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el rebusco

Familias bodegueras

  • Bartolomé Benítez y Juan B. González, dos firmas jerezanas en el recuerdo

Es la intención de esta sección reivindicar la importancia de aquellas bodegas jerezanas que por una circunstancia u otra no han podido sobrevivir hasta nuestros días como empresas, aunque sí han transmitido su esencia en las soleras que formaron en su momento y que pasaron a otras en ese intenso trajín de compra-venta de los negocios en los dos últimos siglos. Y es por ello que merecen nuestro particular homenaje, además de aportar una serie de datos nuevos, o bien corregir errores sobre las trayectorias de sus propietarios.

Si en un anterior artículo reseñamos las de Suter, Aladro, Simó, Bertola, Fernández-Gao, Ruiz y Ruiz, Parra Guerrero, en las siguientes entregas trataremos las de Serdio, Abad, Valencia, Davies, Morales, Atané, Carmona, y otras.

Para la ocasión recordaremos las de estos dos familias.

Juan Bautista González del Villar

El reputado cosechero almacenista y exportador de vinos Juan B. González del Villar nació en Jerez el 24 de junio de 1846. Su padre era un rico propietario originario del norte de España y su madre, Francisca del Villar, nacida en Guanajuato (México).

La creación de esta sociedad se remonta a 1870, aunque sus soleras se originan hacia 1780.

En la Guía Oficial de Jerez de 1888 aparece ya como extractor de vinos y sus bodegas estaban en la calle Arcos, 55, desde donde se trasladaron a la vecina calle Matadero nº7, a las conocidas como Orrantía, cercanas al ferrocarril, teniendo sus viñas en el Pago de Macharnudo.

La expansión de la razón social fue rápida ya que sus prestigiosos vinos se presentaron en las exposiciones de Bruselas (1888), Colonia (1889) y Edimburgo, consiguiendo en todas ellas diplomas de honor, y quedando justificando la pureza de sus productos, episodio que se repetiría en la capital francesa, en 1889, obteniendo una gran medalla de oro.

Mención a reseñar era la famosa destilería que poseía dentro del recinto de sus bodegas para confeccionar un aguardiente estilo cognac, cuyo producto obtenía un grado de bondad y finura que podía competir con los más acreditados de origen francés. En la ciudad del Sena la casa estaba representada por sus agente Manuel Trigueros.

Hacia 1933 cesa su actividad.

Entre sus mejores marcas figuraban el fino viña del pleito, doble Palma, solera palo cortado superior y Ambrosía.

Tenía su residencia en la casa palaciega de calle Corredera, 35, la actual casa de Manuel Cambas.

Su prestigio fue considerable, y es así que encontramos referencias en publicaciones como en España en fin de siglo, de Juan Valero (Madrid, 1896), en la útil obra de Mena y Sobrino, Reseña de las bodegas de Jerez (Jerez, 1900), como en la publicación periódica francesa Le Panthéon de l´industrie (1892).

En 1900 funda su compañía con el nombre de Benítez Hnos., teniendo sus instalaciones en la calle Cordobeses, nº3, que pasado los años serían adquiridas por el también bodeguero Fernando Carrasco para, finalmente, ser compradas por Enrique Rivero con el fin de ubicar sus bodegas Tradición.

Bartolomé Benítez Vargas-Machuca, miembro de una renombrada estirpe local, nació en Jerez el 22 de diciembre de 1864, y fallecería en la misma ciudad el 29 de diciembre de 1932.

Casado con Margarita Lagos, vivieron en la calle Cerrón, donde actualmente se ubica el edificio de las oficinas de correos. Como curiosidad indicar que llegó a ser director de la central urbana de teléfonos hasta que el servicio fue automatizado.

La firma se mantendría durante dos generaciones más, hasta que en 1985 sus soleras fueron vendidas a una destacada familia del sector.

El hijo de Bartolomé, José Ramón Benítez Lagos (Jerez, 1897-Jerez, 1957), sería un experto corredor de vinos y alcoholes, con lagares en Chipiona y Los Palacios, donde producía almíbar y azúcar quemado para la elaboración de sus productos.

En 1968 se refunda con el nombre de B. M. Lagos(Benítez Mateos Lagos), trasladándose a una nave situada en la carretera de Jerez-Sanlúcar, frente a Bobadilla, y que en la actualidad sirve como depósito de carruajes de un empresario amante de los caballos

José Ramón tuvo siete hijos: Margarita, Gabriel, Ramón, Bartolomé, José Ramón, Manuel (padre de José Ramón Benítez Garrido, y al que debemos muchos de los datos de esta saga bodeguera, como la foto que se acompaña de su bisabuelo), y Javier (padre del periodista Javier Benítez Zúñiga).

Algunos de ellos continuaron con la tradición familiar, como Manuel Benítez Mateos, que nacido en Jerez, en 1937, fallecería trágicamente en un accidente ferroviario acaecido el 15 de diciembre 1978, lo que afectaría a la continuidad de la bodega.

Entre las marcas emblemáticas de la casa hay que mencionar los ponches Victorioso y Triunfador, manzanilla Las Flores, oloroso dulce Los Ángeles, la gama de jereces con el apelativo de Señero, oloroso viejísimo Gran cartel, fino Julita, en recuerdo de una las hijas de Bartolomé Benítez Vargas Machuca, los brandies Emperador y Especial 910, ginebras Leyenda y Lagos, como el licor de brandy Branduyill.

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