Goles son juguetes, 'arsa'

Artistas, toreros, guardias civiles y gitanos contribuyeron en el Ruiz-Mateos al éxito de la iniciativa solidaria que ofrecerá juguetes a niños de Upace, de Pisco y de las zonas desfavorecidas de Jerez

Pilar Sánchez, con los delegados de Bienestar Social y Participación Ciudadana, posando al inicio del partido entre los toreros y los artistas
Pilar Sánchez, con los delegados de Bienestar Social y Participación Ciudadana, posando al inicio del partido entre los toreros y los artistas
P.i. / Jerez

05 de enero 2008 - 01:00

Medio millar de personas congregadas en el polideportivo Ruiz-Mateos para presenciar el partido solidario del morbo. Calés contra picoletos, gitanos contra guardias civiles. Ole. Rememorando los tiempos de los mitos, aquellos en los que, contaban, unos robaban gallinas y otros los metían en la trena. Todo muy arquetípico, pero suficiente para que uno de los integrantes del equipo flamenco, Luis Lara, hablara en broma de defender las camisetas a lunares con la sangre. La causa del encuentro, que por supuesto no tenía estos componentes de los que acabamos de hablar, sino los de pasar un buen rato entre buena gente bien avenida, era recoger juguetes para los niños menos favorecidos de Jerez, para los niños de Upace y alimentos para los damnificados del terremoto de Pisco. Y cuando saltaron los dos equipos vestidos con atuendos que llevaban la estirpe a categoría de indumentaria el pabellón fue un clamor a favor de la iniciativa. Los gitanos, a lunares con los colores del Flamenco, aquel equipo que marcó una época en Jerez. Los guardias civiles con escrupuloso verde benemérito. Sin gallinas y sin tricornios. A pecho descubierto.

La alcaldesa Pilar Sánchez definió muy bien la iniciativa como "un modo de reírnos de los mitos y los tópicos. Es bueno el sentido del humor cuando nos enfrentamos a los tópicos. Ahora estamos en otro país, un país moderno, que por serlo puede mirar hacia atrás y recordar que las cosas ya no son como eran". Y los dos equipos mostraron sobre el parqué azul (o lo que sea, que no es parqué) del pabellón muestras de buen humor, aunque alguna entradita que otra se vio por uno y otro lado que la daba la sangre, no la mala fe.

Todo se resumió en realidad en una fiesta, una gran fiesta navideña que quizá no contó con el gran respaldo de público que merecía la idea de las empresas Picosol, Paco Botica y Suministros Geriátricos San Dionisio, con el apoyo de Cajasol y el Ayuntamiento de Jerez. La alcaldesa lo reconocía, pero también hablaba de que "es un primer paso. Estoy seguro que en las próximas ediciones se contará con un mayor respaldo. Lo que hemos hecho es echar a andar una iniciativa solidaria en las fechas más propias de la solidaridad".

Pero el medio millar de asistentes se volcó desde el momento en que, antes de que guardias civiles y gitanos saltaran a la cancha, se dio por iniciado el sarao. El partido previo, los teloneros, por llamarlo de alguna manera, lo protagonizaban toreros y aristas. Allí estuvieron, entre otros, Finito de Córdoba, Juan José Padilla o Jesuli de Torrecera. Los toreros consagrados formaron el cinco inicial y se llevaron, del tirón, cinco chicharros, de los jóvenes artistas, entre los que se encontraba el veterano Quino, internacional que se lesionó no sin antes dar dos pases de gol. Alguna cachita de los artistas a célebres matadores como Padilla, algún destello de fútbol sala de alta escuela y mucho ánimo del público. Cuando fueron los jóvenes toreros los que sustituyeron a las figuras en el coso, la cosa cambió. Los chavales dijeron eje, aquí estoy yo, a los artistas y maquillaron el resultado hasta llegar al definitivo seis a dos. Después, entrega de premios y algunas risas en los vestuarios, cosquis de unos a otros de por qué no me la has pasado en esa jugada y lo propio de cualquier partidillo de colegas del pabellón. Y Padilla, el torero jerezano, aplaudiendo una iniciativa de este tipo que, opina, tiene que crecer.

En el intermedio, un poquito de cante para el público a cuenta de los más jóvenes de la familia Zarzana. Contando con que entre el público había más flamencos que guardias civiles, artistas y toreros juntos, la ovación fue, además de merecida, clamorosa. Sobre todo cuando un joven espontáneo se marcó un baile de esos para hacer afición. Y cante y cante. Y un poquito de baile. Y otro poquito de toque.

...antes del gran choque. Y allí se lo llevaron los gitanos por tres a dos (gran venganza de la historia), a pesar de la espectacular actuación del portero José María García. Los goles fueron obra de arte de 'El Gasolina' y Montoya, mientras que el maestro Zarzana, que le gusta ganar hasta cuando juega solo, se empleaba, digamos, con contundencia. Prueba del buen rollo es que cada vez que los flamencos marcaban un gol se iban al banquillo a tocar las palmas por bulerías para que bailaran sus 'managers', Moraíto y Manolo Carrasco. En uno de ellos, los guardias civiles, que encajaron el gol con deportividad, se sumaron al baile con mucho arte.

Los niños de Estancia Barrera, que esta noche serán los primeros en abrir los juguetes donados por los asistentes al festival de la Operación Juguete, quizá no sepan la que se montó ayer en el Ruiz-Mateos, pero quienes lo hicieron posible y quienes participaron pueden tener la seguridad de que mereció la pena.

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