El Consuelo se va de Las Viñas tras la Semana Santa
Se instalará en un local del barrio del Pelirón, una capilla provisional desde la que se desarrollarán los cultos aunque efectuará la salida procesional desde una carpa
La hermandad del Consuelo buscará definitivamente su barrio del Pelirón una vez concluya la Semana Santa. Esto supone dejar la iglesia de las Viñas donde radica desde su fundación como hermandad para situarse en la zona que inspiró en origen el movimiento juvenil que tuvo como consecuencia final la cofradía que hoy conocemos.
Esta decisión ha sido ya madurada por los responsables de la corporación junto con el director espiritual con el objetivo de iniciar de forma inmediata los trabajos para hacer posible la vida de la hermandad en esa nueva ubicación. Por lo pronto se tienen visto algunos locales donde se podría instalar la capilla provisional donde se desarrollarían los cultos del año y los de la Cuaresma, mientras que para la salida procesional se haría desde una carpa al no dar la altura el local, para esto no se descarta la posibilidad de salir desde la llamada Casa de la Virgen.
"Nacimos con vocación de servicio al Pelirón y ya no tiene sentido demorar más el traslado", explica el hermano mayor, Mateo López, que recalca que esta iniciativa se toma "de mutuo acuerdo entre la hermandad y el párroco. Estamos todos muy ilusionados". En cualquier caso, esta capilla dependerá directamente de la parroquia de las Viñas. Algo similar a lo que sucede con la parroquia de Los Dolores que ha abierto recientemente un centro parroquial en la Ronda Este a donde se ha trasladado la Agrupación Parroquial de Pasión.
La decisión ya ha sido comunicada a la Delegación de Hermandades y por parte de la cofradía no hay marcha atrás, como apostilla el hermano mayor: "nos vamos con todas las consecuencias porque queremos hacer nuestra vida de hermandad en el barrio, saliendo desde allí dejando claro que la capilla será dependiente de Las Viñas, algo así como una sucursal en el Pelirón". El local que está localizando la hermandad tiene que ser suficiente como para tener una pequeña oficina y la capilla en la que quedarían expuestas al culto las imágenes titulares de la hermandad. Mateo López descarta que todo este movimiento sea una cuestión de supervivencia porque "la hermandad está ahora mejor que nunca. Se está afianzando cada vez más pero estamos convencidos de que el traslado será un acicate. Es más una cuestión de necesidad pastoral de la parroquia y del barrio porque evidentemente lo cómodo es quedarnos en Las Viñas", aunque subyace la impresión de que el tiempo del afianzamiento como hermandad está pasando y que ha llegado la hora de buscar sus propios horizontes en el entorno geográfico donde la corporación tiene su público.
Además a casi nadie escapa que la coexistencia de dos hermandades en una misma parroquia es inoperativo desde casi todos los puntos de vista, especialmente como instrumentos de acción pastoral al perderse la singularidad en la referencia cofrade.
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