Jerez

¿Alameda Cristina o Marqués de Casa-Domecq?

  • Un vial público con dos nombres; se pueden ver uno junto a otro

¿Alameda Cristina o Marqués de Casa-Domecq?

¿Alameda Cristina o Marqués de Casa-Domecq?

Recientes obras en la Alameda Cristina. Recientes obras en la Alameda Cristina.

Recientes obras en la Alameda Cristina.

Las recientes obras de repavimentación de la zona colindante a la isleta donde se ubica el monumento al marqués de Domecq, Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, ha puesto de actualidad la cuestión referente a la denominación de aquel vial público: ¿Marqués de Casa-Domecq o Alameda Cristina?

Agustín Muñoz en su ‘Noticia histórica de las calles y plaza de Xerez de la Frontera’ (1903), reseña que la Alameda Cristina: ‘Antes se tituló Llano de Santo Domingo, también se llamó Llano de San Sebastián, y asimismo se denominó Alameda del 17 de julio... tornándole su anterior de Alameda Cristina, que le dio el Ayuntamiento, día 22 de abril de 1852’. Información parecida nos ofrece el investigador local José Antonio Cirera en su libro ‘Calles Jerezanas que fueron conocidas por otros nombres en el siglo XX’ (2004): ‘...se le da a este lugar el nombre de Alameda Cristina en memoria de la Reina María Cristina de Borbón, cuarta esposa del Rey Fernando VII’. A continuación, indica que ‘Esta vía pública, situada en pleno centro de Jerez, es conocida también con el nombre de Marqués de Casa-Domecq’. Tanto Cirera, como Antonio Mariscal en su ‘Paseo histórico por las calles del viejo Jerez’ (2009), no nos proporcionan el dato de cuándo se produjo oficialmente ese cambio.

Al parecer, cuando el marqués falleció el 9 de febrero de 1921 el Ayuntamiento le reconoció como Hijo Predilecto de la ciudad y participó en el monumento que hoy podemos contemplar, obra de del escultor Lorenzo Coullaut, inaugurado el 21 de julio de 1923. También se acordó cambiar el nombre de la Alameda Cristina, ya que su residencia era el palacio situado en aquel lugar. Esto se aprobó en sesión ordinaria de fecha 18 de febrero de 1921: ‘para perpetuar la memoria del insigne patricio jerezano... dar el nombre de Marqués de Casa-Domecq a la Alameda de Cristina contigua a la casa que habitó dicho ilustre prócer’. Como se observa en el texto, no se dice que esta reciba el apelativo de calle, plaza o alameda, aunque se puede deducir que el término Alameda se mantuviera, tal como la prensa de aquel tiempo ya la denominaba.

Los munícipes de aquel tiempo, con buen criterio, conservaron tres de aquellos indicativos de cerámica alusivos a la Alameda Cristina. Aún se pueden ver en el entorno, dos de ellos debajo de los metálicos de color azul con el nombre de Marqués de Casa-Domecq.Otros ejemplos de esa loable decisión lo vemos en las antiguas calles de Escribanos, Coca, Carpintería Alta, o de las Novias; y hasta hace bien poco la del General Sánchez Mira. Esta última eliminada en 2018 por un desaforado comportamiento del delegado de Cultura de turno, mal aconsejado por miembros fanatizados de la Memoria Histórica. Con la llegada de la democracia el Ayuntamiento de la ciudad, presidido por Pedro Pacheco, tomó la decisión de cambiar buena parte del nomenclator de las calles de Jerez, muchas de ellas relacionadas con el régimen anterior, para recuperar el histórico-popular. En total fueron 47. Curiosamente, la Alameda Cristina no se incluyó en esa relación, cuando lo lógico hubiera sido que así fuera, ya por su significado histórico como por la manera en la que popularmente se la conoce. Hay que recordar que entre las que se eliminaron estaban las de Ramón y Cajal, por Lancería, Antonio Vico por Algarve y Pérez Galdós por Armas. Afortunadamente, y gracias a la labor de la asociación cultural Cine-Club Popular, estos nombres volvieron a lucir en una calle de Jerez, eso sí en una zona muy alejada de donde estaban, y todo ello por la falta de previsión de los responsables de aquellos cambios, que dejaron en el olvido a estos ilustres personajes. A día de hoy, aún no se ha hecho nada por restituir las dedicadas al Padre Luis Coloma (actual Plaza El Clavo), o la de Alfonso el Sabio (actual Tornería), no donde estaban, pero sí en un lugar destacado de la ciudad.

¿Qué ocurre con los rótulos de las calles de Jerez?

En otras ocasiones hemos denunciado la dejadez municipal con relación a los históricos rótulos de finales del XIX. Las explicaciones por parte de sus responsables para no atender esta queja son de las más peregrinas.

Con la rúbrica de la periodista Arantxa Cala, el 19 de agosto de 2018 el Diario de Jerez publicaba un amplio reportaje titulado ‘Callejero y apaleado’.  Este y las continuas noticias que el deteriorado elemento patrimonial venía sufriendo hizo que la Delegación de Dinamización Cultural y Patrimonio Histórico tomara la decisión, según el mismo diario, de fecha 7 de febrero de 2021, de catalogar los rótulos históricos de las calles para su conservación.

De esta iniciativa y su materialización en el mencionado catálogo nada más se supo. Desgraciadamente, y por diferentes circunstancias, una buena tanda de ellos ha desparecido en los últimos tiempos, sobre todo en las zonas céntricas de la ciudad: Parada y Barreto, Vid, Ponce de León, Juan Capitán, San Lucas, Plaza del Mercado, Rincón Malillo, Encarnación, Carrizosa, Salas, Pizarro, Orbaneja o Cuesta Orbaneja, entre otros.

En un Acta del Pleno Municipal, fechada el 15 de abril de 1933, uno de los concejales ya reclamaba a la alcaldía: ‘que los letreros de las calles se pinten en blanco sobre fondo negro al objeto de que sean más visibles’. Es decir, con los bordes y letras en negro con fondo blanco. Gran parte están pintados de forma incorrecta, dañados, descoloridos, oxidados, cubiertos por cables y otros elementos que impiden su identificación. La lista es amplia y visible a los ojos de los técnicos municipales que no aplican la normativa, haciendo dejadez de sus funciones. Decisiones de tintes demagógicos y sin criterio alguno han añadido coletillas sin sentido a las históricas de Pozo Dulce, Plaza Mirabal, Melgarejo, Pañuelos, Angostillo de Santiago, etc. A otras le han cambiado el nombre de forma arbitraria como Barreras por Moraito Chico, o Calle de la Rosa, del siglo XVI, por el de Padre Hortas Cáliz.

Extrañas circunstancias están impidiendo que el rótulo en cerámica indicando Carpintería Alta, y que estaba debajo de otro de aleación con el nombre de Juana de Dios Lacoste vuelva a su lugar en la fachada restaurada del tabanco el Duque, donde tiene su sentido que esté. De esta manera estaría en su contexto, como se puede observar en otro cercano, el de calle Coca, debajo del de Sor Angela de Cruz, y no en un cajón guardado. Quedó depositada en el Museo Arqueológico hace unos años, donde al parecer ser no se encuentra.

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