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Felipe Morenés | Caballo de Oro, agricultor y ganadero

“Ser nombrado Caballo de Oro de la Feria de Jerez te da prestigio nacional”

  • Tal día como hoy debería haber recogido el Caballo de Oro en el Depósito de Sementales

  • Defiende la importancia de la industria ecuestre para la ciudad y su enorme potencial

Felipe Morenés, fotografiado este jueves en sus oficinas.

Felipe Morenés, fotografiado este jueves en sus oficinas. / Vanesa Lobo

Felipe Morenés y Giles tiene 73 años, es agricultor y ganadero de profesión “y por devoción y por acción cofrade y rociero”. No en vano fue hermano mayor de la Real Hermandad del Rocío de Jerez. Además de esta hermandad de gloria también gran parte de sus devociones se vinculan a la Hermandad del Mayor Dolor, de penitencia, de gran raigambre en su familia, donde también fue hermano mayor. A todo ello se une su condición de Caballo de Oro, distinción que debería haber recogido este viernes en las instalaciones del Depósito de Sementales. Se podría decir de él que va a ser el Caballo de Oro más ‘largo’ de la historia, si bien se apresura a puntualizar que “el Caballo de Oro lo tengo concedido, lo que resta es que me lo entreguen”, señala con una sonrisa mientras recuerda que “la ceremonia es preciosa”. Eso sí, conviene con quien le entrevista en que “si la Feria se hubiera celebrado habría sido un desastre por el malísimo tiempo que está haciendo”.

El Caballo de Oro es un criador de caballos hispanoárabes. Dirige la Yeguada del Marqués de Villarreal (www.marquesdevillareal.com). “Hace ya 52 años que me dedico a la crianza de caballos. Es un animal que me apasiona. El hispanoárabe es un animal versátil y deportivo. El español es otro estilo, es un caballo barroco, de alta escuela, pero el hispanoárabe es idóneo para la garrocha y los saltos”. A la hora de definir sus caballos asegura que, al igual que sucede con las ganaderías bravas, “el criador termina dándole un carácter a su ganadería. Así, el hispanoárabe que yo crío es muy singular”. Los orígenes de la misma hay que buscarlos hace generaciones. “Don Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio quiso crear el árabe andaluz. Por desgracia murió muy joven y lo le dio tiempo a hacer lo que se había propuesto. Conocí esa ganadería y compré cuatro yeguas cuando tenía poco más de 20 años”.

"Moriré con las botas puestas. Un empresario es empresario hasta el día de su muerte”

Los resultados cosechados por su yeguada son amplios y diversos. “En los campeonatos morfológicos arrasamos, hemos alcanzado los títulos de Campeón de Campeones y también el de la Campeona. Éste es uno de los trofeos más codiciados por cualquier ganadería”, apunta el ganadero mientras añade que “en la actualidad tengo caballos rejoneando con Diego Ventura, también en Portugal...”.

Felipe Morenés está enormemente agradecido por la distinción del Caballo de Oro. “Es un trofeo al que aspira cualquier profesional del mundo del caballo”, dice. Defiende a capa y espada la importancia del caballo y la industria ecuestre “como uno de los pilares de Jerez. Nosotros también generamos riqueza porque si no hubiera ganaderías de caballos no se llenarían hoteles, la economía inducida se vería seriamente resentida, incluido el turismo, sobre el cual se sostiene buena parte de nuestra economía”.

El Caballo de Oro, ante algunas fotografías practicando acoso y derribo. El Caballo de Oro, ante algunas fotografías practicando acoso y derribo.

El Caballo de Oro, ante algunas fotografías practicando acoso y derribo. / Vanesa Lobo

La pandemia también está pasando su particular factura a las ganaderías de caballos. “Está afectando una auténtica barbaridad. Como artículo de lujo que es se ve especialmente afectado en un momento en el que se tiende a la economía de subsistencia, tanto a nivel de empleado como de empleador. Quien tuviera un negocio y éste le rindiera beneficios se decidía a comprarse un caballo bueno, ya fuera para él o su familia, y disfrutarlo. En el momento actual, con la economía derrumbada, y además sin horizonte, la situación es la que es. El daño económico va a ser bestial. El PIB va a bajar una auténtica barbaridad y el sector se verá muy afectado”, señala Felipe Morenés. “Además no podemos recortar gastos como otras empresas porque el ganado come y necesita de cuidados a diario. Aquí no se da la baja a nadie”.

"La pandemia está afectando mucho. Aquí no se puede prescindir de nadie. Al caballo hay que cuidarlo a diario”

A sus 73 años, Felipe Morenés goza de una envidiable vitalidad. “Estoy sentado en mi despacho desde las ocho de la mañana. He demostrado a lo largo de mi vida que soy una persona seria. Sigo llevando mis negocios para adelante. A los caballos he unido las viñas y el año que viene quiero plantar almendros”.

Pero no todo han sido rosas en la vida empresarial de Felipe Morenés. Las espinas también le pincharon. Y de forma dura. “He pasado, como todo el mundo, momentos muy malos. Tuve que afrontar una suspensión de pagos. No me quedó más remedio que arrancar de nuevo. Con decirle que me sacaron hasta los muebles a la calle en un embargo se lo digo todo. Ahora mismo ya he superado esa crisis y tengo mi campo otra vez. Además, todo aquello fue la venganza de un acreedor. En fin”.

Si hubiera querido Felipe Morenés se podría haber jubilado hace ya años, pero no se ve sin hacer nada. “Tengo que morir con las botas puestas. Eso lo tengo claro. El empresario es empresario hasta la muerte. A mis labores profesionales uní dos décadas como presidente de la Cámara Agraria local y también fui vocal de la provincial. Creo sinceramente que mi parte de contribución a la sociedad está brindada”, manifiesta.

Los años -añade Morenés- lo que te hacen, es que delegues más. Tengo tres hijos que me ayudan en las tareas. Así, por ejemplo, Consuelo lleva viticultura y es casi enóloga. Es ella quien lleva la bodega y las 24 hectáreas de viñas. Por su parte, los temas del campo los gestiona Felipe, mientras que Tomás asume funciones en la administración”.

Si algo tiene claro Felipe Morenés es que el trabajo es esencial para el ser humano. “Yo quiero personas ocupadas. Hay algo muy trágico como son las personas que se encuentran fuera del circuito laboral. Hay que luchar contra ello”.

Para terminar, Felipe Morenés tiene un recuerdo para el alcalde perpetuo de Jerez, Miguel Primo de Rivera y Urquijo, “que fue quien en 1967 le dio a la Feria de Jerez su actual denominación de Feria del Caballo. Además creó los títulos Campeón de Campeones y el Caballo de Oro. Resulta que el primero de ellos es ansiado como ninguno por cualquier ganadero a nivel nacional, mientras que segundo, el Caballo de Oro, es el más deseado por quienes se dedican al mundo del caballo. Este premio te da prestigio”.

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