EL REBUSCO

Botas con dedicatoria

  • La firma de ilustres famoso se impregnan con jerez

  • Muchas bodegas conservan aún esta tradición

Miguel Bosé, firmando en una bota en Williams.

Miguel Bosé, firmando en una bota en Williams.

Las bodegas del Marco tienen una peculiar forma de agasajar a sus ilustres invitados: les permiten plasmar sus firmas sobre el frontal de las botas en las que guardan sus vinos más distintivos. En la mayoría de las ocasiones las firmas van acompañada de una dedicatoria agradeciendo tan amable cortesía, algunas muy ingeniosas y divertidas. Me viene a la memoria la bota que hay en González Byass, donde se observa una pareja de esqueletos andaluces bailando, a sus pies un texto que proclama: "Este moyate da la vida".

Este ejemplo de esqueletomaquía es obra del ingenioso paisano Carlos González Ragel, que alcanzó su culmen con su obra, reproducida en bellas cerámicas de colores, de Los Gabrieles, en Madrid.Una costumbre que viene de lejos, aunque no sabemos a ciencia cierta cuando, ni a quién se le ocurrió tal iniciativa. Podemos aventurar que sería habitual a partir de la segunda mitad del XIX, cuando a la zona venían de todo el mundo para conocer los famosos vinos.  Indicar que la firmada en González-Byass por el ingeniero agrónomo, Gumersindo Fernández de la Rosa (Cádiz, 1834-1919). está fechada el 5 de agosto de 1879.Por otra parte, el humorista gráfico del diario ABC, Mecachis, recrea en su viñeta compuesta de varias escenas, a dos amigos que vienen a Jerez y pasan por una bodega. Al inicio, en el libro de entradas, sus firmas, junto a otros que le precedieron, son legibles y claras, pero que al finalizar su paseo se hacen ilegibles y llenas de manchas de tintas en el libro de salida. El dibujo lo titula el autor "Efectos del jerez", y está fechado en 1894.Hasta hace bien poco la mayoría de las bodegas, grandes y pequeñas, guardaban con celo estas botas singulares. Sin embargo, con la compra de muchas de ellas por Rumasa, y su posterior expropiación en 1983, gran parte de ellas desaparecieron.

La crisis del sector se llevó por delante a otras tantas, como Bobadilla, que en sus bodegas de la calle Cristal, y en sus nuevas, y enormes, instalaciones que tenía en la periferia, había atesorado numerosas botas de este tipo, ahora dispersas y/o desmanteladas.

Ahora que aún estamos a tiempo, se hace necesario un catálogo gráfico que recoja todas estas botas, como sus historias. En la actualidad podemos disfrutar de este patrimonio cultural en bodegas que se han preocupado en su conservación y posterior restauración, tal como han hecho en González Byass, Fundador, Williams&Humbert, Lustau, Osborne, Caballero, Gutiérrez Colosía, Hidalgo o el Grupo Estevez.

En otras, a falta de preservarla con una capa de barniz protector, los rasgos dejados por la tiza se van desdibujando, tal como podemos ver en las de Garvey, y en otras que por discreción omito sus nombres.

Lola Flores, firmando en 1967. Lola Flores, firmando en 1967.

Lola Flores, firmando en 1967.

Un trabajo, el de recuperar las firmas de las botas, que el tiempo, y el vino exudado entre las duelas, provocan su degradación, que solo lo puede realizar en Jerez un verdadero artista con más de 40 años de experiencia: Alfredo Vega Martínez.

Al hilo de todo esto hay que reseñar la apertura al público, en el 2017, del reservado municipal conocido como la bodeguita. Unas dependencias municipales ubicadas en el edificio Consistorio, que el alcalde Pedro Pacheco creó en 1991 para atender a diferentes personalidades que pasaban por Jerez.

