Vivimos tiempos convulsos en lo que buena parte de los hábitos adquirido con el paso de los años, han sufrido una transformación obligada con motivo de la pandemia que ha asolado al planeta. Esta época ha servido para poner en valor, muchas de las cosas cotidianas que antes se veían como normales, pero que cuando sucede algo extraño de este tipo aumenta su importancia exponencialmente.

El ámbito educativo no ha sido ajeno a esta tesitura, transformado todo el modelo existente hacia lo interactivo, teniendo a las herramientas tecnológicas como eje central del aprendizaje. Todos los niveles se han visto afectados, modificando la presencialidad o la forma de impartir clase. Si algo bueno ha permitido ver la pandemia, es que el aprendizaje no tiene barreras en estos momentos, y que únicamente con una buena conexión a internet y un dispositivo electrónico, cada estudiante puede acceder a clases en vivo del mismo nivel que si lo hiciera de manera presencial.

Si ponemos el foco en la docencia no obligatoria, son los idiomas los que llevan la voz cantante desde hace algún tiempo como un bien necesario y preciado cuando se accede al mercado laboral. Es mucha la oferta existente en la red de redes para poder sumarse a conocer nuevas culturas, y poder usar otro idioma en el día. Todas estas plataformas han experimentado un aumento de usuarios motivado, en parte, por la pandemia y los efectos que ésta ha tenido en la movilidad.

Pese a lo que podría pensarse, esta nueva forma de aprender idiomas no es pasajera. Viene siendo una tendencia desde hace ya más de una década, teniendo el punto de inflexión en la generalización del uso de las nuevas tecnologías y del aumento de la red de calidad por muchas zonas del planeta.

Las clases presenciales van perdiendo cuota de mercado con respecto a las interactivas. Las ventajas de poder aprender un idioma a tu ritmo, en cualquier momento y lugar, sin fechas y horas muy rígidas, es algo que no ha pasado desapercibido para las nuevas generaciones que ven acudir a una academia presencialmente cosa del pasado. La crisis del Covid 19 ha sido el impulso definitivo para que el cambio de modelo educativo no tenga marcha atrás. Los oferentes de idiomas son uno de los primeros pilares que se han visto obligados adaptar sus productos a la nueva realidad, y lo cierto que esta transformación está siendo muy exitosa.

El mercado laboral obliga a todos los demandantes de empleo a estar cada vez más formados. Los idiomas son uno de los puntos principales que hacen que una empresa se decante por una u otro perfil, por ello, la demanda de estudiar nuevas lenguas sigue creciendo exponencialmente.