Ramón Clavijo Provencio. Ex director de la Biblioteca y Archivo Municipal de Jerez

“Esta Biblioteca es el sueño de cualquier bibliotecario”

Ramón Clavijo Provencio.

Ramón Clavijo Provencio. / Manuel Aranda (Jerez)

–Se jubila en plena pandemia. ¿Era mejor estar en casa o seguir en su puesto?

–Me siento bien. Y tengo encargos y proyectos que pienso llevar adelante. Y respecto a la situación actual, la pandemia es algo que nos ha descolocado, es un enemigo que no vemos y no sabemos cómo defendernos de él. Yo muchas veces me encuentro seguro en el exterior, más incluso a veces que dentro de casa. Hace relativamente poco estábamos confinados, que de muy poco ha servido, y estamos a las vísperas, esperemos que no, de medidas muy drásticas para dar respuesta a este problema sanitario que tenemos.

–La Biblioteca de Jerez, que en 2023 cumplirá 150 años, fue la primera municipal dependiente de un Ayuntamiento que se creó en España ¿Es una gran desconocida para los andaluces?

–Pese a que he estado trabajando 35 años para ella, me encontré una biblioteca en uno de sus periodos históricos más difíciles y uno de los temas a los que me enfrenté fue recuperar su historia. En esa época había pocos datos de sus orígenes, de su evolución, y una de mis principales tareas fue recuperar la historia de la Biblioteca Municipal de Jerez, que era una gran desconocida desde el punto de vista histórico en aquellos momentos. A pesar de las décadas pasadas, intuyo que los jerezanos conocen poco la importancia de una institución como ésta, del patrimonio que conserva. Sigo creyendo que una de las tareas más importantes de una biblioteca es dar difusión de su historia.

-¿Qué hace singular a esta Biblioteca?

–Ha sido un referente andaluz y provincial. Fue una de las primeras redes públicas que se crea en Cádiz y en Andalucía. Conserva un patrimonio bibliográfico increíble en el que se pueden encontrar desde incunables, códices medievales, manuscritos, donaciones de particulares... hasta la oferta bibliográfica más actual. Y los libros digitales, que tanto se están imponiendo. Cualquier bibliotecario querría trabajar aquí porque contiene todo lo que un bibliotecario quiere: trabajar con la ciudadanía, conservar la historia y difundir un patrimonio bibliográfico.

-¿Tiene puntos flacos?

–Sí, necesita más espacio. De ser un lugar excelente, este edificio de la plaza del Banco, al albergar también al Archivo Municipal, pues andando los años, ya está saturado. Es necesario habilitar nuevos espacios y para ello lo ideal es que el Archivo se mude a una nueva sede que esté a la altura del importante patrimonio documental que ostenta.

–Bajo su mando estaba también el Archivo Municipal. Historiadores dicen que es fuente de “pelotazos artísticos”.

–Hay que aclarar que la Biblioteca y el Archivo se perciben como una unidad porque han compartido sede desde 1987. Y eso causa confusión. Ambas son instituciones centenarias pero deberían estar en unidades administrativas independientes. Fue un error decidir fundirlas bajo la misma unidad en 2014, dos instituciones de este calado y con este patrimonio. Sus cometidos son distintos. Para un mejor funcionamiento de ambas y una mayor operatividad de las mismas, habría que separarlas.

"Espero que los medios digitales no coman sitio a las consultas in situ y a las de los libros en papel”

–Rechaza esa idea extendida de que cualquiera puede trabajar en una biblioteca.

–Siempre he defendido la profesionalización del personal que trabaja en bibliotecas. Y esa idea tan extendida desgraciadamente es un mal que afecta a muchos Ayuntamientos. El futuro de las bibliotecas siempre dependerá del factor humano, de su preparación. Luego estarían los recursos materiales, siempre escasos y siempre bienvenidos.

–¿Qué personajes destacados recuerda que hayan pasado por su sede?

–Algunos lo han hecho de manera privada, como Carmen Romero, por entonces esposa de Felipe González, y que como profesora de literatura se interesó por su rica colección patrimonial. Otros lo hicieron de una manera más visible, como el escritor de novela negra Juan Madrid, que se pasó semanas recabando datos para su novela sobre la Mano Negra. Recuerdo como muy entrañables las visitas de Emilio Gutiérrez Caba, el gran actor, al que facilité hace años el acceso a la colección de periódicos de ‘El Guadalete’, para que rastreara datos sobre su familia en Jerez, una gran saga de actores. También, la del economista Ramón Tamames y al que guié por la colección de impresos del siglo XVIII, entre los que se conservan algunos textos de grandes pensadores de la época

–¿La pandemia ha cambiado la forma de funcionar de la Biblioteca?

–Nos hemos tenido que adaptar, lo que nos ha obligado a una reducción del aforo, algo que repercute en el mundo cultural de la ciudad. El material bibliográfico tiene que sufrir además una cuarentena, las estanterías apenas se utilizan y eso hace que el usuario renuncie a venir. Y el uso de los medios digitales ha subido muchísimo a través de ebiblio. Espero que estos portales no coman sitio a la consulta in situ y de los libros de papel.

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