Un grupo de andanas de botas se instalaron en un salón decorado con carteles de feria de finales del XIX, éstos sin la protección adecuada para una buena conservación en un lugar que, además, no reunía las mejores condiciones. Las botas, después de años de abandono, han sido debidamente restauradas, y los carteles trasladados al Alcázar, lugar que tampoco es el idóneo por la cantidad de luz que hay, además de la falta de un cristal en algunos de ellos.Las anécdotas son muchas, y variadas, para resumirla en estas dos páginas, pero valga este ramillete de algunas de ellas, unas conocidas, otras no tanto.

Todos vienen a Jerez

De todo esto bien nos pueden hablar dos personas que conservan memoria de un periodo glorioso para las bodegas Domecq, Manolo Domecq Zurita y Paco Pérez, responsables del departamento de relaciones públicas de esta bodega en las décadas de los `60 al `80. Unos perfectos anfitriones.Paco Pérez recuerda con detalle esa lluviosa tarde del 5 de abril de 1975, cuando tuvo que acompañar al actor americano Charlton Heston, y su esposa Lydia. En su bota, unas amables palabras: "With my best wishes and thanks". De su archivo personal me muestra la foto del grupo paseando entre andanas de botas.

Steven Spielberg, en 1987. Steven Spielberg, en 1987.

Steven Spielberg, en 1987.

 Más tiempo permaneció Steven Spielberg en Jerez cuando rodaba en Trebujena El imperio del sol. Los representantes de González Byass acompañaron a él y su mujer Amy Irving al momento de dejar su firma, sin más, el 25 de mayo 1987. Del ámbito nacional, los cómicos Tip y Coll, no pudieron olvidar que eran unos maestros del sinsentido, y en González Byass. desde 1973, nos podemos divertir con su frase: "Ángel de la guarda / dulce compañía/ no me abandones / ni de noche ni de Byass".Ambos, que ya habían estado en Domecq el 20 de octubre de 1971, promocionarán el brandy Espléndido Garvey en un anuncio emitido por televisión.

De músicos y cantantes.

La celebración de las diferentes ediciones del Congreso de la Fundación Caballero Bonald, como las cuatro ediciones del Festival veraniego Tío Pepe, como el cuarto de siglo del Festival de Jerez, ha motivado que en estos años muchos de los escritores, artistas de la música, nacional e internacional, o los más destacados representantes del flamenco, pasaran por algunas de las bodegas de Jerez dejando recuerdo escrito. El Dúo Dinámico, Ramón y Manolo, parecían intuir la situación de pandemia que padecemos dejando escrito, el 11 de agosto de 2017, aquello de "Resistiré".Las firmas de los cuatro Beatles, que podemos ver en Williams&Humbert, tienen para muchas anécdotas. Ellos nunca pisaron Jerez, pero si lo bebieron, dejando impresa sus firmas en aquella andana de botas, que con tan buen ojo llevó Miguel Primo de Rivera, a la sazón alcalde de la ciudad, al hall del hotel Fénix de Madrid, el 1 de julio de 1965.Y el genio de la guitarra clásica española, Andrés Segovia, no sólo signó su bota el 7 de julio de 1953, sino que años más tarde, en 1981, la prensa internacional recogería la noticia de su apoyo, como presidente del jurado, del I Concurso Internacional de guitarra patrocinado por los exportadores del jerez, que tendría lugar en Inglaterra del 9 al 14 de octubre de 1982.El controvertido cantante Miguel Bosé ha estado en Jerez alguna ocasión que otra, pero la que muchos jóvenes, actualmente no tantos, recuerdan fue la del 16 de febrero de 1982. Con tal motivo fue agasajado en las antiguas bodegas de Williams&Humbert por los directivos de la firma Rumasa, Alfonso Roldán y Fátima Ruiz de Lassaleta.

Como recuerdo permanente de su paso por la ciudad el cantante fue invitado, como suele ser habitual en estos casos, a plasmar una dedicatoria con su firma sobre una bota. Esta permaneció en las instalaciones de la calle Paúl hasta que fue desmontada, junto a otras, para ser llevada a las bodegas internacionales.

