Pasarela

Los amigos que se unieron para darlo todo por la patria

  • Los integrantes de Cruz y Raya o Martes y Trece se conocieron en el servicio militar, trance obligatorio para las generaciones de jóvenes (varones) hasta el año 2001

De la cantina del cuartel cordobés de Cerro Muriano surgió el dúo Cruz y Raya. Y los Martes y Trece se encontraron en Santander. Mérito menores de la mili en España, el momento juvenil en el que muchos españoles, dicen, hicieron sus mejores amistades. Otros, como Ferrán Adriá, afianzaron su vocación. En este caso, la cocina, en un cuartel de Cartagena. Y otros buscaban el mejor acomodo, enrolados en las milicias universitarias, como casi todos los líderes políticos de la transición. Jordi Pujol no lo pasó mal del todo como alférez en su tierra, en El Bruch, en el histórico regimiento Jaén, pocos años antes de que menospreciara insanamente a los andaluces en un libro. El presidente Mariano Rajoy disfrutó de las playas valencianas entre tarea y tarea.

Cerro Muriano, Obejo, Viator, El Ferrol, Marín, San Fernando, Bétera... nombres de la geografía unidos a esos destinos del servicio militar que también podían ser Ifni, el Sahara, Tetuán o Larache, rescoldos coloniales de algo que ya parece que no existió. El servicio militar desapareció hace trece años. Coincidió con la entrada del euro. El fin lo firmó en marzo de 2001 el presidente Aznar, tras muchos años de conflictos por las objeciones e insumisiones. Hasta entonces los jóvenes varones mayores de edad debían pasar un año (hasta 1984 eran quince meses) entregados a la Patria.

En la mili surgían amigos y hasta podía aparecer vocaciones imprevistas, pero lo normal es que para quienes tenían la juventud encarrilada, como los futbolistas o los cantantes, fuera una pausa incómoda. Los Pecos perdieron ahí su estrella y grupos de la Movida se quedaron por el camino mientras rapaban a su vocalista. Luis Enrique, actual entrenador del Barcelona, tenía un interés añadido en la tarde del codazo de Tassotti: si España pasaba a semifinales se podía incorporar mucho más tarde a su cuartel ferrolano.

Un tremendo deportista como Iñaki Urdangarín se libró de la mili por sordera y el líder sindicalista Cándido Méndez recuerda sus meses rondeños como de los mejores de su años mozos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios