Marzo es un mes de toma de decisiones en muchos casos y en muchas casas, de lanzar ideas, de hacer propuestas, de preparar el futuro de generaciones incipientes y de defender derechos inalienables.Las preinscripciones en distintos niveles educativos (escolarización en segundo ciclo de Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato y Educación Especial) hace que en los centros y en los hogares se planifiquen estrategias de comunicación o de consideración.

Un abanico de opciones se abre y hay que ir tomando partido por alguna de ellas. En muchos casos se trata de un viaje iniciático, una especie de inversión o apuesta por un enigmático futuro que habrá de llegar y que a menudo depara múltiples sorpresas.

La formación es el único camino decente en la vida, la búsqueda de la estabilidad económica y emocional es el reto continuado y deseado.

A lo largo de mi vida como docente he conocido a mucha gente en muchas situaciones y he reconocido el principio de muchas trayectorias y vocaciones emergentes que luego se transformaron en excelentes realidades.

Uno de esos excepcionales casos ha sido nuestro querido y tristemente desaparecido Javi FERGO: sólida formación, firme convicción, consolidada vocación y decidida responsabilidad profesional y personal.

Entrañable figura, discreta genialidad. Nos queda su obra, nos queda su ejemplo, nos quedará por siempre su recuerdo y el amargo rescoldo de su pérdida.

Se fomentan estos días las campañas para elegir centro y modalidad educativa. Son momentos que marcarán el futuro de gran parte de la comunidad educativa y que necesitan de una reflexión seria para conseguir resultados en todos los ámbitos.

El conjunto de acciones que se emprendan en este tiempo marcarán muchas de las trayectorias escolares y docentes que formalizarán el pensamiento y los recursos de los centros e influirán sin duda en los planteamientos de formulación educativa, social y política.

Las estrategias planificadoras restan una y otra vez horas de educación esencial (humanística y artística fundamentalmente), aunque el resto de materias se nutran de ellas. Es imprescindible que no trabajemos inútilmente dando vueltas sin sentido sino que resolvamos cuestiones básicas que deben perdurar aunque cambien los procedimientos o metodologías.

No se trata de un menú del día sino de una opción de vida.