La Hoyanca es uno de esos espacios degradados que parecen vivir atrapados en el olvido y el universo de las promesas incumplidas. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en 1995 ya estableció una propuesta para urbanizar este espacio degradado entre la Ronda de Muleros y las barriadas de Agrimensor, Federico Mayo y San Telmo, aunque no llegó a ejecutarse en su totalidad —se hizo algún que otro vial y parte de un parque—.

Luego el Plan General de 2009, el vigente, mantuvo la propuesta para que este espacio facilitara la conexión de la zona sur con el centro pero aún siguió solo en los planos ya que, ni siquiera, llegó a ejecutarse con los fondos que la Unión Europea destinó para la zona sur con el Plan Urban.

Pero por fin la maquinaria pesada ya ha llegado a este enclave de complicada orografía que supone una verdadera barrera física entre el sur y el centro de Jerez. En esta semana se han iniciado las obras de la primera fase de la reurbanización de La Hoyanca y se espera que en cuestión de días se inicie la segunda. Ayer la alcaldesa, Mamen Sánchez, estuvo a pie de obra acompañada de representantes vecinales. A efectos urbanísticos, la actuación en La Hoyanca se ha dividido en tres fases. Las dos primeras, que ya están adjudicadas, consisten en la construcción de nuevos viales y la reurbanización de varias calles existentes para mejorar la conexión de Agrimensor y Federico Mayo con la Cuesta de San Telmo y la Ronda de Muleros. La tercera fase, mientras tanto, es el desarrollo residencial previsto en este enclave donde se proyecta un máximo de 311 viviendas, aunque aún no hay fecha de ejecución.

Las obras de urbanización, que han sido adjudicadas a las empresas Manuel Alba SA y Grucal Infraestructuras SA, tendrán un coste de algo más de un millón de euros y deberán estar listas antes de que acabe el año. La primera fase consiste en la construcción de dos nuevos viales. El primero servirá de prolongación de la calle Fernán Caballero, una actuación que permitirá que las calles Góngora, Ruiz Alarcón y Hermanos Álvarez Quintero, todas ellas de Agrimensor, dejen de ser un fondo de saco. Y el segundo será una nueva conexión de la calle Jorge Manrique con la Ronda de Muleros a la altura de la plaza del Santísimo Cristo de la Expiración, desapareciendo así el tramo más próximo al centro histórico de la conocida también como Cuesta de La Hoyanca y reduciendo notablemente la pendiente existente (pasará del 18 al 6%). Mientras, la segunda fase de la reurbanización de La Hoyanca está centralizada en el entorno de la Cuesta de San Telmo. Para ello, se procederá a la prolongación de la calle Azorín, que separa Agrimensor de Federico Mayo, para conectarla con la calle Zahara. Se hará, además, un nuevo vial prolongando la calle Juan de la Cueva y se reformará la Cuesta de San Telmo adecuando la actual calzada y acerados. El proyecto incluye, además, una conexión provisional, según lo apuntado ayer por técnicos de la Delegación de Urbanismo, entre la Ronda de Muleros y la Cuesta de San Telmo para posibilitar la entrada y salida de vecinos, aunque se baraja dejarla de forma permanente.

Esta intervención estaba incluida dentro del Plan Urban pero se quedó sin ejecutar por las dificultades técnicas surgidas durante la tramitación administrativa, fundamentalmente por la titularidad de los suelos ya que el ámbito de actuación no era totalmente público, aunque el Ayuntamiento es el propietario mayoritario. Esto propició que no diera tiempo a iniciarse las obras dentro de los plazos de ejecución exigidos para que fueran financiadas con el Plan Urban ya que deberían haber estado acabadas a finales de 2015. Finalmente, para ejecutarla, el Ayuntamiento ha tirado de remanentes de crédito que tenía de otras actuaciones urbanísticas para contar con el millón de euros necesario para poder ejecutar las obras.

La alcaldesa afirmó ayer que, con esta actuación, “el gobierno cumple su compromiso de dar respuesta a la demanda de recuperar esta zona tan degradada y abandonada y que los vecinos llevan esperando alrededor de 20 años”

Ya una vez ejecutado estos viales estarán delimitadas las parcelas lucrativas y las destinadas para nuevos espacios públicos y de equipamientos. Tal y como establece el planeamiento urbanístico, estos desarrollos residenciales deben ser promovidos por la iniciativa pública por lo que el Ayuntamiento deberá expropiar los suelos lucrativos en un futuro —el coste en indemnizaciones superaría el millón de euros, según el estudio económico del vigente PGOU—.