El Ayuntamiento busca sin éxito a los dueños del Palmera Plaza

Desde ayer no hace falta ni siquiera saltar para acceder al hotel porque las rejas de la entrada amanecieron abiertas de par en par.

El Ayuntamiento busca sin éxito a los dueños del Palmera Plaza
El Ayuntamiento busca sin éxito a los dueños del Palmera Plaza
P. J. Fernández

Jerez, 12 de noviembre 2015 - 01:00

El área de Urbanismo del Ayuntamiento de Jerez comunicó ayer que no tiene margen de actuación frente la situación de abandono en la que se encuentra el hotel Palmera Plaza porque se trata de una propiedad privada y desconoce el paradero de los dueños, a los que tratan de localizar con insistencia. Los vecinos siguen sin encontrar salida a una situación que se complica por momentos. Se encuentran en desamparo ante una situación de insalubridad creciente. "Anoche volví a encontrarme dos ratones en casa. ¿Qué va a pasar el día en el que todo ese matojo salga ardiendo?", lamentaban algunos propietarios de las calles Pozo del Olivar y Luis Pérez, que rodean el complejo hotelero.

Las inspecciones de Urbanismo se llevaron a cabo cuando el perímetro del hotel se encontraba cerrado. Desde ayer por la mañana esto no era así, pues la reja a la entrada amaneció abierta de par en par, dejando así vía libre al desguace. La imagen del interior del recinto resulta desoladora. Los aparatos de aire acondicionado fueron objeto de los primeros apropiamientos, así como parte de los cableados. Los bienes de mayor valor que resultan fáciles de transportar tampoco están, como ordenadores o televisores. Dentro aún permanecen otros objetos de alto valor, como frigoríficos industriales, mobiliarios del hall y de las habitaciones. Entrar en el Palmera Plaza es hacerlo en un hotel fantasma, propio de los decorados de películas postapocalípticas.

Este 'The walking dead' de la industria turística jerezana resulta un escenario perfecto para la ocupación. En las habitaciones no faltan sábanas y colchones en un entorno de miles de metros cuadrados cuyos propietarios se desentienden de lo que está ocurriendo hasta el momento. Hace tiempo que en el recinto no hay seguridad privada y los agentes de la Policía, por ahora, se han limitado simplemente a patrullar y prender a algún caco.

Al interior del edificio se puede entrar tanto por cristaleras destrozadas como por puertas forzadas. En la entrada automática de la recepción fueron instaladas dos barras de hierro sobre la guiadera del suelo que impide que se fuercen manualmente. Sin embargo, la antigua puerta del servicio de la cocina deja vía libre al resto del inmueble. En algunas partes se amontonan elementos de diversos metales, ya en bolsas, para continuar con la caza menor.

De entre los bienes que el hotel abandonó tras su cierre destacan numerosas obras pictóricas cuyo valor no se puede catalogar. Son lienzos que alcanzan hasta dos metros de altura que engalanaban la entrada, los salones de celebración y los despachos firmadas por Sergio Piera.

El relato del súbito abandono que sufrió el Palmera Plaza lo atestigua que aún se encuentran en zonas como el bar de la piscina y el jardín, donde aún se encuentran cajas de refrescos cerrados. También están por los suelos algunos uniformes de antiguos empleados. Y sin rematar se quedó antes del cierre una ampliación que se proyectó en pleno auge, anexa al jardín principal: 'Estimados clientes, disculpen las molestias, estamos mejorando las instalaciones'.

stats