SE nos ha ido el curso volando y con tan pocas entregas no hemos podido dedicar un especial a los libros de no ficción. Por eso aprovechamos este último espacio para recomendar con mucho interés los libros "naturalistas" de Kalandraka. No solo los inventarios ilustrados por Emmanuelle Tchoukriel (el último el de los animales con cola, precioso como los demás), sino también "¿Quién falta?", de Arianna Papini, donde animales desaparecidos o en peligro de extinción nos hablan en primera persona junto a unas ilustraciones que afortunadamente tienen mucha vida. O "Color animal" de Maya Hanisch y Agustín Agra, que nos ofrece un catálogo de animales exóticos con una breve descripción y una imponente ilustración con técnica mixta a partir del collage.

En otra línea y dedicado a los pequeños, están los libros de la colección Mi barrio, de la editorial Bruño, que nos muestran "La tienda de animales" y "El supermercado", por ahora, en sendas entregas. Son libros para jugar y con ello surgirán las historias que inventen pero a la vez se estará llamando la atención sobre los distintos elementos que aparecen recogidos en sus ilustraciones.

Y, por su magia, no olvidemos la colección Cuento para leer a oscuras de la que destacamos "El Universo", de Ignasi Valios, que como los demás títulos los podremos "leer" después de exponerlo a la luz y apagarlo todo posteriormente para que aparezcan fosforescentes las imágenes y textos.

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Otros libros de no ficción, aunque muy feos comparados con los anteriores, y dirigidos al público infantil son los libros de texto. Ahora se está decidiendo en cada colegio qué libros utilizar para los próximos cuatro cursos. ¿Qué pasa con los de 1º de Primaria: empezamos desde cero con la lectura o se supone que ya "vienen leyendo"? Cuidado que aquí está el origen de posteriores fracasos escolares: no todos vienen leyendo (ni aprovecharán el verano) por igual. Se pueden crear escalones de nivel insalvables.

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Y como despedida, nuestro obligado adiós a la entrañable Vicenta F. Guerra que ahora descansa entre versos de algodón. Pero Crispín, Kira, Facundo y tantos y tantos otros se quedan con nosotros recordándola cada vez que leamos sus poemas. En nombre de todos los niños: gracias, Vicenta.