Cáritas recibió el pasado año más de 62.000 peticiones de ayuda

Memoria de Cáritas Diocesana 2011

Atendió a 26.776 familias, de las que 7.423 eran nuevas y los recursos destinados a asistencia se incrementaron casi un 80% · La institución alerta de la cronificación de la pobreza: un 58% de las personas lleva más de tres años demandando apoyo

Cáritas recibió el pasado año más de 62.000 peticiones de ayuda
Cáritas recibió el pasado año más de 62.000 peticiones de ayuda
Gloria Moreno / Jerez

07 de junio 2012 - 01:00

Cáritas recibió durante el pasado año 62.675 peticiones de ayuda de todo tipo, incluidas las económicas, lo que representa un incremento del 22,17% respecto a 2010 y desde la institución se atendió a 26.776 familias de toda la diócesis, de las que 7.424 eran nuevos usuarios, un 27,7% del total, mientras que el 52% llegaron del término urbano de Jerez. Los datos correspondientes a la memoria de Cáritas de 2011, que ayer fueron presentados por su director, Francisco Domouso y el obispo José Mazuelos, como antesala del Día de la Caridad que se celebra este domingo, no pueden ser más dramáticos y llevaron a Domouso a decir que en la totalidad de la diócesis "se ha detectado un incremento de la pobreza, que se ha hecho más extensa y más intensa, a la vez que se cronifica".

Ante esta situación, la labor realizada por Cáritas ha sido ingente, dedicando 828.798 euros, un 40% de sus recursos y un 80% más que en 2010, a la acogida y asistencia de los más necesitados. Las cifras se disparan en todos los conceptos: las solicitudes de alimentos se incrementaron un 186 %; las ayudas para ropa y calzado, un 190%; las de gastos sanitarios, un 178% y las de suministros (agua, luz y gas), un 150%. Únicamente han bajado de forma considerable las ayudas destinadas a vivienda porque, según explicó Domouso, se tomó la decisión de no atender pagos de hipoteca.

La cronificación de la pobreza se pone de relieve en el dato de que un 58% de las personas atendidas en Cáritas llevan más de tres años demandando ayudas. Los perfiles más comunes son los de personas sin ingresos y sin derecho a percibir ninguna prestación económica pública periódica y las que, también sin ingresos, cumplen los requisitos para ser beneficiarias de este tipo de prestaciones pero que están pendientes de que se les concedan. También acuden a Cáritas personas con ingresos, pero insuficientes para cubrir las necesidades básicas regularmente y las que pudiendo cubrir estas necesidades de manera regular requieren de una ayuda coyuntural o esporádica. Sólo un tercio de las personas que acuden a Cáritas cobran el seguro de desempleo.

La situación social de estas familias se caracteriza -sintetizó Domuoso- por un empeoramiento y una precarización progresiva debido al desempleo, la carencia o pérdida de la vivienda, la ausencia de formación específica y adicciones, que llevan al desarraigo social.

Llama también la atención el hecho de que casi un tercio de las familias atendidas sean nuevos demandantes de ayudas, generalmente parejas con hijos, de entre 30 y 40 años, desempleados, sin ingresos, con riesgo de perder su vivienda, y mayoritariamente y con gran diferencia españoles. Estas personas, además de en Cáritas, intentan apoyarse en la familia tanto para los alimentos, para el acogimiento en la vivienda familiar en algunos casos o para ayudas económicas con la que pagar la luz, el agua o el gas.

Domouso señaló que el 80% de las personas atendidas en Cáritas había pasado antes por los servicios sociales públicos y destacó que actualmente la derivación a Cáritas está formalizada en muchos municipios de la diócesis, es decir, las personas acuden a la institución con un documento. El director de Cáritas agregó que les sigue preocupando que el tiempo medio de los servicios sociales municipales para concertar la primera cita va desde los 14 a los 60 días, dependiendo de la población y el tiempo medio entre la primera cita y la respuesta efectiva va desde los 60 a los 180 días.

Igualmente destacó que sólo un tercio de las personas que atienden están cobrando la renta básica de inserción o las rentas mínimas de subsistencia y denunció que el tiempo medio que transcurre entre la solicitud de esta renta y el cobro de la misma está entre los 275 y los 365 días, "lo que hace que cuando llega la ayuda están ya en un proceso de exclusión".

Domouso reflexionó que las situaciones que se están produciendo con las prestaciones públicas tanto de carácter autonómico como municipal durante los últimos cuatro años son debidas por un lado a los retrasos en la gestión de las mismas y por otro, al escaso presupuesto. "Bien los presupuestos anuales aprobados son insuficientes y se agotan mucho antes de que termine el año o bien porque se han disminuido". Esta insuficiencia de fondos y también la falta de documentación y empadronamiento son las causas principales por las que se han endurecido las condiciones de acceso a las prestaciones públicas, según concluye Cáritas, que no observa, no obstante, prácticas discriminatorias en el acceso a las prestaciones.

Todas estas circunstancias están influyendo, según dijo Domouso, de forma muy importante en el trabajo de Cáritas, ya que la institución ha tenido que centrar más su labor en acciones asistenciales en detrimento de las promocionales, el presupuesto para contratación de personal y para actividades es menor, y se han tenido que dejar aparcados proyectos considerados importantes de cara a la promoción del empleo. Sin embargo, frente a los plazos de espera en los servicios sociales municipales, el tiempo medio para concertar una primera cita o entrevista inicial en Cáritas va desde un día a siete y la espera entre esa cita y la respuesta efectiva oscila entre dos y diez días.

Cáritas ingresó durante el pasado año 2.051.826 euros, procedentes en su mayor parte de los socios y donantes (el 43%), de subvenciones públicas (el 21%), de las colectas y campañas (el 14%), de cooperación internacional (el 12%) y de subvenciones privadas (el 2%). Además de la acogida y asistencia (el 40%), estos fondos se destinaron a otros programas con personas vulnerables (el 14%), a cooperación internacional (el 12%), a formación y empleo (el 10%) y a las personas sin hogar (el 9%).

El obispo José Mazuelos quiso destacar que las subvenciones públicas sólo representan el 21%. "Lógicamente son una parte importante y está bien porque se derivan a Cáritas muchas personas desde los servicios sociales de los ayuntamientos, pero la mayor parte de los recursos vienen de socios y donantes". Matizó que no se trata de un reproche "porque la obligación de Cáritas es trabajar codo con codo con las Administraciones públicas y más en este tema de la asistencia social a personas desfavorecidas. Tenemos que ir juntos". Pese a ello hizo una llamada de atención a los poderes públicos para que en esta época de crisis "se impliquen más en la atención social. No se pueden justificar los recortes en la atención social. Recorte usted de otras cosas", sentenció. Agradeció además la labor que desarrollan los más de 500 voluntarios de Cáritas que trabajan en la diócesis de Asidonia Jerez.

Cáritas también se ha visto afectada por la reducción de las subvenciones públicas, y de hecho este año se quedará sin la aportación que recibía de la Junta para financiar el centro de día de transeúntes.

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