URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

Solidaridad

Contenedores de ropa que sacan a niños de vertederos peruanos

  • Madre Coraje recoge desde hace 25 años una amplia variedad de materiales usados para financiar sus proyectos de desarrollo en Perú y Mozambique.

En Perú hay miles de niños que viven en vertederos de basura. Nadan entre montañas de desperdicios noche y día buscando objetos reciclables que puedan vender para que su familia subsista. La dura realidad de estos pequeños impactó drásticamente a Antonio Gómez, fundador de la asociación Madre Coraje, cuando, siendo empleado de los astilleros de Puerto Real, lo destinaron una temporada a Perú. La injusticia que se vivía en Lima le hizo avergonzarse de pertenecer al género humano y a cuestionarse hasta qué punto no era cómplice de la muerte diaria de 200 niños al estar en aquella ciudad sin hacer nada para evitarlo. Pensó que los residuos que esclavizaban a los pequeños durante sus cortas vidas podrían emplearse, precisamente, para que pudieran abandonar los vertederos y liberarlos, de este modo, de su tortura.

Ya han pasado 25 años desde que Madre Coraje comenzó a pedir la colaboración de los jerezanos para que realizaran donaciones de ropa usada. Ante la buena respuesta de los ciudadanos, fueron colocando contenedores en diversos puntos de la ciudad para que éstos depositaran las bolsas de ropa sin necesidad de acudir a la sede de la asociación para entregarlos. Con el tiempo, Antonio Gómez se dio cuenta de que no sólo era útil la ropa, sino otro tipo de materiales usados como el aceite, juguetes, libros, radiografías, cartuchos de tóners, papel, móviles y material sanitario, escolar e informático. Con la reutilización y venta de los productos obtenidos en Jerez, y en otros puntos de la geografía española, Madre Coraje consigue obtener la financiación necesaria para llevar a cabo sus programas de ayuda humanitaria y proyectos de desarrollo en Perú y, desde 2013, en Mozambique.

Jesús Mula, responsable de promoción de la asociación explica que "una forma de colaborar con Madre Coraje es a través de la donación de la ropa. Esta asociación, además de potenciar el voluntariado y los donativos, ve en los residuos una forma de financiar los proyectos. Nosotros le ofrecemos al ciudadano la opción de donar algún tipo de material que le sobre en casa para que, en el caso de la ropa, la vendamos y obtengamos unos ingresos que nos permiten cumplir con nuestros objetivos. En otras ONGs piden una cuota mensual, pero nosotros también ofrecemos esta posibilidad de colaboración". La ropa que los ciudadanos donan a Madre Coraje puede tener dos destinos diferentes. Una parte de ella, la que se deposita en los contenedores destinados únicamente para su reutilización en el mercadillo solidario, se destina a la venta en la ciudad, para que las personas con dificultades económicas pueden adquirir una selección de vestimentas por un precio simbólico en este mercadillo situado en la calle Bodegas. Las prendas que se recogen en el resto de contenedores se venden al peso a diversas empresas para la obtención de fondos para la asociación. "La normativa del gobierno de Perú, al igual que en muchos otros países del mundo, no nos permite enviar la ropa usada que recogemos en las donaciones. La ropa que entra en el país debe ser nueva y estar etiquetada", aclara Jesús Mula.

Las donaciones de los contenedores de ropa de Madre Coraje se recogen diariamente, incluso durante los fines de semana, y posteriormente se trasladan a la sede de la asociación, situada de en la antigua azucarera de Guadalcacín. Una vez allí, es empaquetada y enviada a diferentes puntos de venta, principalmente a África. Las prendas que se destinan al mercadillo solidario siguen un proceso distinto. Primero se revisan, acondicionan y se etiquetan para la venta al público. "En Jerez se recogen mensualmente 60.000 kg de ropa, sin contar los extras de los cambios de armario. Ahora mismo y hasta junio, de hecho, nos encontramos en uno de los meses más fuertes de donación del año, al igual que ocurre entre septiembre y octubre con la llegada del invierno", puntualiza Jesús.

