el rebusco

Curiosidades de la historia cultural del jerez

  • Jerez y Bristol, un hermanamiento frustrado

  • Dos poetas laureados y su barril de sherry

A manera de recapitulación, y para esta ocasión, he 'rebuscado', de allí y allá, una serie de anécdotas relacionadas con la singular historia de nuestros vinos. Curiosidades alrededor de un vino que tiene mucho que contar. Espero que lo disfruten.

Bristol y Jerez no están hermanadas

En el Archivo Municipal de Jerez se custodia un importante fondo documental de protocolos notariales. En algunos de ellos se recogen las relaciones comerciales formalizadas entre jerezanos y los miembros de la colonia británica establecida en la zona en el siglo XVI.

Un aspecto bien estudiado por el historiador José Antonio Mingorance en su trabajo La colonia extranjera en Jerez a finales de la Edad Media (2014), que del otro lado constata la especialista Catherine Rachell Pitt con su The wine trade in Bristol in the fifteenth and sixteenth centuries (2006).

En uno de esos protocolos ya se habla del acuerdo entre estos comerciantes para intercambiar productos de Inglaterra con los de aquí para ser llevados a Bristol ('Bristol en el reyno de la Ynglaterra'). Esta ciudad costera ha sido un puerto tradicional para la entrada del jerez a las islas británicas.

Las dos ciudades han mantenido una intensa relación gracias, sobre todo, al comercio del sherry, siendo el Harveys Bristol Cream una de las marcas más conocidas.

Hasta el día de hoy se ha creído que ambas ciudades se hermanaron, según el protocolo municipal, el 12 de diciembre de 1976, pero esta iniciativa propuesta por el entonces alcalde, Pedro Pacheco, nunca llegó a materializarse del todo. Este dato aparece en la web del Ayuntamiento jerezano pero no en la de Bristol. Información que hemos contrastado con el gabinete de alcaldía de dicha ciudad inglesa.

La Feria del Caballo de 1977 estuvo dedicada a Bristol, como parte de este proceso de hermanamiento que finalmente no se completó.

Desde aquí proponemos que el Ayuntamiento considere retomar esta idea de hermanar ambas ciudades, así como dedicarle la Fiesta de la Vendimia del año que viene.

Poetas laureados y el jerez

En el 2019 la reina de Inglaterra elegirá a un nuevo poeta laureado (Poet Laureate), o bien esta designación podría recaer, como el año pasado, en una poetisa. Desde el 2009 este honor oficial lo disfruta Carol Ann Duffy.

Al poeta laureado la corona le asignaba una pensión económica además de un barril de vino de jerez.

A lo largo de sus siglos de existencia, este cargo adscrito a la casa real, ha pasado por circunstancias especiales que han generado un variado anecdotario.

En el libro Smiling Muse (1985) de Jerol Savory y Patricia Marks, en su capítulo 4º, dedicado a Alfred Tennyson y Alfred Austin, este último conocido como 'the little Alfred' por su menor relevancia cuando se le comparaba con su antecesor, Tennyson, se cuenta una de ellas.

Para los dos casos que nos ocupa, objeto de sendas caricaturas en dos de las revistas satíricas más relevantes de la segunda mitad del XIX en Inglaterra, el barril de jerez juega un papel destacado.

Tennysonfue presentado en Fun, en 1867, tocando la lira sentado en su bota de sherry; por su parte, The Punch, en 1901, dibujó a Austin en una escena circense desfilando en la pista a lomo de un caballo alado, y colgando de su cuello un barrilito de jerez.

El vino de los Premios Nobel

Desde 1901, y cada 10 de diciembre, la Fundación Nobel celebra la entrega de los Premios que llevan el nombre del inventor sueco con un fastuoso banquete. Evento que tiene lugar en el Salón Azul del Ayuntamiento de la ciudad de Estocolmo.

Y en fecha temprana, en 1902, ya podíamos ver nuestro vino incluido en el menú ofrecido a los invitados.

A lo largo de tres primeras décadas, con la excepción de las dos Guerras Mundiales, en los que no tuvo lugar dicha ceremonia, el jerez vino estuvo presente de forma destacada.

Así lo documenta Ulrica Söderlind, en su libro Nobel Dinners, Banquets, Festivities and Laureates during the first last 100 years. Según esta escritora: "Sherry was the most common drink during this period" (el jerez fue el vino habitual en ese periodo).

El jerez compartía mesa y mantel junto a los otros grandes vinos del mundo, sobre todo franceses, alemanes y portugueses. Los tipos de vino de Jerez que más se han consumido han sido: golden sherry, pale sherry y Amontillado superior.

Los menús, a veces, daban detalle de la marca, como en 1935, al servirse amontillado N.P.U, que como sabemos es de Sánchez Romate. O bien en los de 1981 y 1982, donde en el bufé se sirvió las marcas Nutty Solera y Tío Pepe, de González Byass.

Por otra parte, en el acto de entrega del Premio Nobel de la Paz del 2003, que se celebró en el Grand Hotel de Oslo, fue el moscatel superior de Lustau uno de los vinos escogidos por la organización.

