El sector ganadero de la provincia, en situación límite por la pandemia del coronavirus, hace un llamamiento a la ciudadanía, a la que solicita como mal menor “que compre carne de aquí” ante la falta de apoyo de las Administraciones públicas.

La caída de la demanda por el cierre de la restauración y de los canales de venta directa pone contra las cuerdas al sector, que desde la declaración del estado de alarma arrastra problemas con el cordero y el cabrito, a los que ahora se suma el ternero para el que empieza la temporada, mientras que la industria ha reducido a la mitad la compra de leche de cabra, el principal sustento de los ganaderos de la Sierra, que “además tardan 90 días en cobrarla y a mitad de precio”.

“Hasta que no abran lo restaurantes lo llevamos crudo”, asegura Rodrigo Mangana, presidente de la Asociación de Ganaderos de Benaocaz, quien asegura que “si los precios ya estaban por los suelos antes de la crisis, ahora es mucho peor y encima el Gobierno nos da migajas”.

El responsable ganadero se refiere a la única medida aprobada por el Ministerio, un complemento en el pago asociado de la PAC que supone una cuantía insuficiente que sustituye a la propuesta inicial de 30 euros por animal no comercializado. La norma, a la que únicamente podrán acogerse además los productores de cordero y cabrito, ha suscitado duras críticas de Asaja y Coag.

Esta ayuda no compensa, ni de lejos, las pérdidas del sector, acrecentadas por el sobrecoste en la alimentación del ganado que sigue en las explotaciones sin sacrificar, amén del derrumbe de precios. Según Mangana, el cabrito ha pasado de 4,5 a 2 euros el kilo; la cabeza de cordero cotiza a 35 euros frente a los 60 o 65 euros; el ternero está a expensas del inicio de la temporada; y la leche de cabra, que no llegaba a 50 céntimos, está ahora en 30 céntimos, “pero el pienso cuesta lo mismo”.

El presidente de la Asociación de Ganaderos de Benaocaz junto a las cámaras de la sala de despiece, vacías por las trabas burocráticas.

Asaja-Cádiz reclama flexibilidad para la reapertura de la restauración "sin la que lo llevamos crudo"

“Los ganaderos no matan porque no hay capacidad de congelación en los mataderos” y, al margen de la falta de apoyo, Mangana lamenta la maraña burocrática que les impide aprovechar la capacidad de congelación de su sala de despiece en Benaocaz con el sacrificio de corderos y cabritos.

“Nos están tratando mal y hasta que no abran los restaurantes lo llevamos crudo”, señala el ganadero, quien lamenta igualmente la falta de mataderos en la provincia, en particular de vacuno, del que Cádiz es el principal productor.

Desde Asaja-Cádiz, su presidente Pedro Gallardo se hace eco de las demandas del sector, para el que también solicita la solidaridad de la ciudadanía con el consumo de carne autóctona frente al “atasco” de los ganaderos.

La organización agraria reclama igualmente mayor flexibilidad en la reapertura del canal Horeca y la reactivación del turismo a fin de evitar la ruina de muchas explotaciones ganaderas de la zona.

Coag, por su parte, pone también el foco en la marginación de los pequeños rumiantes que practican el pastoreo conducido, al tiempo que insta al Gobierno central y andaluz “a apostar de manera contundente por un sector estratégico para Andalucía y a ejecutar medidas que compensen la pérdida económica por la ruptura de los canales de comercialización habituales”.