Fernando (Terremoto) que te daba igual que te cantara siempre la misma letra (...) A mí una vez me hizo llorar".

El jerezano lamentaba que el flamenco, al contrario que otras músicas como el jazz o el soul, no tenía respaldo "a nivel estatal". Es más, en su opinión, si "el flamenco fuese americano sería como la Coca-Cola, y si fuese catalán lo mismo".

Entre sus entrevistas siempre encontramos anécdotas y situaciones graciosas. En una de ellas hace referencia a su paso por el servicio militar. "Para que me rebajaran tres meses me hice cabo. Allí ni me examiné ni ná y entré con el número uno de la lista. Me llamaban 'El músico'. Lo mucho o lo poco que soy se lo debo a la guitarra".

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