Lamentablemente, en los años 90, y en lo que va del siglo XXI, la ausencia de los vinos jerezanos en una ceremonia de esta categoría no se ha hecho evidente.

En el plato y la copa

La especialista gaditana Eulalia Robles realizó su tesis doctoral en la Universidad de Cádiz sobre el Estudio de los menús españoles entre siglos, XIX-XX, que incluía apartados a los vinos de Oporto y Jerez en estos menús. Un trabajo que aún permanece inédito.

En numerosos tratados de cocina ingleses nos podemos encontrar referencias a recetas de repostería con jerez como ingrediente. Son dulces propiamente de Navidad, entre ellos el Sherry Trifle (bizcocho, crema y frutas), el Christmas Pudding (bizcocho esponjado con el jerez), el Poor Knight (especie de torrijas), o el Syllabub. Este último lo podemos ver representado en el cuadro de Philippe Mercier, The sense of Taste (1744-1747)

En la cocina mexicana lo encontramos en un plato típìco, los chiles en nogada, que se prepara con una crema de nuez llamada nogada. Se dice que su creación está en Puebla, por monjas agustinas. Nuestro vino es uno de sus componentes.

Entre los cócteles podemos relacionar el sherry and bitters, que la novelista Irish Murdoch lo hace tomar a uno de los personajes de su obra El mar, el mar (1978): "I took a large glass of sweet sherry and bitters".

O bien los populares Sherry Flip y el Sherry Cobbler (antecedente del rebujito),

Nuestro candié, una yema de huevo batida en vino oloroso dulce y azúcar, tiene su origen en el energético que tomaban los ingleses, y que adaptamos a nuestra forma de hablar al unir las dos palabras de candy and egg.

De la caricatura al cartel

Del fino arte del dibujante, y caricaturista, Joaquín Moya Ángeles (?-1928), existen, al menos, tres caricaturas dedicadas a destacados jerezanos de la época. Moya fue director del Semanario Satírico Gedeón, publicado en Madrid entre 1895 y 1912.

En dos de los números de dicha revista dibujó sendas caricaturas a dos personajes vinculados con el sector bodeguero jerezanos de aquel periodo, como fueron Juan Pedro Aladro Kastriota, en 1902, y a Juan Jácome y Pareja, IV Marqués del Real Tesoro y Ministro de Marina, en 1906.

Para La revista Moderna, en su sección Puntos de vista, de 1898, realizó una dedicada al duque de Almodovar, Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez. En su cargo de ministro de Estado es dibujado apoyando su brazo sobre una gran botella de su bodega, indicando la etiqueta el año de 1871.

Pocos saben que el artista madrileño, Pedro Mairata Serrano (1907-1994), cartelista y diseñador gráfico, realizó un variado número de carteles publicitarios para diferentes bodegas del Marco, como Domecq, Osborne, Terry, Lostau o Bobadilla.

Visitantes ilustres

Numerosos han sido los visitantes que las bodegas del Marco han recibido a lo largo de los años, tanto ilustres como famosos. De dos de ellos vamos hablar aquí. Del paso de estos personajes por Jerez se sabía muy poco, o casi nada. Las propias bodegas, con el paso del tiempo, no guardaron memoria de esas cortas estancias para disfrutar de su cortesía.

El destacado astrónomo americano, Edwin Powell Hubble (1889-1953) dedicó parte de sus vacaciones de Navidad de 1912 a visitar Jerez y la provincia acompañado de un amigo de estudio, R.E.M. Davidson.

Con 23 años cumplidos se había graduado en leyes en el Queen´s College, en Oxford, especialidad que nunca ejerció, y organizó un encuentro en Jerez con otro compañero cuyo padre, inglés, se dedicaba a la exportación de vinos.

Por tal motivo, atraído por la fama de los caldos jerezanos,dedicaron la mañana del 26 de diciembre a degustar los vinos de las bodegas González Byass ("from very dry to sweet"). Tal como cuenta su biógrafo Gale E. Christianson, en su libro Edwin Hubble: The Marine of the Nebulae (1995) y como puede verse en el libro de visitas de esta bodega jerezana.

La anécdota de la jornada es que los jóvenes licenciados firmaron en el libro de visitas al llegar a la bodega pero decidieron repetir la firma concluida esta y observar, divertidos, los efectos producidos por las más de doce copas que habían bebido.

Para Hubble fue un honor estampar su firma junto a otras personalidades que le habían precedido como el rey Alfonso XIII.

Y la escritora irlandesa Catherine Gaskin (1929-2009), autora de exitosas novelas de corte romántico, pasó una temporada en la zona para documentarse a la hora de escribir su obra El verano de la española (The summer of the spanish woman), ambientada en el mundo vinatero y ganadero de Jerez.

Para ello contó con la ayuda de una serie de personas como Manuel González Gordon, o Fátima Ruiz de Lassaletta, por aquellos años, mitad de los años 70 del siglo pasado, alta ejecutiva de Rumasa.

La novela, editada en inglés en 1977, nunca se ha traducido en España aunque sí lo hizo en Argentina en 1979.

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