Qué fue de Ronna Keith, la viuda de ‘Papuchi’ que no encajó en la familia Iglesias

Ronna Keith, la viuda del doctor Julio Iglesias Puga, ha roto su silencio cuando han pasado casi dos décadas del fallecimiento del padre de Julio Iglesias. La viuda de Papuchi llevaba alejada de los focos desde diciembre de 2005. La norteamericana ha reaparecido en TardeAR, con un notable cambio físico, para hablar de manera detenida de su vida junto al doctor, con el que tuvo dos hijos.

Keith reside en Florida junto a sus dos hijos, Jaime Nathaniel y Ruth, fruto de su relación sentimental con el ginecólogo. La viuda de Papuchi ha explicado el motivo de su regreso a España. “Durante todos estos años yo les he hablado mucho de su padre. Creo que es importante hablarles de él, para que conocieran el tipo de persona que era”, ha contado.

La estadounidense ha reconocido que no se arrepiente de lo vivido junto a un hombre al que define como un ser excepcional. La diferencia de edad entre ambos, 48 años, nunca fue un problema. “Nunca me ha arrepentido de la diferencia de edad porque para los que le conocieron, él era muy juvenil, muy astuto y muy rápido de mente”, ha confesado.

Ambos se conocieron en Madrid, concretamente en el Paseo de la Habana. Lo suyo fue amor a primera vista. “Me conquistó por su sentido del humor, por su inteligencia, por su devoción a la familia y a Dios. Esos valores fueron fundamentales para mí”, ha explicado Keith.

Keith disfrutó cada momento junto a Julio Iglesias Puga, con el que contrajo matrimonio en una ceremonia íntima y secreta que tuvo lugar en 2001 en los Estados Unidos. Al enlace no acudió ningún miembro de la familia Iglesias. “Mantener un secreto así tan delicioso fue importante para nosotros. Queríamos guardar un espacio de privacidad, que en ese momento era muy necesario”, ha recordado.

El fallecimiento de Papuchi por una parada cardiorrespiratoria supuso un antes y un después en la vida de Ronna. La viuda se retiró de la escena pública y optó por centrarse en el cuidado de sus hijos, que ya han alcanzado la mayoría de edad. “Ha sido y será siempre el amor de mi vida”, ha declarado con rotundidad.

Ronna tiene claro cuál es el mayor legado que ha dejado su esposo en este mundo. “Era una persona muy humana, con una actitud optimista hacia la vida. No quiero que mis hijos se tomen la vida tan en serio. Su padre era alguien feliz, apasionado y con una gran capacidad para disfrutar cada momento”, ha zanjado.