'Prosas catetas', de la carpeta azul al palacio de Campo Real en Jerez

Jerez/Andaban perdidos, pero ya no. El escritor Rafael Benítez Toledano ha reunido en 'Prosas catetas' (Libros Canto y Cuento) algunos de esos "celebrados textos que muchos amigos estaban esperando ver reunidos. Es cierto que, hasta ahora, el autor sólo había publicado libros y cuadernos de versos, pero ya iba siendo hora de que toda esa prosa dispersa pasara del desordenado hatillo de folios que se guardan en una carpeta azul a esta singular obra que hará las delicias de los lectores incondicionales de este poeta culto y, ya para tantos, “de culto”, asegura Agustín García Lázaro en el prólogo.

El próximo 16 de noviembre, a las 19:30 horas, el palacio de Campo Real acogerá la presentación del libro, en la que el autor estará acompañado por Javier Benítez y Eugenio Camacho. Al finalizar el acto, González Byass ofrecerá un jerez de honor.

Con ilustraciones de José María Bernabé, "después de una labor arqueológica de varios años que le ha llevado por redacciones de periódicos locales, emisoras de radio y las estanterías de sus amigos más fetichistas, el autor ha conseguido reunir un buen puñado de artículos y textos, los suficientes para llenar un primer tomo. De su búsqueda y catalogación ha extraído mucho bueno y tan abundante que incluso él se ha sorprendido de que hubiera una época en que escribiera tanto", dice Javier Ayerbe Toledano en el epílogo de la obra. "'Prosas catetas' ha llamado al libro, un adjetivo que lleva a engaño y hace referencia a un pretendido acento pueblerino", añade Ayerbe.

Los primeros veinte relatos son una guía muy personal por las ciudades, las calles, los tabancos, los recuerdos y el inventario de vivencias y nostalgias que le deparan a Rafael sus paseos, haciendo alusión en muchas ocasiones a esos otros paisajes de la memoria tan presentes como los reales. Aunque hay referencias a otras ciudades –a Cádiz, la Sevilla de su primer trabajo, un viaje a Budapest, otros a Venecia y Montecarlo, a costa de los Agnelli-, la mayoría de los relatos nos traen escenas urbanas y humanas de ese Jerez del que el autor se declara “enamorado”.

La segunda parte del libro despliega una serie de esbozos y apuntes de conocidos y amigos, en los que se despacha a pluma suelta y que provocan, inevitablemente, la sonrisa del lector.