Empleados del centro terapéutico de salud mental denuncian impagos

La plantilla que realiza el mantenimiento de la comunidad terapéutica de salud mental ya no puede más. Los trabajadores de la empresa concesionaria del servicio (Serhoca), denuncian los continuos retrasos en el pago de las nóminas, así como la falta de suministro en la comunidad. La representante de la plantilla, María José Galán, lamenta que "desde que se firmó la prórroga del contrato, en abril de 2014, vamos en picado. Llevamos 20 años trabajando en la comunidad y desde que entró esta empresa hace cuatro o cinco años estamos teniendo problemas, aunque este último año ha sido el peor".

Precisamente este fin de semana los trabajadores han cobrado la nómina de enero, un pago que no contenta a la plantilla, puesto que a pesar de ser un ingreso, "no sabemos nada de cuándo cobraremos febrero y nos tememos que marzo también se acumulará". Galán relata que el pasado viernes "el SAS se puso en contacto con nosotros. Han forzado el pago de este fin de semana y parece que está empezando a venir suministros, pero no es una solución definitiva".

Los trabajadores relatan que al principio fueron retrasos en los cobros, recibiendo las nóminas los días 22 y hasta el 29 del mes. Desde hace unos meses, el retraso se convirtió en impago, lo que 'obligó' a una empleada a dejar voluntariamente su puesto de trabajo. "Se ha dado el caso de una eventual, que vive en una pedanía, y como no tenía dinero por no cobrar, ha tenido que renunciar al trabajo. ¡Y es porque no le pagan! Esto es de vergüenza", critica la representante de la plantilla.

Los empleados de la comunidad piden estabilidad, un escenario que, por ahora, no es el que tienen. "El pasado jueves tuvimos que ir nosotros a comprar leche, porque si no, los usuarios no tenían nada que desayunar al día siguiente. Y no ha sido la primera vez que lo hemos hecho", cuenta uno de los empleados, que prefiere no desvelar su nombre.

Esta comunidad alberga un centro de acogida para 15 pacientes y también realiza las funciones de 'centro de día', con un comedor con una capacidad de hasta 30 usuarios. "Normalmente vienen a comer unas 25 personas y los menús vienen impuestos por el Hospital. Pues bien, hay que estar cambiándolos constantemente porque no hay comida. No se pueden cumplir porque lo mismo te ponen un picadillo con atún, y tú no tienes atún", declara Galán, quien puso como ejemplo uno de los cambios que realizaron la pasada semana: "El jueves había garbanzos de menú, pero nosotros tuvimos que poner patatas con choco. Pues así, casi todos los días".

La falta de comida no es la única deficiencia del centro. Estos trabajadores han dado la voz de alarma en multitud de ocasiones porque no tenían ni guantes ni lejía para limpiar. "Este tipo de pacientes puede tener muchas enfermedades y nosotros recogemos todo los fluidos, todo. Y hemos trabajado sin lejía, que hasta lo denunciamos por escrito. Sin lejía y sin ningún tipo de desinfectante", cuenta Galán. "El desodorante llegó hace sólo unos días, después de casi una semana sin desodorante. Hemos estado sin pasta de dientes, lejía de la ropa, cuchillas de afeitar... Nos hemos llevado casi un mes sin que entrara un pedido, cuando debería ser semanal", declara uno de los empleado, a lo que añade que "para nosotros es una vergüenza decirles a los pacientes que no hay, como si fuéramos los culpables".

La representante de estos trabajadores teme que el SAS renueve el contrato el próximo mes de abril a la actual empresa, "porque si no cobrar nos preocupa, la renovación es peor, porque no sabemos cuánto podrán aguantar ya nuestros nervios. Eso sería ya escandaloso".

La delegación territorial de Salud ha citado a la empresa esta semana a una reunión. Los trabajadores esperan que en este encuentro se pongan soluciones a los problemas del centro y a los pagos de los salarios. Por otro lado, la plantilla dice estar aún esperando que la dirección del Hospital de Jerez les conceda una reunión, para volver a poner en rumbo un importante servicio que, ahora, "va a pique".