El Alvia deja a sus pasajeros cuatro horas sin aire acondicionado

Los viajeros, molestos, agotaron las hojas de reclamaciones a bordo del tren

Patricia López, pasajera del tren, espera ayer en Atención al Cliente con su hoja de reclamaciones.
Patricia López, pasajera del tren, espera ayer en Atención al Cliente con su hoja de reclamaciones.
J.p. Lobato / Jerez

21 de julio 2012 - 01:00

La oficina de Atención al Cliente de la estación de Renfe ardía ayer a causa de las quejas presentadas por los viajeros que provenían de Madrid. Exactamente, del tren Alvia, cuyo trayecto hasta Jerez dura habitualmente casi cuatro horas. La reclamación de los pasajeros se basaba en que el aire acondicionado de los 20 vagones que venían de la capital tenían el aire acondicionado estropeado. Tal fue el descontento general de los viajeros que los papeles donde se formulaban las quejas, que pueden retirarse en el propio vehículo, se agotaron durante el viaje.

Santiago Gil, uno de los pasajeros del Alvia, comentaba a este medio cómo "nos han tenido sin saber qué pasa durante la mayor parte del trayecto. Al principio, fue casi soportable, pero una vez entramos en Córdoba el calor se volvió inaguantable. Tantas horas y tantos pasajeros encerrados en un habitáculo cerrado era espantoso". Gil, además, explicaba que uno de los pasajeros con el que compartía vagón, "hizo la ruta hace tan solo una semana y pasó lo mismo. No nos pueden tener como animales, que el billete no es precisamente barato para que nos den este servicio". La mayor denuncia del pasajero iba dirigida "al revisor. Se quitó de en medio en cuanto pudo dejando solo al encargado de la cafetería recogiendo las quejas".

El tren salió de Puerta de Atocha alrededor de las cuatro de la tarde y llegó a Jerez con unos minutos de retraso, pasadas las ocho. Patricia López, otra de las afectadas por las averías del sistema de aire acondicionado, mencionaba el hecho de que "nos tuvieron completamente desatendidos. La situación llegó a tal punto que cuando paramos en Sevilla se estaba mejor fuera del tren que dentro. A eso de las seis, seis y media, sí es verdad que nos dieron una botella de agua para aliviar un poco el sofoco, pero hasta entonces lo pasamos fatal".

La avería se solucionó tan solo diez minutos antes de que el tren llegara a la ciudad, según se quejaban los usuarios en Atención al Cliente. Una cola de unas 20 personas aguardaban su turno para quejarse sobre el suceso mientras el encargado de la oficina les decía que ese problema no era competencia de Renfe, pero tampoco dejaba claro dónde debían presentar la queja, aumentando así el enfado de los pasajeros.

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