La pareja del chef Jordi Cruz, la empresaria, Rebecca Lima, está en cuenta atrás para dar a luz a un niño, que se llamará a Noah.

La también arquitecta ha sido entrevistada por ¡Hola! poco antes del alumbramiento. Está deseando viajar a Brasil con su hijo, en cuanto pueda, pero se encuentra muy feliz en Barcelona, donde desarrolla su proyecto de moda internacional. Y está también escribiendo un libro sobre su experiencia como madre, vivencias que ha venido también compartiendo en las redes.

El chef Jordi Cruz y su pareja, Rebecca Lima

Además de la capital catalana, donde vive con Jordi, de España está enamorada de Sebastián. La gastronomía es uno de las virtudes de nuestro país que la tiene fascinada, como ha contado a ¡Hola!. Y junto a su pareja uno de los rincones del Europa que le ha marcado ha sido Cinque Terre, en la costa italiana de Liguria, con sus cinco pueblos que salpican las calas. El mejor viaje de su vida fue a la región italiana de Puglia y está deseando volver a Lima.

¿Cómo es Cinque Terre?

Es mar y montaña, un paraje natural prácticamente virgen, salpicado por los cinco pueblos que han pasado de ser un enclave 'secreto', casi legendario, sin apenas reseñas en las guías, a ser uno de los destinos de moda del Mediterráneo.

El problema es la masificación, claro, como sufren todos los destinos costeros demandados, pero a su vez la complejidad y limitación para llegar a Cinque Terre permite que sigan siendo unos rincones más o menos apacibles, que se disfrutan más al atardecer, cuando apenas quedan los huéspedes de estas siluetas tan fotografiadas. Rincones de talud y cuesta, donde parece imposible que se pudiera levantar un lugar para vivir. Y vivir muy bien.

Riomaggioire, uno de los pintorescos pueblos de Cinque Terre

Lo pintoresco, de manera rotunda, que tienen estas cinco poblaciones medievales de la Liguria, en las proximidades de La Spezia, se añade a la sincera majestuosidad de su patrimonio natural e histórico, de sus empinadas calles pobladas por casas de colores, santuarios menudos y encantadores, y lugares para degustar, a precios razonables, la típica gastronomía italiana (con pescados a la brasa que van más allá de la pasta y pizza) con vistas a uno de los más sobrecogedores atardeceres que se pueden contemplar en el Mediterráneo.

Cinco pueblos, entre Porto Venere y Levanto (Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza  y Monterosso al Mare) enmarcados entre bosques, berrocales y viñedos, con un extenso horizonte azul de barcas artesanales. Todo parece pensado y 'dibujado' para la postal, pero es cierto y aceptablemente auténtico, sin coches, con una vía de tren que une este rosario, aunque sea el barco la manera más idónea para asomarse a cada uno de los cinco promontorios que constituyen un Patrimonio de la Humanidad.

El recóndito enclave histórico y natural de Liguria se ha convertido en el destino de moda en Italia La complejidad para llegar y moverse por Cinque  Terre 'regula' su masificación.