Escalando en la integración

Pasan los días entre ramas y azahar. Escalera para arriba, escalera para abajo. Recorriendo una ciudad de naranjos durante los primeros meses del año. Pero no son empleados municipales, sino usuarios de Upacesur a los que se le brinda una oportunidad laboral que saben exprimir al máximo.

Esta contratación la realiza el Centro Especial de Empleo, una sociedad limitada perteneciente a Upacesur que gestiona, desde su propia base de datos, la contratación de discapacitados. Entre sus servicios está el de Promoción Laboral y el de Formación Profesional para el Empleo. El primero de ellos va dirigido a personas con discapacidad, y su principal objetivo es promover la inserción laboral para personas desempleadas que necesiten apoyo, asesoramiento, tutoría y seguimiento. Cuenta además con un programa de acompañamiento a la inserción que se basa en proporcionar apoyos para la búsqueda activa de empleo, la adquisición de unas competencias y habilidades sociales básicas, y el aprendizaje del puesto de trabajo.

La Formación Profesional para el Empleo es un conjunto de acciones que tiene como objeto impulsar y extender entre las personas desempleadas una formación que responda a sus necesidades, favoreciendo el aprendizaje permanente de un oficio en un mercado de trabajo basado en el conocimiento. Estos cursos formativos mejoran la empleabilidad de estas personas, especialmente las de aquellas que tienen mayores dificultades de acceso al mercado laboral.

De esta forma, desde el Centro de Especial de Empleo se gestionan contratos fijos en diferentes empresas de la provincia y en Sevilla, pero también contratos eventuales con otras administraciones o empresas, como el trabajo de recogida de naranjas protagonista de estas líneas.

Desde el pasado mes de diciembre, un equipo de 18 usuarios de Upacesur están trabajando gracias al convenio con la concesionaria municipal de parques y jardines, Elsan. Desde la entidad social explican que el trabajo del Centro de Empleo no es sólo ayudar a aquellos que tienen una parálisis cerebral, sino que también toman de la mano a usuarios con otras discapacidades. De hecho, en este equipo de trabajo -con edades comprendidas entre los 25 y 58 años- hay dos empleados con parálisis cerebral, cuatro tienen alguna discapacidad sensorial y el resto tiene discapacidad física.

Nada menos que 298.630 kilos de naranjas llevan recogidas hasta ahora, y su estimación es alcanzar cuando finalice la campaña las 300.000. Desde las siete de la mañana están en la calle, y lo mismo recorren San Benito que están por Torremelgarejo y Majarromaque. Esta oportunidad laboral supone un empuje de motivación, así como una mejora en su calidad de vida personal porque refuerzan su autonomía e independencia. Discapacidades que ellos sí que saben transformar en capacidades. Y así lo demuestran a diario.