La venta de este y otros productos que se reciclan en Madre Coraje permite que el 85% de sus fondos sean generados por la propia asociación y que puedan autofinanciar la mayoría de sus proyectos. "Nuestra economía depende solamente en un 15% de las subvenciones públicas, por eso, somos de las pocas asociaciones que ha sobrevivido a los recortes de la crisis. Había un 40% de las ONGs de España que vivía sólo de las ayudas, pero nuestra independencia económica nos ha permitido seguir cumpliendo con los proyectos que tenemos en marcha y garantizar la continuidad de los 94 puestos de empleo, la mayoría fijos, que son necesarios para el funcionamiento de la asociación. Además, como trabajamos con empresas, éstas valoran muy positivamente nuestra autogestión y por eso nos apoyan en los proyectos que les proponemos", explica Antonio Gómez, ex presidente de la asociación.

Desde hace unos meses, el mecanismo de venta de las 4.000 toneladas de ropa que recoge Madre Coraje anualmente en España está cambiando y abriéndose nuevas fronteras. "Como nos movemos en un mercado inestable, uno de los últimos objetivos que nos hemos propuesto es diversificar los compradores. Antes solíamos vender siempre a nivel nacional, pues hay muchas empresas en España que se dedican a la exportación de ropa usada y el comercio con ella a nivel mundial, pero el negocio con ropa de segunda mano, como todos los mercados, tiene sus reglas y sus condiciones. Debido a que en ocasiones hemos sufrido inestabilidad en este mercado, como cuando de repente nos hacían una bajada de precio increíble que afectaba directamente a la continuidad de nuestros proyectos, decidimos abandonar el mercado nacional y buscar un modo de venta que nos proporcionara una sostenibilidad y seguridad en los ingresos. ", señala Jesús.

Para conseguir el control en la venta de sus donaciones de ropa decidieron ponerse manos a la obra para buscar el cliente final y diversificarse en distintos países. "Nos estamos movilizando para vender en países en los que, para empezar, esté permitido la entrada de ropa usada. Una vez dado ese primer paso buscamos una empresa interesada pero que esté constituida legalmente y reconocida por el estado de su país, pues queremos huir de cualquier tipo de irregularidad. Además, queremos hacer cooperación con otras ONGs, como el que ya hacemos con una de Togo. Nosotros le vendemos la ropa usada y ellos la emplean para llevar a cabos sus proyectos. En concreto, distribuyen la ropa entre un grupo de familias que trabajan con aceite de palma y reciben unos salarios muy indignos para que las vendan en mercadillos. De este modo, con los ingresos que obtienen vendiendo la ropa que nosotros le vendimos a la ONG que les ayuda, pueden tener mejores condiciones de vida, llegando a ganar un salario equivalente al que obtiene un maestro en su país. Y se produce así una cadena de ayuda y cooperación entre los tres, pues nosotros al venderles la ropa podemos financiar nuestra misión en Perú y Mozambique, la ONG de Togo puede desarrollar sus proyectos y las familias a las que ellos ayudan pueden tener mejores condiciones de vida", indica el responsable de promoción.

Además de actuar en Perú y Mozambique próximamente comenzarán a ayudar, también, a los refugiados sirios. "Es un escándalo lo que está haciendo Europa con los refugiados. Hay 12 ONGs de 12 países diferentes que vamos a hacer unos proyectos financiados por la Unión Europea para intentar solucionar este problema y esta hipocresía. Tenemos 27 mil refugiados que están autorizados para que vengan a España y no pueden venir porque el gobierno no paga el pasaje desde Turquía hasta aquí. Alguien tiene que responder y desde Madre Coraje pensamos que si nos unimos con otras asociaciones conseguiremos ayudar a los refugiados. Dónde ha quedado la solidaridad de la Europa de después de la segunda guerra mundial", comenta Antonio Gómez.

Desde Madre Coraje hacen un llamamiento a todos los interesados en colaborar con la asociación como voluntarios en diferentes áreas, pues tienen previsto diversificar la reutilización de más variedades de materiales, como, por ejemplo, los de informática, pero para ello necesitan más manos que estén dispuestas a formar parte de una asociación que se reinventa cada día para intentar que ningún niño viva jamás en un vertedero.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios