Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

Antecedentes históricos de la Escuela de Artes y Oficios (I)

  • Dotar a la ciudad de la Escuela de Artes y Oficios fue vieja ambición municipal durante largos años. He aquí los intentos realizados en Jerez en el último tercio del siglo XIX.Entrada del antiguo Cabildo, convertido en Biblioteca Municipal, en 1873, donde años antes se quiso instalar una escuela de artes y oficios artísticos.

CORRÍA el año de gracia de 1844 y, en cabildo de 21 de octubre, al punto décimo del orden del día, se leyó ante el pleno de la Corporación Municipal un escrito, firmado por un grupo de profesores, llamados Juan Miró, Juan Esteban Navarro, Balbino Marrón y Ranero, Agustín de Mendoza, Juan Rodríguez García y Giovanni Alesandri, en el que, entre otras cosas, decían que Jerez "jamás había tenido un establecimiento literario para la educación científica de sus hijos: ya lo tiene, y la multitud de jóvenes instruidos en él ponen de manifiesto su utilidad (…). Por desgracia las artes se encuentran muy descuidadas entre nosotros, en tanto que más activos los extranjeros, les han dado un impulso extraordinario".

A la vista de la ausencia de enseñanzas artísticas, los citados profesores, "deseosos de contribuir a las mejoras que esta ciudad va recibiendo de día en día se comprometen a plantear una Escuela de Nobles Artes, en que se enseñaren aquellos ramos del saber que más puedan influir en los adelantos de la clase industriosa. Las ventajas que Jerez reportaría de un establecimiento de tal naturaleza son inmensas" ya que, opinaban dichos profesores, en nuestra ciudad "las artes y oficios siguen todavía un sistema rutinario, perjudicial a la misma población; además, hay jóvenes dotados de un gran talento artístico, los cuales darían honor y utilidad a su país; a sí mismos, y a sus familias, si lo cultivasen".

Los autores del escrito se comprometían seria y firmemente "a desempeñar gratuitamente todas las clases por el término de un año; y proporcionando al mismo tiempo textos y modelos" trabajados por ellos mismos, o puramente españoles.

El Ayuntamiento, sensible ante tan generosa oferta del citado grupo de profesores, como no era menos de esperar accedió a la misma, designando una comisión que se encargara de ponerse de acuerdo con los mismos, a los efectos de formar un proyecto que planteara las clases, medios para atender a las mismas y el presupuesto de gastos que éstas ocasionasen. Diez días después la comisión manifiesta que la idea es realizable y que el Ayuntamiento debe hacer todo cuanto esté en su mano "hasta conseguir tener un plantel de alumnos en las bellas artes que algún día den lustre a su cuna"; y para ello propone un primer presupuesto, dedicado a la puesta en funcionamiento del proyecto, por importe de 36.896 reales de vellón; proponiendo además, como local ideal para dicha escuela, la Casa de la Justicia, en la plaza del Arenal (actual Colegio Cervantes), entonces ocupada, en parte, por la Junta de Beneficencia, con los niños expósitos, y otra parte baja con el alfolí (almacén) de la Contrata de la Sal.

El citado presupuesto incluía asignaciones para clase de arquitectura y adorno; clase de dibujo natural; sala del natural; clase de yeso; clase de aritmética, geometría y mecánica aplicada a las artes y oficios; clase de física y química, aplicadas a las artes y oficios, con nociones de botánica, mineralogía y gnomónica, o ciencia que enseña el modo de hacer los relojes solares.

Pero las cosas no andaban, en el Ayuntamiento, como para que del erario público saliese una inversión que se calculaba podía elevarse a los 40 o 50 mil reales, que costaría la dotación de las cátedras, sueldos de empleados, material docente, etc.; por lo que, el 21 de noviembre de 1844, se acordó que el proyecto quedase paralizado, hasta poder "determinarlo definitivamente, cuando mejoren las circunstancias".

"La difusión de las artes engendran en los pueblos costumbres sociales; y es un eficaz medio de destruir los instintos aviesos del hombre".

Con esta solemne declaración del alcalde, Dr. Francisco Revueltas y Montiel, leída el 15 de octubre de 1868, relativa al antiguo proyecto de crear una academia de bellas artes en la antigua Casa Consistorial, el Ayuntamiento retoma el mismo, para facilitar "al artesano los medios de que se eleve a artista". Los estudios comprenderían dibujo lineal, de adorno, de figura, modelado, geometría y perspectiva, etc.; así como conferencias sobre arte de los distintos profesores; comprometiéndose el propio alcalde a desempeñar él, personalmente, una "cátedra de anatomía externa".

En su brillante expuesto, el alcalde llega a afirmar: "Los amantes del progreso que encierra nuestro pueblo se apresurarán a entrar en la liza abierta al saber: La ciencia arqueológica que nos explica los monumentos del pasado; la estética, que nos señala las fuentes perennes de la belleza; la historia del arte que nos revela las distintas manifestaciones que ha revestido éste, en diversas edades, y la indumentaria que nos dice cual analogía ha existido siempre entre el adorno del hombre y el medio en que ha vivido, tendrán sus interpretes que establecerán con el público ese comercio de ideas, tan necesario a la obra de la civilización". (Continuará)

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