DURANTE muchos años tuve el privilegio de que González Byass me obsequiara con los más preciados carteles de seda, anunciadores de corridas de toros, en Jerez y en el resto de todo el planeta taurino. Carteles de seda y oro, como trajes de luces, para anunciar las más importantes ferias taurinas de España: Sevilla, El Puerto, Bilbao, Pamplona, Valencia, etc.

Aquellos carteles de seda los he conservado, durante años, y hace tiempo que pensaba en donarlos a la Biblioteca Municipal, que ya de por sí posee una amplia y muy importante colección de toda clase de carteles de toros de la plaza de Jerez. Carteles pertenecientes al fondo de la Sala Soto Molina, el gran bibliógrafo jerezano, y que me sirvieron, en su día, para documentar, en buena parte, las páginas de mi libro 'Historia del Toreo en Jerez'.

Mi colección de carteles de seda se la debo principalmente a la generosidad y cariñosa amistad que siempre me dispensó don Manuel María González-Gordon, el célebre 'Tío Manolo' que, a través de su secretario particular, el viejo amigo Pepe Lozano (padre) de tan gratos recuerdos, me hacía llegar puntualmente, cada temporada taurina. Ni don Manuel, ni Lozano, hace años que -por desgracia- no viven ya, pero su recuerdo sigue permaneciendo en mi pensamiento de agradecido aficionado por aquellos pequeños pero valiosos reclamos taurinos, impresos sobre seda, en los talleres ya también desaparecidos de la gran Litografía Jerez Gráfico, que existiera en la calle Horno y que fuera uno de los mejores talleres de impresión que, en el siglo XX tuvo esta ciudad, junto a Jerez Industrial y la Litografía Hurtado, especialista, esta última en la confección de las mejores etiquetas que vistieron las botellas de nuestros vinos. Una litografía, la de Hurtado, cuyo personal de talleres estaba bajo las ordenes de un gran guitarrista como el recordado maestro Sebastián Núñez.

Mi colección de carteles de seda es más bien modesta, pero abarca todos aquellos que mandó confeccionar González Byass, desde el año 1962 a 1973 y no sólo eran anunciadores de festejos en la plaza de toros de Jerez, sino de otras muchas plazas, como las de Sevilla, Valencia, Málaga, Pamplona, Bilbao, Granada o San Sebastián. Y al dorso de cada cartel, la firma bodeguera, en un escueto párrafo, daba la bienvenida a quienes visitaban dichas ciudades, para gozar de sus fiestas y de sus corridas de toros, deseándole feliz estancia. Una forma, no sólo de hacer publicidad de Jerez, de los vinos de la casa y de las distintas fiestas, de la Vendimia, de las Fallas, de los Sanfermines, de la Semana Grande de San Sebastián, de las ferias de Algeciras o de La Línea, etc., sino también de difundir con el lujo de tan exquisita cartelería, la cultura taurina de nuestra fiesta más nacional. Y todos ellos ilustrados con preciosas viñetas de los mejores dibujantes taurinos, como Álvarez Carmena, Saavedra, Martínez de León y otros primeros espadas de la pintura taurina, famosos por sus colaboraciones en otros carteles de gran tamaño, editados en papel, así como en semanarios taurinos del prestigio de 'El Ruedo' o el 'Dígame'.

Y en cada cartel, primorosamente impreso en seda de color verde, amarilla, crema, lila, rosa, etc., los nombres de las grandes figuras de la tauromaquia de aquellos años: Luis Miguel Dominguín, Antonio Ordóñez, Miguelín, Ruiz Miguel, El Viti, Antoñete, Paquirri, Curro Romero, El Cordobés, Diego Puerta y Paco Camino, entre otros de la época. Y las ganaderías punteras de Miura, Celestino Cuadri, Carlos Urquijo, Benítez Cubero, Galache, Tassara, Marqués de Domecq o Pablo Romero.

Siempre con el marchamo publicitario del Tío Pepe, tan omnipresente en toda esta preciosa cartelería de seda y oro, verdaderos carteles de lujo, en formato de 51 x 25 cms, la empresa bodeguera inteligentemente distribuía, entre sus más importantes clientes de dentro y fuera de España, especialmente extranjeros, la fina y muy original publicidad de sus mejores productos; invitando de paso, a sus destinatarios, a visitar sus bodegas, para poder conocer el proceso de elaboración de sus vinos y la degustación de los mismos. Y al dorso de los carteles siempre el mismo mensaje, redactado en español, inglés y francés.

El texto de este mensaje, en español, era como sigue: "¡Bienvenido! González Byass & Cº. Ltd., Jerez de la Frontera, le desea una feliz visita a esta bonita Ciudad, a la vez que le ofrece sus productos Fino Tío Pepe y Brandy Soberano, en la seguridad de que le harán más grata su estancia entre nosotros.

"Mucho nos agradaría visitase nuestras Bodegas en Jerez de la Frontera, donde podrá apreciar, en su origen, la calidad de nuestros famosos Vinos y Brandies, tan conocidos y solicitados en todo el mundo.

"Adjunto le enviamos un programa de la gran Fiesta Española, que suponemos le agradará guardar como recuerdo de su visita a España, rogándole lo acepte como prueba de nuestra amistad y simpatía."

González Byass, según nuestras noticias, hace ya muchos años, cerca de treinta por lo menos, que dejó de editar esta fabulosa propaganda, que al mismo tiempo que difundía sus productos más emblemáticos, Tío Pepe y Soberano, exaltaba la fiesta de los toros, la ciudad en la que se celebraban las corridas y a Jerez de la Frontera, la ciudad donde radican sus bodegas. Una forma de hacer publicidad que tal vez ya no tenga mucha efectividad, pero que, en aquellos tiempos pasados, hasta los setenta y tantos por lo menos, gozó de una entusiasta aceptación por parte de aficionados a los toros, tanto de dentro como de fuera de España; reclamando un año y otro el pequeño cartel para su colección de lujo. Como digo, eran carteles de seda, confeccionados en los mejores talleres litográficos de esta ciudad, los de Jerez Gráfico, pero llevaban, además, en su cuidada y bella presentación, el oro fino de una buena idea, a favor de Jerez, de sus vinos y la fiesta de los toros.