La Hermandad del Consuelo celebra la reciente canonización de la madre María de la Purísima
El obispo bendijo ayer en El Pelirón una imagen de la nueva santa de las Hermanas de la Cruz.


La Hermandad del Consuelo celebró ayer los actos culminantes de los cultos que ha venido dedicando a su titular Santa Angela de la Cruz en un año especialmente singular para esta orden, ya que el pasado 18 de octubre, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, tuvo lugar el acto solemne de la canonización de Madre María de la Purísima de la Cruz en una ceremonia presidida por el Papa Francisco.
La cofradía del Miércoles Santo, estrechamente unida e inspirada por la orden fundada en Sevilla por Santa Angela, tomó la iniciativa de encargar una imagen de la nueva santa, que ayer bendijo el obispo diocesano José Mazuelos, cuyos vínculos con la Orden son muy intensos. De hecho, estuvo presente en Roma en el acto de canonización. Por este motivo, el prelado jerezano fue quien ofició la tradicional misa previa a la procesión de Santa Angela, la cual se celebró en la avenida del Pelirón frente a la capilla de la hermandad. La nueva imagen, posiblemente la primera creada para la nueva santa, ha sido realizada Nuria Hurtado. Mide unos 90 centímetros. Está hecha en terracota, lleva candelero y está vestida con el hábito de la Orden.
El hermano mayor, Juan Luis Vázquez, explicó que "al saberse que se iba a canonizar a María de la Purísima, entendimos que si llegaba a los altares otra madre de la Orden de Santa Angela, tenía que estar en nuestra capilla. Ha sido un proceso más bien corto de apenas dos meses". Vázquez considera que la iniciativa de la hermandad "confirma y afianza nuestra relación con la Orden", desvelando que "hemos llevado la imagen a las hermanas de la Cruz a su convento en Jerez y están encantadas con ella. Allí ha permanecido hasta el pasado viernes para que la disfrutaran ya que no pueden asistir a la bendición por la clausura". No obstante, la cofradía decidió que fueran las religiosas las madrinas de la bendición de la imagen.
Fue una ceremonia intensa, muy participada y con cierta inquietud en los pequeños costaleros que tras la eucaristía, procedieron a ocupar las trabajaderas del pequeño paso que paseó por el Pelirón, un año más, a Santa Angela de la Cruz. El colofón, como suele ser habitual en esta hermandad, fue una magnifica convivencia en la calle donde se sitúa su sede social.
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