Agricultura

Asaja alerta del “nefasto” cambio de modelo para el reparto de las ayudas de la PAC

  • Critica que el Ministerio enfrente a los agricultores para tapar unos recortes que perjudican a la provincia

  • El secretario de Asaja-Cádiz lo considera un "despróposito" que se debe a una "muy mala gestión" del ministro Luis Planas

El secretario general de Asaja-Cádiz, Luis Ramírez (izqda) en rueda de prensa junto al presidente de la organización, Pedro Gallardo.

El secretario general de Asaja-Cádiz, Luis Ramírez (izqda) en rueda de prensa junto al presidente de la organización, Pedro Gallardo.

El campo de la provincia se teme lo peor con la nueva PAC. Así lo entiende Asaja-Cádiz, cuyo secretario general, Luis Ramírez, manifiesta su disconformidad con la labor del ministro de Agricultura, Luis Planas, quien “pretende disimular la mala gestión del Gobierno en la defensa del presupuesto español de la Política Agrícola Común (PAC) para el periodo 2021/2027, enfrentando a los agricultores entre sí, con un modelo que ya para 2021 y 2022, años de transición antes de la entrada en vigor de la nueva PAC en 2023, es toda una declaración de intenciones de lo que se avecina”

La organización agraria recuerda que el campo español perderá en los próximos 7 años 4.300 millones de euros, el equivalente a un año de PAC, y Andalucía cerca de 1.200 millones de euros de acuerdo con el último acuerdo sobre el Marco Financiero Plurianual 2021/2027. “Son las cifras reales sin entrar en el juego y engaño de comparar magnitudes a precios corrientes o constantes, según interese al Gobierno, para vendernos la moto”, comenta Ramírez, quien alerta sobre el nuevo modelo de reparto de las ayudas que “perjudica a aquellas zonas productivas que han apostado por una agricultura moderna y eficiente”, caso de Andalucía y Cádiz.

Según el modelo actual de PAC, en España existen 50 regiones –algo que Asaja advierte que el Ministerio también pretende reducir pasar a unas 8 regiones a partir de 2023, que sería “nefasto” para Andalucía–, cada una con un valor medio de derechos de pago básico.

El sistema compensa a los agricultores que perciben por debajo del valor medio de su región para garantizar que alcanzan al menos el 60% del promedio en su zona, mientras que los que reciben ayudas por encima ven reducido el valor de sus derechos hasta un máximo del 30%. Es lo que se conoce como convergencia y que el Ministerio quiere cambiar –así se recoge en el borrador de norma que recibieron el martes las organizaciones agrarias– para aumentar el porcentaje mínimo garantizado al 70% en 2021 y al 80% en 2022, es decir, que los agricultores que perciben menos ayudas en una región aumenten el importe de las mismas, “algo del todo lógico y que desde ASAJA Cádiz compartimos”.

Sin embargo, la organización agraria cuestiona la forma en la que el Gobierno pretende garantizar ese cambio, ya que sería a costa de los que perciben por encima del valor medio, eliminando el límite del 30% en vigor hasta ahora para la reducción, todo un “despropósito” debido a que “el Gobierno no ha hecho sus deberes ni ha defendido una PAC con un presupuesto sin recortes”.

Para tapar los recortes hay que quitarles a unos para darles a otros, algo que nunca hubiera pasado con una PAC sin recortes presupuestarios”, señala Asaja, que recuerda que la convergencia viene impuesta por Europa, pero no en estos porcentajes ni en estas formas. “Parece que nuestro ministro quiere hacer encaje de bolillos, a costa de los agricultores, con un presupuesto del que sigue sin reconocer que viene con una reducción de cerca de un 10% respecto al periodo 2014/2020”, indica Luis Ramírez.

“Miedo me da que pasará con ese modelo que nos anuncia el ministro, donde según sus palabras afirma que la PAC ha cambiado y no tiene nada que ver con la anterior, apuntando que el dinero de la PAC no es para Andalucía ni Extremadura, ni para ninguna comunidad autónoma”, añade.

Asaja considera que “todavía se está a tiempo de enmendar el entuerto y proponer una PAC que no contemple el capping –los techos en las ayudas que van en contra del modelo fomentado por Europa hace unos años y que invitaba a crecer, tomar dimensión, generar empleo… es decir, adaptar nuestras explotaciones para ser competitivos en un mundo globalizado–, que las Comunidades de Bienes tengan un tratamiento especial, que tengamos unos ecoesquemas donde, entre otras cosas, se apueste por la ganadería extensiva y por la actividad cinegética, donde los acotados mantienen una biodiversidad única, etc”.

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