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Jerez

Camareras de piso en Jerez: "La jubilación es a los 67 pero antes de los 50 ya somos enfermas crónicas"

Concentración ayer martes en la Casa de la Mujer, en La Barca.

Concentración ayer martes en la Casa de la Mujer, en La Barca.

La Casa de la Mujer de La Barca ha acogido este martes una concentración para presentar la Plataforma por las Camareras de Piso 'Las grandes olvidadas'. Tal como explica la presidenta de la federación de asociaciones de mujeres 'Sol Rural', Francisca Gago, este nuevo colectivo surge como iniciativa de  las camareras de piso de la zona rural de Jerez.

"Nos han pedido ayuda a las asociaciones de mujeres a las que pertenecen y forman parte de Sol Rural y aquí estamos con ellas expresando nuestro apoyo a este colectivo, que viene denunciando su situación de sobrecarga de tareas y reivindicando unas condiciones dignas de trabajo", detalla Gago añadiendo que esta profesión "parte de un modelo turístico que tiene como base la precariedad laboral, sobre todo, en los sectores más feminizados como son las camareras de piso".

Durante la concentración, las camareras de piso presentes aseguraron que su situación actual es la de "una carga excesiva de trabajo, que nos afecta física y psicológicamente". Tanto es así que "nos lleva a ser enfermas dependientes de tratamientos agresivos para el dolor, la ansiedad, el estrés, el miedo... que van aumentando paralelamente con el aumento de las dosis de medicamentos para controlar nuestros padecimientos y que, al final, se retroalimentan y nos hacen dependientes de fármacos adictivos".

Se trata de una plantilla que en el caso de esta Plataforma "la edad media de la plantilla puede ser de unos cuarenta y siete años" y que llevan trabajando entre 20 y 30 años en estos puestos. "La jubilación es a los 67 años pero antes de los 50 somos muchas enfermas crónicas... Esto es un miedo que nos acompaña, ya que no se nos reconocen enfermedades profesionales". De hecho, "nos dan de alta estando en recuperación, por ejemplo, de una operación de las manos con los puntos aún sin cicatrizar del todo, cuando tenemos que realizar el trabajo que conlleva de 7,30 a 9 horas las dependencias comunes y, a continuación, en seis horas y media nos esperan veinte habitaciones a cada una. Da igual que mis manos estén recuperadas o no, para mis dolores más Tramadol y si no es suficiente, morfina".

Ante esta situación, las empleadas aseguran que "cuando llegamos a casa sólo queremos tendernos a descansar para levantarnos al día siguiente a las 5 de la mañana para ir al trabajo que empieza a las 7,30 horas, pero muchas nos desplazamos durante una hora y más". A juicio de las afectadas, "esto se llama 'vivir para trabajar' e ir recorriendo a la vez la senda de esta esclavitud que nos lleva, si es que llegamos, a una vejez de enfermas dependientes de nuestros dolores, su medicación y sus consecuencias".

Por todo ello, desde la Plataforma reivindicaron en la concentración la necesidad de realizar distintas mejoras en sus puestos de trabajo: "La disminución de nuestra carga de trabajo; las bajas necesarias; el reconocimiento de enfermedades profesionales; la disminución de la edad de jubilación; los apoyos primero y último; y el cubrimiento de bajas"..

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