La crítica

La herencia del 'Sordera'

  • Vicente Soto llevó a cabo un recital sobrado de duende y compás

El cante patriarcal de Vicente Soto 'Sordera' fue el protagonista de la madrugada del pasado uno de marzo en la Sala Compañía. Llevó a cabo un recital sobrado de duende y compás. El cantaor jerezano, afincado ya hace años en Madrid, volvió a su tierra para presentar su último trabajo discográfico, titulado 'Colores distintos', del que hizo gala acompañado por las guitarras de Manuel Valencia y Miguel Salado.

Como es habitual en él, inició la noche sólo ante el peligro con el acompañamiento de su palillo, haciendo compás en ritmo de martinete, toná y debla. En cada una de sus apariciones, Vicente sigue afianzando su carrera, demuestra su profesionalidad y responsabilidad en los escenarios. Domina como nadie estos cantes fragüeros que subieron la temperatura de una sala no tan abarrotada como en  otras veces, pero que sí recogía la presencia de grandes aficionados de Jerez, algo poco común en la muestra.

Tras los primeros aplausos, Manuel Valencia se situó a la izquierda del cantaor para darle los tonos oportunos de los aires de Cádiz. Hizo un pequeño recorrido por esos cantes de los Puertos como las alegrías, cantiñas, romeras y mirabrás. Aportó esa frescura necesaria sin la presencia de palmeros, aunque sí se oía entre el público a su hermano 'Bo'. Un jaleo del 'Bo' se reconoce a kilómetros.

Manuel Valencia, destacado en toda la noche, dio comienzo a una soleá inspirada en los versos de Luis de Góngora. Los poemas del poeta cordobés del siglo XVI encajaron como anillo al dedo a la métrica de la soleá. Entre las canciones de su nuevo disco se hace referencia a escritores, como el mencionado, y a aficionados de los distintos puntos de la geografía flamenca, que sin despuntar artísticamente, fueron creadores de estilos y cantes. Se acordó entonces de los tangos del 'Titi de Triana'. A todo esto Vicente hacía un paralelismo de cada cante con un color que lo representara (el rojo de la soleá, el verde de las alegrías...) una condición que da sentido al título de su disco.

Una vez tocados los palos matrices, a excepción de la esperada seguiriya, Sordera contó con la presencia en el escenario de Miguel Salado, y sus hijos Lely y Manu Soto. Guitarra, voz, y cajón fueron los añadidos de un espectáculo de lo más dispar, tanto pureza como música más comercial. Unos tangos de Luis de Periquín y otros de Fernando Terremoto fueron los temas más contemporáneos.

Cerró su noche por bulerías. Se acordó, como en todas sus apariciones, de las grandes de la coplas a las que recurrió en infinidad de letras con su particular forma de darle compás. Se despidió bailando entre multitud de aplausos.

Cante

Colores distintos

Cante: Vicente Soto ‘Sordera’. Guitarras: Manuel Valencia y Miguel Salado.   Percusión: Manu Soto. Coros: Lely Sordera. Día: 28 de febrero. Aforo: 3/4 de entrada.  Lugar: Sala Compañía.


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