750 aniversario | congreso científico sobre la incorporación de jerez a la corona de castilla

Cosas de la guerra y la mujer

  • Sánchez Saus abre la jornada dedicada a la sociedad con un 'recuerdo' a los caballeros e hidalgos de la ciudad Silvia Pérez ofrece una amena conferencia sobre colectivos femeninos rompedores

La sociedad en general tras la reconquista de la ciudad protagonizó la jornada de ayer de este 'Congreso del 750 Aniversario de la Incorporación de Jerez a la Corona de Castilla 1264-2014', que se desarrollará hasta mañana viernes, en los Claustros, y que está organizado por el Ayuntamiento, la Academia San Dionisio, la UCA y el Comisariado del 750 Aniversario. Fue el catedrático de Historia Medieval de la UCA Rafael Sánchez Saus el que abrió el encuentro con su conferencia 'Los hidalgos en el repartimiento de Jerez en el siglo XIII: una presencia desconocida y minusvalorada', y del papel que se le reservaba en estos tiempos a los caballeros del feudo y a los hidalgos, "que de alguna manera alimentaban también a ese grupo, ya que era mucho más amplia su presencia que no sólo exclusivamente Los Cuarenta Caballeros del Feudo", a los que Alfonso X dejó encomendada la defensa de la ciudad, la guarda del Alcázar y las cuatro puertas de su recinto.

La repoblación castellana en la Andalucía conquistada entre 1225 y 1265 tuvo como objetivo crear las bases de una nueva sociedad, semejante a las europeas del momento, pero principalmente asegurar la defensa de la tierra. "Ello explica el carácter marcadamente militar de los criterios seguidos en los repartimientos, en los que la función guerrera fue la circunstancia determinante. Este hecho ha enmascarado la diversa condición socio jurídica de repobladores que, pudiendo ser hidalgos o pecheros, recibieron tierras y casas exclusivamente en atención a su categoría militar como jinetes o como infantes", apuntó el profesor. Hay que recordar que en el repartimiento de Jerez hay unos 1.800 vecinos que reciben tierras, aunque no se dice si son de condición socio-jurídica hidalgo o no, pero sí se menciona si son caballeros. "Junto a la masa de repobladores -añade- que cumplían su misión castrense, se singularizaba la existencia de grupos minoritarios pero muy importante especialistas, como adalides o arqueros, cuya mayor disponibilidad y capacidades guerreras eran objeto de un trato privilegiado". Además, se previó la existencia de contingente de caballería pesada, de condición hidalga y vasallos del rey.

Este estudio permite afirmar la renovación y, al mismo tiempo, la perduración de la identidad del grupo de los caballeros hidalgos en la Andalucía del siglo XIII. Mucho después, en el siglo XV y en circunstancias muy diferentes, los linajes de las oligarquías urbanas andaluzas se esforzaron en vincularse genealógicamente con los llamados caballeros de linaje de los repartimientos, pues sólo ellos garantizaban un origen noble. "Se consagró así una confusión entre una situación militar y política -el vasallaje real- y otra, socio jurídica -la hidalguía- que ha perdurado hasta nuestros días. Naturalmente, eso conllevó la mitificación en todas las ciudades andaluzas de aquellos guerreros de elite en los que se deseaba asentar el principio exclusivo de cada nobleza local", apuntó. Durante los siglos modernos se quiso hacer de ellos la fuente exclusiva de la hidalguía y, por tanto, de la nobleza, "pero esa mixtificación no debería hacernos caer a nosotros en la trampa de suponerlos tan alejados del resto de la sociedad como se les ha querido pintar. Por el contrario, existían lazos familiares y de relación entre esa elite militar y el resto del vecindario, formado por gentes de procedencia hidalga o pechera que trabajaron y lucharon, codo con codo, para asegurar la supervivencia de todos en la nueva sociedad".

Por su parte, Silvia María Pérez se centró en 'Las mujeres de la muy noble y muy leal ciudad de Jerez de la frontera (siglos XIII-XV)'. Una amena y documentada conferencia -por la que otros ponentes deberían fijarse-, según la cual el estudio de la mujer en la Edad Media "no es todo lo fácil que cabría desear por la escasez documental. Ello determinó que se construyese una imagen teórica en virtud de la cual las mujeres ocupaban una posición por detrás de los hombres y sometidas a ellos, con unas tareas propias, las domésticas y las reproductoras". Dos colectivos femeninos que rompieron esa imagen teórica fueron las viudas y las mulieres religiosae (emparedadas, terceras y beatas) formas de espiritualidad femenina no regladas, a partir del fondo de Protocolos Notariales conservado en el Archivo Municipal de Jerez. "Estas mujeres propusieron fórmulas alternativas a las estructuras imperantes, a la dependencia masculina, constituyendo una forma de vida independiente con respecto a la familia y la Iglesia. Lograron hacerse reconocer como colectivo social, con independencia vital, patrimonial y laboral".

La mañana concluyó con Santiago González Sánchez, doctor en Historia Medieval por la Universidad Complutense de Madrid, y 'Las relaciones entre la monarquía y Jerez de la Frontera durante los reinados de Juan II y Enrique IV de Castilla'.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios