La Alameda Vieja y los cines de verano
En la Alameda Vieja encontraban los jerezanos el paseo más fresco del verano, con atracciones, cine, chiringuitos y música en directo. Los cines al aire libre ofrecían, por otro lado, el complemento de los mejores reestrenos de cada temporada
LNO podemos evitarlo. Cada vez que llega el verano, los que peinamos ya canas nos acordamos forzosamente de los antiguos paseos de la Alameda Vieja, con sus atracciones y chiringuitos, y de los cines de verano, de los que llegamos a disfrutar, en Jerez, de alrededor de una veintena, en su época más florida, gracias a la competente labor de la empresa Riba, la más importante que Jerez haya tenido jamás, en las ramas del cine, el teatro y demás espectáculos.
Uno, qué le vamos a hacer, echa de menos aquellos tiempos cuando tomarse una taza de caracoles, con una cerveza, o una copa, en un chiringuito de la Alameda Vieja, era pura delicia, y no digamos nada, si era jueves o domingo, y la Banda Municipal de Música, dirigida por Villatoro, amenizaba la velada, desde el precioso kiosco de la música.¡Qué tiempos aquellos! ¡Qué hermosura de alameda, con el fresquito que llegaba de las cercanas playas, refrescando las horas finales del día! Las niñas en edad de merecer, luciendo sus mejores galas, paseando junto a sus galanes, mientras la chiquillería se columpiaba en las barquillas de las Cunitas de Mariano, a las que los niños llamaban 'Los columpitos'. Y todo por menos de nada.
Las veladas de la Alameda Vieja comenzaban la misma noche del Corpus y duraban hasta la Fiesta de la Vendimia, que ahora estamos intentando de resucitar, y en buena hora se logre. Incluso hubo épocas ya muy lejanas que, en el mismísimo paseo central, hasta se ubicaron los primeros cines de verano que funcionaron en Jerez. El primero de todos, llamado Cine de la Caridad, porque sus ingresos tenían destino con fines benéficos. Después vendría el 'Cinema X' que más tarde se trasladaría a la calle Porvenir. Eso, sin contar el cine Alcázar, ubicado en los jardines interiores del mismo Alcázar, que tenía hasta bar y restaurante.
Pero, con la empresa Riba, los cines de verano comenzarían a proliferar en los distintos barrios de Jerez. Los más importantes serían el Astoria, en la calle Francos, y el Jerezano, en la calle Caracuel, donde estaba la fábrica de caramelos de Miguel Ríos, a la que era inevitable no pasar por su puerta sin entrar a comprar un paquete de dulces ambrosías infantiles, envueltas en aquellos papelitos de colores que muchos coleccionábamos.
El cine Astoria, si quisiéramos, todavía podría funcionar. Sus instalaciones son óptimas, no solo para espectáculos flamencos, sino para ver las mejores películas de la temporada. Es una pena que no se intente. Aunque solo fuera en los fines de semana.
Por otra parte, hasta en la plaza de toros hubo cine de verano, con el nombre de Cine Avenida; así como en la calle San Agustín, junto al cuartel de la Guardia Civil, otro con el nombre del mismo santo. Y en la calle Santo Domingo, recordamos otro con este nombre, donde hasta se celebraban verbenas y espectáculos varios. Las películas de Fu.Manchú, de Tarzán, el Tanque Humano, Las Cuatro Plumas, Qué verde era mi valle, y tantas otras de la época, estrenadas en invierno en Villamarta, abarrotaban los aforos de estos cines, con precios muy populares en sus taquillas. Y no digamos el furor que hacían, en el cine Santiago, las películas españolas de Juanita Reina, Amparito Rivelles, Estrellita Castro, Lola Flores, Imperio Argentina, Manuel Luna y Miguel Ligero, entre otras grandes figuras del cine español, tan de moda a mediados del pasado siglo.
Hasta en San Telmo hubo cine de verano, en el que, por cierto, no se sabe cómo, ocurrió un año la desgracia de morir un espectador por un disparo perdido - eso fue lo que se dijo -, que no se supo nunca como pudo llegar hasta allí. Estos cines de verano, la mayoría se montaban al comienzo de temporada y se desmontaban al terminar las mismas. Eran instalaciones muy simples. Se acotaban unos metros cuadrados de terreno, se allanaba, se colocaban unas sillas y se montaba una cabina, para la máquina de proyecciones. Todo ello, rodeado de una gran valla de madera. Las películas eran de reestreno, o más viejas, incluso; las cuales se alquilaban en Sevilla, a una distribuidora, que las enviaba en La Valenciana; costando muy baratas las entradas, para su proyección, y las cuales se podían ver desde uno de los dos lugares en que se dividía 'la sala': delantero y butacas de preferencia.
Naturalmente eran películas muy populares, protagonizadas por actores famosos de la época. Principalmente, los norteamericanos Gary Cooper, Clark Gable, Tyrone Power, William Powell, Mirna Loy, Spencer Tracy, Lauren Bacall, Humprey Bogart, Ingrid Berman, Errol Flynn, Charlot, Ava Gardner, Burt Lancaster y tantos otros, cuyo solo nombre hacía que los cines se llenaran. Claro que, entonces, parece que había mucha más afición al cine. No como ahora, que las que privan son las películas de violencia, por encima de todas las demás. También es cierto que la calidad de las actuales producciones es mucho más baja de la que tenían aquellas producciones de los años, 40, 50 y 60.
¿Volveremos a recobrar los paseos de la Alameda? ¿Podremos ir de nuevo a un cine de verano, como los de antes, y no improvisado por barrios? ¿Cuando nos decidiremos a devolver al Cine Astoria su antiguo status de mejor cine de verano de Jerez? ¡Ojalá sea pronto!
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