Obituario

Fallece el hermano Adrián

  • La eucaristía tendrá lugar en el Santuario San Juan Grande mañana lunes a las 12 horas.

El hermano Adrián del Cerro Sánchez, limosnero de la Orden de San Juan de Dios, falleció en la tarde de ayer a la edad de 92 años y tras una intensa vida dedicada a la caridad. Su labor ha sido notoria y reconocida, tanto que fue merecedor de homenajes y reconocimientos como la dedicación de una calle en la ciudad, un libro biográfico y un busto en el Hospital San Juan Grande donde ejerció su labor desde que llegó a Jerez en la década de los 50 del siglo pasado. Su propia orden le rindió homenaje cuando cumplió sus cincuenta años de evangelización en mayo de 2002. También en 2003 recibió el Premio Especial Ciudad de Jerez. Nunca le gustaron los homenajes definiendo así su firme vocación en la perseveró hasta que la edad y las fuerzas le obligaron a reiterarse. Nació en julio de 1923 en la localidad toledana de Retamoso de la Jara. Desde hace casi setenta años ha sido el rostro de lo hermanos de San Juan de Dios en la ciudad. El rostro amable y sencillo al que era imposible negarle la limosna que incansable pedía por todos los rincones de la ciudad. "Pido para los demás con la cara muy alta y jamás me han humillado los hombres", era y seguirá siendo una de sus sentencias preferidas cuando hablaba de su labor.

El Hospital San Juan Grande perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan Dios informó anoche de la noticia y anunció que la eucaristía por su eterno descanso tendrá lugar en el Santuario San Juan Grande mañana lunes a las 12 horas. Tal como detallaron desde el hospital, el hermano Adrián ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios el 17 de octubre de 1950. Llegando a Jerez el 15 de Septiembre de 1952. En ese mismo año ya comenzó a recorrer las calles de Jerez pidiendo limosna para los más necesitados. Su vida de fe en el Dios de la Misericordia y su entrega a los más pobres pidiendo por las calles, campos y campiñas jerezanas hizo que se convirtiese en el hermano Limosnero del Sanatorio Santa Rosalía, que hoy se llama Hospital San Juan Grande. Lloviese, hiciese frío o calor, el hermano Adrián cada día recorría las calles y campos de Jerez, con su hábito negro, su cartera, y con su inseparable boina. También pedía limosnas en otras ciudades de la provincia, Ceuta y Melilla, así como en Marruecos, país del que eran atendidos muchos niños en el Sanatorio que padecían la secuela de la polio. Aunque hacía años que no salía personalmente a pedir, seguía generando limosnas como hizo toda su vida a través de los bienhechores, para ayudar a las familias en estos tiempos de crisis. El hermano Adrián "ejemplo de entrega y fidelidad a Dios y a los más necesitados, nos ha dejado, pero su espíritu de dedicación hacía las personas más frágiles seguirá siempre estando vivo entre nosotros, a través de la Obra Social y del Economato Social que lleva su nombre".

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