Pasarela

Mswati III, el excéntrico rey absolutista de Suazilandia

  • Por su cumpleaños el monarca africano se hace regalos a sí mismo con dinero de las arcas públicas

Su fortuna supera los 200 millones de dólares, acostumbra a ir en Rolls Royce, tiene avión privado y posee varios palacios en su pequeño reino. Cada abril, con motivo de su cumpleaños, Mswati de Suazilandia organiza una fiesta a cargo de las arcas públicas de un país sudafricano en el que reina la pobreza y se regala coches y barcos millonarios. Desde que subió al trono en el año 1986 a la edad de 18 años ha sido muy criticado por la forma de vida que lleva y por ser el único rey absolutista que queda en África. Cuando asiste a algún evento fuera de su país con un gran séquito, como la conferencia presidida por Barack Obama en esta semana, los ciudadanos se quejan, pero a él parece importarle poco lo que digan de su mandato, ya que lleva dieciocho años haciendo alarde de su poderío económico. Pese a su fortuna, no está incluido en la lista Forbes de las personas más ricas del mundo porque la opacidad de su régimen no permite a la publicación registrarle.

Un tema del que sí se ha hecho eco la prensa de todo el mundo es de su turbulenta vida amorosa. Tras contraer matrimonio en catorce ocasiones los portavoces del palacio real de Suazilandia aseguraron que el rey no volvería a casarse porque no le cabían más mujeres en su residencia, pero hace menos de un año desmintió esas palabras al desposarse por decimoquinta vez.

Tras el conocido como baile de las vírgenes, a través del que el soberano observa a todas las mujeres que quieren convertirse en su mujer, eligió como su nueva esposa a Sindiswa Dlamani, de 18 años. Poco después ella se quedó embarazada y de esta manera, como marca la tradición, consumaron su relación. La última aparición de la pareja ha sido esta semana en la mencionada cumbre de líderes africanos que se ha celebrado en Washington. De sus 15 matrimonios tres han terminado en sonadas rupturas. Dos de sus ex esposas denunciaron que su estancia en palacio era un secuestro por parte de su marido y otra fue expulsada al ser pillada en la cama con uno de los ministros de régimen. Mswati fue el sexagésimo séptimo hijo del rey Sobhuza II. Ahora él sigue la línea de su padre y a sus 46 años ya tiene 24 hijos.

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