La deuda del Ayuntamiento con las entidades bancarias no empezará a reducirse hasta, al menos, 2020. Según la revisión del plan de ajuste que se aprobó semanas atrás en el pleno para pedir un nuevo crédito al Ministerio de Hacienda, el año próximo se prevé un incremento de estos débitos en algo más de 28 millones de euros. En cambio, no será hasta el 31 de diciembre de 2020, teniendo en cuenta estas previsiones, cuando la deuda viva comience a reducirse.

Por este motivo, la previsión que recoge el plan de ajuste ya avanza que el Ayuntamiento seguirá acogiéndose a las líneas de ayuda habilitadas por el Ministerio de Hacienda para atender obligaciones. De hecho, semanas atrás el pleno municipal aprobó la solicitud de un crédito de 22,9 millones al denominado fondo de ordenación de las entidades locales para liquidar facturas con proveedores que recurrieron a la vía judicial para intentar cobrar (algunos de ellos ya tienen sentencias favorables) y para atender obligaciones bancarias suscritas tanto por el Ayuntamiento como por la empresa municipal de vivienda, Emuvijesa. Esta operación no se hará efectiva hasta el año próximo por lo que sus importes ya están incluidos en la modificación del plan de ajuste que también se aprobó en sesión plenaria como complemento a la solicitud.

Según las previsiones que recogerá este documento, este año el Ayuntamiento acabará con una deuda de unos 667,8 millones de euros, unos 42 millones de euros más que en 2017 -esta cuantía solo corresponde al Ayuntamiento dejando fuera la de las empresas y fundaciones municipales-. En el plan de ajuste, el ejecutivo local se compromete con el Ministerio de Hacienda a empezar a reducir a partir de 2020 los débitos bancarios.

Para esa fecha, la Delegación de Economía estima que la deuda se situará en los 687,2 millones de euros, unos 9,4 millones de euros. A partir de entonces, el Ayuntamiento tendría que iniciar una progresiva reducción de su pasivo hasta liquidar los numerosos préstamos que tiene en su balance. No en vano, hay créditos que no quedarán totalmente amortizados hasta el año 2038.

Hasta el pasado año, el plan de ajuste establecía el comienzo de la reducción de la deuda a partir del año próximo. En cambio, esta previsión tuvo que retrasarse entonces ya que el Consistorio siguió adhiriéndose a nuevas líneas de crédito del fondo de ordenación para las entidades locales con problemas financieros. Las dificultades económicas crónicas del Consistorio impiden, por ley, que el Ayuntamiento pueda recurrir directamente a los bancos para solicitar préstamos. En su lugar, tiene la posibilidad de suscribir créditos a través de las líneas habilitadas por el Ministerio de Hacienda con el fondo de ordenación. El dinero, claro está, es aportado por las entidades bancarias pero el acreedor es el Gobierno central que es quien avala estas cuantías.