Ganaderos rechazan los cambios en la Yeguada
Algunos proponen un patrón similar al de Francia o Austria y otros, mantener la actual Cría Caballar
El cambio en el estatus jurídico en el Centro Militar de Cría Caballar de Jerez, que a partir del 1 de enero dejará de ser un organismo autónomo para depender del Ministerio de Defensa, y no de Interior como publicábamos en el día de ayer, ha provocado un maremagnum de reacciones dentro del sector equino cuyo punto de vista se aleja del modelo preestablecido.
Felipe Morenés, propietario de la Yeguada Marqués de Villarreal, calificaba ayer como "tragedia" la pérdida de autonomía, entre otras cosas porque "con las fincas tan magníficas que existen en Jerez, en Córdoba y en Écija podrían ser autosuficientes". A su juicio, es una lástima que no se defienda "una cabaña que atesora una genética única en el mundo".
De la misma opinión es Raquel Benjumeda, periodista especializada en esta temática y colaboradora de este medio. Benjumeda entiende que "la situación para que el caballo siga sobreviviendo en manos públicas es cada vez más difícil".
El criador jerezano propone "ponerla en manos de profesionales, no tienen por qué ser militares, pueden ser perfectamente veterinarios o personas con reconocida sabiduría dentro del mundo del caballo, como ocurre en países como Austria, Portugal y Francia".
Asimismo, y sobre la polémica suscitada en torno a los precios de salida de muchos caballos (según los expertos animales de desecho) que se subastarán el próximo 19 de diciembre en Madrid por parte de los distintos centros de Cría Caballar, Felipe Morenés mostraba su sorpresa "porque poner 100 euros de precio es algo que a los que amamos este mundo nos duele, aunque es evidente que son excedentes y antes que mandarlos al matadero es positivo que salgan a subasta. Yo, no obstante, me quedaría antes sin comer antes que matar a una yegua".
Morenés, que estos días se encuentra en Sicab junto a otros muchos ganaderos jerezanos, reconoce que "en los últimos años el caballo español se ha criado en manadas por personas que se habían enriquecido rápidamente. Era símbolo de estatus social. Pero como se ha cerrado el grifo se han desecho de absurdas ganaderías".
Esta circunstancia ha devaluado el precio "de los caballos malos", explica Raquel Benjumeda, que también afirma que en los últimos años "se habían sobredimensionado los precios". En cambio, sí que tiene claro que "lo bueno no baja de precio, si quieres un caballo de élite hay que pagarlo".
Antonio Diosdado, otro ganadero jerezano, considera que la pérdida de la autonomía en Cría Caballar le convierte en "una ganadería más, y por tanto competencia desleal para el resto de ganaderos". Además, apunta que el estado del sector "no es como el de otros años, pero tampoco está tan mal como lo quieren pintar".
Ángel Bohórquez, por su parte, preferiría que Cría Caballar "siguiese perteneciendo a la Yeguada" al entender que "así no había tantos intereses".
Su experiencia le dice que mientras ha estado con el presente estatus "las cosas han funcionado bien, y cuando algo funciona es mejor no tocarlo".
Por último, y preguntado sobre el estado del sector, Ángel Bohórquez defiende que "esto nunca ha sido un negocio, ha sido una afición" y lamenta que "muchos caballos, incluso los que llegaron a costar 10.000 euros estén terminando en los mataderos. Hoy día es un artículo de lujo tal y como está la economía".
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