Alexis, todo por la música

Entrevista

Una breve charla con un pionero del ocio. "Una discoteca es un lugar de ilusión, de sorpresa y belleza".

Juan P. Simó

12 de julio 2015 - 11:23

Es uno de cinco hermanos oriundos de Granada que se criaron en Jerez. El padre de Alejandro (Alexis) Ruiz Martín tuvo zapatería y dos fincas agrícolas en Jerez. Su hijo Alexis, como otros, siguió los pasos emprendedores del padre. Es el hombre que inventó e impulsó el ocio nocturno en la provincia, el que nunca aburre. O eso debe ser. Es presidente andaluz y vicepresidente a nivel nacional de la Federación de Salas de Fiestas y Discotecas de FADYSE, adscrita a Horeca.

–¿Qué le impulsó al negocio de las salas de fiesta?

–La inquietud por el negocio de la noche me viene de la música. Con catorce o quince años, era un gran apasionado de la música y me reunía con un grupo de amigos como Carlos Aranda, Daniel Carretero, Manolo Gutiérrez y una serie de gente aficionada a lo que era nuevo en la música. Había además dos o tres grupos, en los que estaban Pepe Arcas, Fernando Reguera, Carlos Sanz... En los setenta, siendo un crío, entre los dieciocho y veinte años, abro mi primera discoteca, ‘April’, en Rota.

–Salía a otros sitios, observaba.

–Íbamos alguna vez a la Costa del Sol, conocíamos las primeras discotecas abiertas en España, la música... el glamour de las discotecas, que nos encantaba. Yo tenía mucha conexión con extranjeros, que venían por aquí, me informaban y me sirvió de mucho. Conseguí dinero de una tía mía y pude abrir mi primera discoteca.

–¿Cómo fue aquello?

–La experiencia fue magnífica. Creamos una sociedad, junto al hotel Playa, al cincuenta por ciento. Ahí se inició todo el movimiento joven porque la gente de aquí que iba a Madrid o fuera recogía ideas. Por eso, lo de ‘April’ fue un bombazo. Teníamos medios y un equipo de sonido que era de lo mejor de España.

– Y funcionó.

–Funcionaba de maravilla; fue un boom absoluto a nivel de Andalucía y de España. Venían a escuchar música gente de Sevilla, de Madrid, los americanos de la Base… Es decir, se creó la tormenta perfecta para crear ese tipo de local que fuera más liberal que el que había aquí. El hotel Playa era un hotel de extranjeros; estaba la Base con los americanos y después estaba la cream de mucha gente de la provincia que hacían treinta kilómetros para ir a la discoteca. Ese tipo de música y de ambiente no lo había en otro sitio. Éramos comparables a cualquier discoteca de entonces de Ibiza, musicalmente hablando y en medios.

–Entretanto, ¿qué pasaba en Jerez?

–Era un páramo musical, con apenas un par de discotecas, muy limitado para el ocio nocturno… Al final de los setenta abro ‘Safos’, en los bajos del hotel Puertobahía, en El Puerto y a principios de los ochenta, el ‘Bora Bora’. ‘Safos’ fue una discoteca con un éxito rotundo, donde venía lo mejor de lo mejor. Había periodistas, políticos, todos, que ahora por cierto no entran… Pero nos distinguía la música cuando en la mayoría de discotecas se ponían las sevillanas. Nosotros comenzábamos con un poco de soul, funky …

–Muchos jerezanos iban de noche a El Puerto.

–Es cierto. Yo tenía muy buenos contactos porque ya Carlos Aranda trabajaba en Iberia y era mi conexión. La gente pensaba que yo traía los discos de la Base, pero la verdad es que los tenía antes que en la Base. De vez en cuando, viajaba a Londres un par de veces a la semana con idea de estar al día de lo que se escuchaba allí en música y discos.

–¡Qué trabajo!

–Había que cuidarlo. A la gente tenías que sorprenderla. La discoteca debe ser un lugar de ilusión, de belleza. Fuimos los primeros en utilizar el juego de luces, proyecciones, fiestas fantásticas. Recuerdo la fiesta de disfraces de ‘April’, que era el pueblo entero disfrazado, no dejábamos entrar a nadie sin disfraz. Teníamos enormes colas sin poder entrar y teníamos que cerrar con completo.

–En los ochenta, parece caer la actividad en El Puerto.

–El Puerto tuvo unos años de esplendor. En 1985 es cuando abro ‘Eclipse’ en Vistahermosa. Es una época en que a mí me reclaman para montar alguna cosa en Madrid, o en Sevilla. Pero la verdad es que yo estaba tan contento y tan satisfecho aquí que... No sé qué hubiera ocurrido. ‘Eclipse’ tuvo unos primeros años magníficos. En ese tiempo, El Puerto era un gran referente turístico. Se llegaba a hablar de la ‘Nueva Marbella’.

–¿Y qué pasó?

–El Puerto albergaba una semana dedicada a la hípica donde venía la jet de toda España. Vistahermosa era la mejor urbanización del país hasta que se hizo Sotogrande. Al venir todo el famoseo y la jet, hacía que estuviera siempre en el candelero. Se pagaban unos alquileres altísimos en Vistahermosa y llegaron a llamarle la ‘costa casta’. Todo el mundo quería vivir en la ‘costa casta’.

–Y el bajón.

–En esos años hubo una mala dirección política, se hacen barbaridades y no hay gente que promocione y siga con esos eventos. La ciudad se hace con el día a día. Recuerdo una anécdota de unos señores que veraneaban siempre en Rota y cuando cerró ‘April’ me decían: “Si ‘April’ está cerrada no nos merece la pena venir a Rota, ¿qué hacemos para divertirnos por la noche?”

–Los jerezanos dejaron de ir a El Puerto. Entre otras cosas, por los controles de la Guardia Civil.

–Eso era algo más. Mientras El Puerto sufre un período decadente, a partir del noventa llega a Jerez una situación ascendente. Está el circuito, crecen las plazas hoteleras espectacularmente mientras El Puerto mantiene cerrados dos grandes hoteles de referencia: Hotel Puerto Bahía y ‘El Caballo Blanco’. Tiene El Puerto en 2004 menos plazas hoteleras que en el año ochenta. Ahora, El Puerto sigue todavía alicaído.

–¿Qué fue del ‘Bora-Bora’?

–Cuando monté el ‘Bora Bora’, un bar que considero el mejor de Jerez de toda su historia, me supuso una gran inversión, ni se ha montado ninguno parecido. Estuve en condiciones de remontar y lo hice yo por mi pueblo. Duró doce años. Después prohibieron aparcar, eso me hizo daño. A Pacheco le dije un día: ‘Pedro, me has echado de Jerez’. ‘No me digas eso, ¿por qué?’ Quizás pequé de soberbio, pero cada uno tiene su orgullo. Le dije: ‘Monté un negocio que tienes que valorar como alcalde. Que en tu ciudad monten el mejor bar, que no existe en España nada parecido. ¿Y tú me tienes que echar a los guardias para que no aparquen porque dices que este es el bar de los señoritos? Se quedó callado.

– ¿Soluciones al botellón?

–Ha de haber locales para todos los públicos. El botellón sólo crea problemas y no hay control de lo que se bebe. Si una persona va a una discoteca, por barata que sea, moderará su consumo.

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