Facua registra un gran número de denuncias por el cotillón de Pajarete
La fiesta, pese a contar con la pertinente licencia, tuvo numerosas deficiencias · El arrendador de la bodega donde se celebró lamenta el daño que ha sufrido su imagen


El cotillón de fin de año celebrado en la calle Pajarete sigue dando que hablar. Y es que Facua Consumidores en Acción anunció ayer en un comunicado que, desde el pasado lunes, está registrando un importante número de denuncias de personas que asistieron al mismo. Como se recordará, fueron muchas las que se vieron perjudicadas por la mala organización de esta fiesta que, no obstante, contaba con la pertinente licencia municipal.
Francisco Jiménez fue uno de los jóvenes que acudió a Bodegas Pajarete para disfrutar de la entrada del nuevo año, pero afirma que le pasó todo lo contrario. Él, que denunció en comisaría, afirma que en la fiesta había menores de edad, "al menos de 14 años, puesto que los encontré denunciando todo lo ocurrido". De la misma manera, afirma que "la barra libre no podía llamarse así, sino colapsada. Había cuatro camareros sirviendo copas, desbordados y les faltaban vasos y refrescos al poco de comenzar el cotillón". El joven relata que "no se podía estar en la cola de tantísima gente como había y puesto que no había barreras que separaran la multitud, los empujones se trasladaban entre toda la masa de gente, que no sólo sufría golpes y empujones, sino un calor asfixiante que hizo desmayarse a más de uno".
Otra de las cosas más criticadas de la fiesta fue el servicio de guardarropa, para el cual había que pagar un euro. Según el joven, "no reunía las condiciones necesarias, puesto que al final, la mayoría de la gente que tenía la ropa allí la perdieron, porque permitieron entrar a la gente para arrasar con todo. La mayoría perdimos prendas de vestir, pero algunos perdieron llaves carteras, móviles o cámaras", todo esto "sin que la seguridad privada evitara los saqueos y las palizas que se produjeron dentro del local".
Por último, Francisco denuncia que "no nos ofrecían el libro de reclamaciones, pese a que la Policía me acompañó a reclamarlo, por lo que levantaron un acta".
Otra de las personas que se está viendo muy perjudicada por todo esto es Felicísimo Díez, propietario de la bodega Pajarete, ya que su imagen y la de su bodega se están viendo "manchadas" por la mala organización de las tres personas a las que arrendó su local y que organizaron el cotillón.
Felicísimo señala que no se imaginaba de ninguna manera que esto pudiera pasar ya que "los organizadores me dijeron que ya habían celebrado otras fiestas", y señala que "me siento impotente ante todo esto, porque los afectados vienen aquí para contarme lo que pasaron y yo no tengo nada que ver, yo sólo alquilé la bodega". Lo que tiene claro Felicísimo, que arrenda también su local para bodas, bautizos y comuniones, es que "allí ya no se celebrarán más cotillones".
El delegado de Urbanismo, Juan Pedro Crisol, también se refirió ayer a los problemas con los cotillones, tras haber recibido algunas quejas. Crisol recalcó que desde su delegación se conceden las licencias en función de que se cumplan unos requisitos determinados (seguridad, condiciones del local...), pero no es responsabilidad del Ayuntamiento controlar lo que ocurre en este tipo de fiestas. Es decir, "si dan garrafón o se pierde algo, no es culpa del Ayuntamiento", dijo.
Por su parte, desde Facua señalan que ya se han puesto en contacto con uno de los organizadores, si bien ante la petición de la entidad de que facilitara una dirección a la que los usuarios pudieran dirigir sus reclamaciones, ha derivado dicha responsabilidad hacia otro organizador del evento con el que Facua no ha podido contactar.
Facua recomienda a los usuarios que hayan sufrido la desaparición de prendas y demás objetos personales depositados en el guardarropa a presentar denuncia ante la Policía o los Juzgados. Dado que, de momento, no se dispone de una dirección a dónde poder dirigir sus reclamaciones, los usuarios sólo disponen de la posibilidad de presentar denuncias ante la Consejería de Salud, competente en materia de consumo.
La Asociación aconseja que las denuncias vayan acompañadas de fotocopias de las entradas, de los resguardo del guardarropa, y, a ser posible, de documentación que acredite el importe de los objetos que hayan desaparecido, como, por ejemplo, facturas de compra de las prendas.
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