Parece ser que, en ese trasiego mobiliario y archivos, la bota con la firma del artista se quedó en el camino. Sin embargo, el frontal de madera ha sido hallado recientemente por el que esto suscribe, y ya luce en Williams&Humbert.La relación en este punto sería interminable, pero no hay que olvidarse de la genial Lola Flores, que nunca olvidó sus orígenes, tanto es así que la que firmó el 27 de noviembre de 1953 se lee: "Jerezana siempre, viva mi tierra".

Tanto en Domecq, González Byass y Sánchez Romate guardan su memoria entre tiza, madera y vino.

Las mejores plumas

El escritor mexicano, Premio Nobel y Premio Cervantes, Octavio Paz (1914-1998), tenía orígenes andaluces, gaditanos, de la parte de Jerez y Medina Sidonia. El 6 de mayo de 1982 dejó recuerdo de su visita a Domecq.

De esta manera lo recordaba: “Siendo mexicano, también me fascinó la otra vertiente de mi origen, la española. Mi madre era hija de andaluces. Y cuando, ya mayor, conocí Jerez y Cádiz, me pareció regresar a mi niñez”.

Antes que él vino el Nobel español, Jacinto Benavente, calculamos que por los años `20, también en Domecq encontramos su dedicatoria: "La marca Domecq es sinónimo de triunfo"

De los laureados por el Nobel a los últimos cuatro Poetas laureados por la reina Isabel II. Los cuatro tienen sus barriles en la bodega San Ginés, en la sede del Consejo Regulador:  Ted Hughes, 9 de octubre de 1986, Andrew Motion,  5 septiembre de 2003, Carol Anne Duffy, 20 noviembre de 2009, Simon Armitage, 17 octubre 2019

Ingleses, of course

El político británico, Sir Edward Heath, que llegara a ser Primer Ministro entre 1970 y 1974, visitó Jerez en dos ocasiones, en 1964 y 1976. Heath era un habitual de la Costa del Sol, donde solía pasar sus vacaciones.

Es por ello que solía aprovechar su estancia en Marbella para pasar por Jerez, y visitar las bodegas de Williams&Humbert. En las dos ocasiones, con doce años de diferencia, estampó su firma en la misma bota.

El líder de los conservadores ingleses llegó a Jerez al mediodía del 19 de abril de 1974. Durante su paseo por las bodegas fue acompañado por el vicepresidente de Rumasa, Zoilo Ruiz Mateos, así como por altos directivos, entre ellos Beltrán Domecq y Manuel Fernández García Figueras.

Margaret Thatcher, lo haría el 4 de abril de 1998, dejando aquello de: "The best sherry in the world".Y el mismo Lord Mayor de Londres, Sir S. H. Gillett, agasajado por su colega, Tomás García Figueras, y las bodegas Williams&Humbert, dejó su rúbrica el 21 de mayo de 1959. 

Alexander Fleming, en 1948. Alexander Fleming, en 1948.

Alexander Fleming, en 1948.

El mismo Alexander Fleming, descubridor de la penicilina, hizo parada obligada en las bodegas de Domecq después de inaugurar la clínica Girón. Cuando firmó en la bota, aquel 10 de junio de 1948, sentenció aquello que después le atribuyeron: "si la penicilina cura a los enfermos, el jerez resucita a los muertos".Recordando aquel día, Fleming, comentaba: "tuve que subir a una escalera y escribir mi nombre con tiza sobre un barril. En Escocia me enseñaron a escribir con claridad y me imagino que no hay en esa bodega nombre mejor escrito que el mío".

Un lugar de Japón

En un lugar tan lejano como Tokio, el curioso, como el aficionado a los vinos del Marco del jerez, pueden disfrutar de un local muy especial para probar una gran variedad de marcas de jerez y manzanilla, el famoso Sherry Club, creado por Michiko Takahashi.El Shery Club de Ginza, el primer bar-restaurante de Japón dedicado a los vinos de Jerez, y record Guinness en 2006 por poseer la carta de vinos de jerez más extensa del mundo, celebrará este año su 34 aniversario.

El salón de la segunda planta está adornado con frontales de botas, recreando una supuesta andana botas, todas ellas con el recuerdo de las personalidades que pasaron por allí.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios